Las recetas para una seguridad alimentaria global

Escasez de agua, hambre y degradación ambiental constituyen algunos de los 'ejes del mal' en seguridad alimentaria desde una perspectiva global
Por Marta Chavarrías 20 de enero de 2005
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Imagen: WHO/P.Virot

El observatorio internacional WorldWatch Institute ha presentado, un año más, su informe anual sobre el estado del mundo. Bajo el título ‘Redefinir la seguridad mundial’, el informe analiza las principales amenazas para la estabilidad del planeta, como la pobreza, asociada sobre todo a la escasez de alimentos, las enfermedades infecciosas y la inaccesibilidad a agua potable. El documento, presentado el pasado 13 de enero en Washington y Barcelona simultáneamente, hace un llamamiento a los gobiernos para que luchen para garantizar la seguridad humana y medioambiental.

Las enfermedades infecciosas, el hambre, la falta de agua, el deterioro ambiental y la degradación de los suelos agrícolas son los principales retos a los que los países deben dar respuesta ya que son los «verdaderos ejes del mal» que amenazan la seguridad mundial, según el WorldWtach Institute. Los datos lo corroboran, ya que según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) el hambre afecta a más de 800 millones de personas en todo el mundo. Pero lo que realmente supone una amenaza para la seguridad alimentaria son los nuevos problemas que han surgido en los últimos años, como la pérdida de cultivos, la disminución de la diversidad ganadera y, sobre todo, la aparición de nuevas enfermedades, tanto agrícolas como ganaderas, señala el informe.

En opinión de los expertos que han redactado el informe, el acceso al agua potable continúa siendo uno de los principales conflictos en el mundo. A ese acceso, puntualizan, están privadas más de 430 millones de personas. A todo esto se le une el mal estado de los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento, que repercuten de forma directa en la salud de las personas y en su calidad de vida Además, cerca de 2.000 millones de personas sufren hambre y deficiencias nutritivas crónicas.

Agua potable

Según el WorldWatch Institute, garantizar la seguridad alimentaria en todos los países es uno de los máximos retos a solventar
Analizadas las cifras, se observa un incumplimiento de lo adoptado en noviembre de 2002 en el Pacto sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CESCR, en sus siglas inglesas), cuando se reconoce por primera vez el acceso al agua como un derecho humano fundamental. Entonces, un total de 145 países ratificaron el CESCR International, un acuerdo que propugnaba el compromiso a asegurar progresivamente el acceso al agua potable segura, de forma equitativa y sin discriminación.

Según el pacto, «el derecho humano al agua otorga derecho a todos a contar con agua suficiente, a precio asequible, físicamente accesible, segura y de calidad aceptable para usos personales y domésticos». A pesar de todo, el acceso al agua es todavía insuficiente, y constituye una de las principales causas de pérdida del medio de subsistencia en las zonas rurales y agrava los conflictos.

Con todo, el problema es mucho más complejo y va más allá de las repercusiones humanas ya que, según los datos recogidos ahora en el informe, la falta de agua potable es una de las principales causas de la aparición de enfermedades animales. Y garantizar la seguridad alimentaria en todos los países es uno de los máximos retos planteados. Ya lo advertía, en 2003, el informe El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo, según el cual 842 millones de personas están subnutridas. El problema continúa siendo el mismo, y lo agravan nuevos conflictos como la degradación ambiental, el cambio climático y la pérdida de la diversidad en especies vegetales y animales, factores que debilitan la seguridad alimentaria, provocando un aumento de enfermedades relacionadas con el consumo de alimentos y de enfermedades infecciosas.

Objetivos del Milenio

Para el nuevo informe El Estado del Mundo 2005, la respuesta a todos estos retos debe darse desde un ámbito internacional. «Es necesaria una política de prevención en la que los países occidentales se impliquen de forma preactiva para abordar las raíces de todos estos problemas. La manera de luchar contra la inseguridad es invertir en mejorar la estabilidad y el bienestar de los países en vías de desarrollo», reconoce Eric Assadourian, codirector del informe.

Para conseguirlo es esencial impulsar los Objetivos del Milenio, aunque para ello hace falta que los países desarrollados dediquen más fondo a Ayuda Oficial al Desarrollo.«El dinero que cada año se destina a gasto militar se tendría que redirigir e invertir en desarrollo, porque esto también es seguridad», corrobora Assadourian. El informe propone además el fortalecimiento de las instituciones civiles, inversiones estratégicas en el campo de la energía sostenible y la sanidad pública, la protección de los sistemas ecológicos y la educación.

LA AMENAZA MUNDIAL DE LA GRIPE AVIAR

Los problemas planteados por el informe State of the World 2005 quedan reflejados en los recientes e inquietantes brotes de gripe aviar que afectan a los países asiáticos, enfermedad que se identifica por primera vez en Italia hace más de cien años y que actualmente supone una amenaza tanto para la cadena alimentaria como para la salud humana. El virus, detectado en diciembre de 2003 en la República de Corea, se ha extendido a otros países asiáticos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cepa H5N1, la detectada ahora, es particularmente peligrosa por su rápida mutación con tendencia a adquirir genes de virus que infectan a otras especies animales. En 1997, la cepa H5N1 demostró su capacidad de infectar directamente a humanos. Es lo que está sucediendo en Vietnam, que ha confirmado seis casos humanos desde diciembre de 2004, cuatro de ellos con resultado mortal.

Los expertos coinciden en afirmar que la aparición de otra pandemia de gripe es inevitable y posiblemente inminente. La mayoría de investigadores coinciden además en que la rápida matanza de la totalidad de la población de aves de corral en Hong Kong en 1997 evitó muy probablemente una pandemia. Ahora, una prioridad inmediata para reducir los riesgos para la salud pública mundial es detener la propagación de la epidemia en las poblaciones de aves de corral, estrategia que reduce las oportunidades de exposición humana al virus. Una solución es la vacunación de las personas con alto riesgo de exposición a las aves infectadas, usando las vacunas más eficaces existentes, contra las cepas circulantes de la gripe humana.

Desde la organización sanitaria internacional admiten que se precisa urgentemente información sobre la extensión de la infección gripal en los animales y en humanos y sobre los virus gripales circulantes con el fin de poder evaluar los riesgos para la salud pública y determinar las medidas de protección más idóneas. El informe mundial constata que los actuales sistemas de producción, tanto agrícola como ganadera, propician la aparición de nuevas enfermedades y hacen más vulnerables las granjas.

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