La miel dispone, como el resto de productos alimenticios, de un importante paquete de normas comunitarias y nacionales que garantizan su calidad y seguridad. Sin embargo, y debido sobre todo a la presencia cada vez mayor de contaminantes en el ambiente, este alimento está expuesto a riesgos. Garantizar los estándares de calidad requiere aplicar medidas de control desde distintos puntos de vista, que tengan en cuenta aspectos como el riesgo de residuos veterinarios o de plaguicidas. La Comisión Europea trabaja desde hace años para identificar cuáles son los mayores problemas de la apicultura, como la alta mortalidad de abejas que se describió en la UE hace unos años y que se ha asociado a causas multifactoriales. Ahora se emprenden nuevas acciones comunitarias para fortalecer las medidas preventivas en la producción de miel.
La calidad de la movimientos de estos animales proceden de locales bioseguros. Está previsto que para principios de 2012 los apicultores europeos cuenten con nuevas condiciones zoosanitarias en las que se incluyan especificidades de comercio e importación de animales vivos.
De acuerdo con el nuevo informe comunitario, la apicultura europea necesita que se fortalezcan algunos aspectos que permitan conocer, entre otros, datos más exactos sobre la pérdida de colonias de abejas o cómo establecer un sistema de gestión europeo armonizado. Por ello, está previsto que la Comisión inicie, a finales de 2011, «un programa piloto de vigilancia», según la información que aporta. Dentro de esta labor que ejerce sobre la apicultura, estaría la aprobación de un laboratorio específico para esta actividad.
Imagen: Nicolás BoullosaEn la UE son varios los laboratorios de referencia que trabajan para garantizar la seguridad de los alimentos: algunos están especializados en el análisis y alcance de los micotoxinas, otros se centran en el control de leche y productos lácteos y otros, en la sanidad animal (vacunos, porcinos, etc.). Entre estos últimos, el objetivo es crear centros de atención, como la clasificación de virus, los análisis para detectarlos o la evaluación del alcance de las enfermedades animales. Las abejas son uno de los animales relacionados con la alimentación que no disponen de herramientas como las descritas.
Además, y como en la mayoría de las actividades de producción de alimentos, la formación de los apicultores es fundamental para garantizar la seguridad de la miel. Durante el año 2010, se han realizado esfuerzos para ofrecer a este sector productivo las herramientas necesarias sobre salud de las abejas y seguridad de la apicultura. También se necesita mejorar el apartado de residuos en la miel, ya que “no hay normas claras sobre los límites máximos de estos”.