Expertos del Instituto de Investigaciones Biomédicas Pi i Sunyer (IDIBAPS) de Barcelona han hallado en un gen la predisposición al Síndrome del Aceite Tóxico, que a principios de los años 80 afectó a más de 20.000 personas en España. La causa de la enfermedad fue la ingesta de aceite de colza desnaturalizado con anilina importado para uso industrial.
Las personas que enfermaron tenían una predisposición genética que los responsables del estudio relacionan con las haptoglobinas, que se relacionan con la susceptibilidad a algunos procesos tóxicos. Se trata de una familia de proteínas en las que se han observado distintos perfiles proteómicos de expresión al comparar el suero de personas que fallecieron como consecuencia del aceite de colza y de otras que sobrevivieron. En el momento del accidente, no se disponía de las herramientas necesarias para identificar con exactitud las causas que lo provocaron.
Ahora, expertos de IDIBAPS han publicado un trabajo en la revista Proteomics, donde se reconoce que existen ciertas diferencias interpersonales en las consecuencias provocadas por la ingesta de aceite tóxico. Las nuevas tecnologías permite, según los expertos, conocer por primera vez los detalles de lo que pasó. Investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona del CSIC (IIBB) y de IDIBAPS han realizado un análisis global para comparar la expresión proteica en suero de personas que sufrieron este síndrome y un grupo de control que no lo desarrolló.
Los expertos han utilizado la separación proteica con geles bidimensionales, que separan proteínas por su punto isoeléctrico y por peso molecular, seguido de una identificación gracias a la espectrometría de masas de las proteínas que se expresan de distinta manera en los dos tipos de suero. Se han localizado 31 señales diferenciales, muchas de las cuales todavía se están estudiando. Una de las proteínas más destacadas con la expresión diferencial que se ha podido identificar es la haptoglobina.
Se trata de una proteína de que se conocen distintas formas polimórficas que han estado relacionadas a la literatura científica con la sensibilidad a diferentes agentes tóxicos y factores de riesgo de sufrir otras enfermedades. Las cadenas de esta proteína pueden estar codificadas por tres alelos diferentes: alelo 1 y alelo 2. Los datos demuestran que las formas del alelo 1, 1f, podría relacionarse con cierta protección frente al Síndrome del Aceite de Colza, ya que enfermaron menos del 25% de los expuestos que lo tienen. El alelo 1s estaría relacionado con una mayor mortalidad de los afectados (más del 60% de las personas con este alelo enfermaron).
Según los expertos, las diferencias observadas son de carácter genético, aunque también se detectaron mediante un análisis proteómico. Los expertos trabajan ahora para incluir nuevas muestras a estos datos y seguir estudiando los modelos animales obtenidos recientemente para acabar de aclarar los procesos patológicos de un síndrome tan complejo como el estudiado.