Alimentos como mermelada de albaricoque, galletas y productos de pastelería o harina para rebozar pueden contener el edulcorante amarillo anaranjado E110. Las investigaciones realizadas hasta el momento han demostrado que este componente puede provocar reacciones alérgicas. Dentro de la misión de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) de evaluar la seguridad de sustancias como los aditivos, en una última revisión establece para este colorante una ingesta diaria admisible (IDA) de 4 mg/kg de peso corporal. Pero, según los expertos, la exposición de los consumidores en todos los grupos de edad está muy por debajo de estos nuevos niveles. El artículo explica cuáles son los nuevos niveles propuestos para este colorante y por qué se usan aditivos alimentarios.
Los colorantes alimentarios son aditivos que se añaden sobre todo con tres objetivos: compensar las pérdidas de color tras la exposición a la luz, el aire, la humedad o variaciones de temperatura; mejorar los colores; y dar color a los alimentos que serían incoloros. Cada colorante autorizado en la Unión Europea está sujeto a una rigurosa evaluación científica de seguridad. Los países europeos cuentan con la labor de la EFSA, que evalúa de manera periódica la seguridad e inocuidad de los colorantes y otros aditivos, sobre todo en lo que respecta a la ingesta diaria admisible (IDA) para cada uno de ellos. Esta medida se refiere a la cantidad de una sustancia que una persona puede consumir durante toda la vida sin riesgo para su salud. En una de sus últimas evaluaciones, la EFSA ha cambiado la IDA para el colorante amarillo anaranjado E110, que pasa de 1 mg/kg de peso corporal establecido en 2009 a los 4 mg/kg, de acuerdo con nuevos datos sobre el colorante.
Nuevos niveles seguros
La exposición de los consumidores al colorante E110 está por debajo de los 4 mg/kg de peso corporal al díaLa EFSA evaluó en 2009 la seguridad del colorante E110 y, basándose en los resultados de los estudios realizados hasta entonces, estableció una IDA temporal de 1 mg/kg de peso corporal. Esta cantidad estaba sujeta a nuevos informes y cambios, que han llegado ahora con nuevos datos presentados y que permiten elevar la cantidad a los 4 mg/kg de peso corporal al día. Las estimaciones de la exposición actual de los consumidores al colorante están, según los expertos, muy por debajo de la nueva IDA propuesta para todos los grupos de edad. Por tanto, la EFSA determina que, a partir de los datos proporcionados por la industria de la alimentación y los países miembros, los niveles del colorante establecidos ahora no suponen un riesgo para el consumidor.
En otra evaluación sobre el colorante, realizada por el Comité Mixto FAO /OMS en aditivos alimentarios (JECFA) en 2011, los expertos ya sugerían aumentar de 2,5 mg/kg de peso corporal al día a los 4 mg/kg, una propuesta que ha tenido en cuenta ahora la EFSA para establecer los nuevos niveles.
En estudios anteriores se evaluaron los datos sobre el metabolismo del colorante E110, su genotoxicidad y carcinogenicidad. La reducción de la exposición a este colorante se debe al hecho de que en 2012 se redujo en gran medida el uso de este colorante en determinadas categorías de alimentos, con la modificación de la normativa sobre las condiciones de empleo.
Colorantes en alimentos
Los colorantes se añaden a los alimentos con una misión básica: cambiar su color y apariencia. En la mayoría de los casos, el objetivo es hacer más atractivo un alimento concreto. Se ha demostrado que en muchos casos el color juega un papel determinante en la percepción del consumidor y, a menudo, se asocia con un sabor específico. En algunos casos, los tratamientos a los que se someten ciertos alimentos pueden conducir a pérdida de color y, por tanto, los colorantes alimentarios compensan estas pérdidas.
La IDA se expresa en miligramos de aditivo por kilogramo de peso corporal al día. Es la cantidad de un aditivo alimentario que las personas, sea cual sea su edad, pueden comer todos los días durante toda la vida. Se calcula, en la mayoría de los casos, a partir de la cantidad más alta del aditivo que no causa efecto nocivo en experimentos con animales.
Los aditivos alimentarios son sustancias que se añaden de forma intencionada en los alimentos para desempeñar ciertas funciones tecnológicas, como dar color, endulzar o conservar. En la Unión Europea solo están autorizados si se cumplen tres requisitos:
- 1. Hay una necesidad tecnológica para utilizarlos.
- 2. No inducen a error al consumidor.
- 3. No representan ningún riesgo para la salud de la persona.
La mayoría de aditivos solo pueden usarse en cantidades muy específicas, las precisas para conseguir el efecto tecnológico deseado. Antes de su autorización, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) evalúa su seguridad. Los aditivos regulados en la UE van acompañados de la letra E, un código que se encuentra en las etiquetas y que significa que un aditivo alimentario está autorizado en la UE.