La seguridad alimentaria no sólo implica que un alimento carezca de riesgos para el consumidor. También hace referencia a la problemática actual sobre la dificultad de numerosas personas para acceder a productos inocuos y nutritivos. Se estima que en 2009 la falta de alimentos y el hambre han alcanzado un nuevo récord: más de 1.020 millones de personas (una de cada seis). La mayoría se encuentra en una situación de inseguridad alimentaria de la que no puede escapar con sus recursos. La apuesta de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) pasa por invertir en agricultura e instalaciones de procesado.
La alta tasa de crecimiento demográfico en países con más inseguridad alimentaria, la poca disponibilidad de agua potable en las zonas más pobres del mundo y la escasa inversión agrícola han causado un clima de crisis en el sector alimentario. Además de subir los precios de productos básicos como los cereales, se han reducido las inversiones en investigación y desarrollo agrario, que en los últimos años son menores y no se orientan a los cultivos más importantes. El objetivo que se plantea es acabar antes de 2050 con la falta de acceso a alimentos sanos e inocuos. Algunas de las soluciones propuestas son la promoción de acciones a medio y largo plazo y el aumento de la productividad agrícola e industrial en todo el mundo.
La clave, la agricultura
La seguridad alimentaria cobra cada día más importancia en los países desarrollados ya que está asociada al crecimiento de su población: es vital para una buena nutrición. El funcionamiento correcto de la vida urbana depende de los bienes, los servicios y las personas que trabajan en todo el proceso de obtención de alimentos. Dentro de las funciones estratégicas para lograr que ésta sea perfecta, destaca el fomento de la modernización productiva encaminada a mejorar las condiciones de la población rural y, en consecuencia, a optimizar la seguridad en los países más desarrollados.La actividad agrícola es una garantía para el acceso a las necesidades nutricionales
En materia de protección hacia la actividad agrícola, la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 definió la seguridad alimentaria como «el grado de garantía que debe tener toda población de poder disponer y tener acceso permanente a los alimentos que cubran sus requerimientos nutricionales, tratando de reducir la dependencia externa y tomando en consideración la conservación y equilibrio del ecosistema para beneficio de las generaciones futuras». De esta manera, la FAO pide potenciar el poder de los países más pobres para garantizar una mayor seguridad. Hay que invertir en la agricultura de estas regiones.
Los agricultores de cereales más pobres y en peor situación de inseguridad alimentaria no pueden responder ante la oportunidad de incrementar la producción por falta de recursos y escasez de oportunidades de comercialización. El aumento en la producción de los alimentos se concentra en los países desarrollados, un aspecto que impide su crecimiento y participación en el logro de una total seguridad alimentaria en todo el mundo. Según José Graziano da Silva, portavoz de la FAO, «muchos países no tienen los recursos necesarios para invertir en agricultura, de ahí que el apoyo internacional sea importante».
¿En crisis?
La seguridad alimentaria también sufre la crisis mundial. Los ingresos de los países más desfavorecidos no permiten una alimentación segura ni la oportunidad para poder lograrlo ya que carecen de un aprovechamiento eficiente de sus recursos naturales y productivos. Tampoco disponen de la sostenibilidad de sus tierras porque un 46% de la superficie se encuentra en conflicto de uso. El objetivo de la FAO es mejorar tanto las posibilidades de los más pobres, como de los más ricos. Urge diseñar políticas coherentes con los problemas del territorio rural y un replanteamiento del uso de los suelos en actividades agrícolas.En el mundo hay 900 millones de personas pobres que sobreviven con menos de un euro al día. El 75% reside en zonas rurales donde la agricultura es su fuente de ingresos principal. Las colectividades de campesinos que trabajan en la agricultura de los países más desfavorecidos son quienes tienen mayores conocimientos agrícolas.
Los espacios rurales sufren limitaciones geográficas, ya que no todos los climas o suelos son adecuados para todos los cultivos. El condicionante demográfico también influye. El aumento de la población incrementa los recursos. Hoy en día, la agricultura ha superado los condicionamientos climáticos con el cultivo de especies bajo plástico, en el invernadero, donde las plantas crecen a una temperatura superior a la exterior y se cultivan diferentes especies durante todo el año.
Además, la siembra de una determinada planta durante mucho tiempo en un mismo lugar origina al agotamiento de los minerales que la alimentan y, por tanto, son necesarias diferentes técnicas de cultivo. En la mayoría de los casos se deja que el suelo se recupere durante un determinado período y se vuelve a conrear. Explotar al máximo y de manera justa las condiciones naturales de la tierra es la manera adecuada de conseguir una seguridad alimentaria.
Los días 16 y 18 de noviembre se celebrará en Roma la Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria. En ella, todos los responsables de los distintos países del mundo discutirán acerca de la erradicación del hambre en el mundo y de la necesidad de poner en práctica un sistema más coherente y eficaz para garantizar la seguridad alimentaria. Se pretende que todos los países tengan las mismas oportunidades para competir en los mercados de los productos básicos, así como insistir en promover inversiones en agricultura, infraestructura rural y seguridad de los alimentos.