Las respuestas a una misma situación de emergencia en el ámbito de la seguridad alimentaria pueden ser numerosas. Esto se debe a que la gestión de las yodo radiactivo, con una vida media de ocho días y que se descompone en cuestión de semanas. Si se ingiere, se puede acumular en el cuerpo. En cambio, también se ha detectado cesio radiactivo en alimentos, que a diferencia del yodo, puede persistir en el ambiente durante muchos años y ser un problema para la producción de alimentos en periodos largos.
Según la FAO, la respuesta a una emergencia relacionada con la radiactividad debe ser la misma que la adoptada con cualquier material peligroso que contamina los alimentos. El primer paso tras la detección de una contaminación es proteger los animales destinados al consumo humano y los cultivos. No deben olvidarse otras acciones a corto, medio y largo plazo en las zonas contaminadas, así como evitar la caza o la recolección de setas y otros alimentos. El objetivo es que estos productos no lleguen a las mesas de los consumidores.