El Triticum aestivum, o trigo harinero, es uno de los cereales más importantes de todo el mundo que se utiliza sobre todo en la producción de harina para pan, galletas y repostería. El pasado mes de julio, la revista Science publicaba cuatro estudios sobre el genoma de este cereal. Uno de ellos, desarrollado por expertos del Consorcio Internacional de Secuenciación del Genoma del Trigo (IWGSC), hace referencia a un primer esbozo sobre su mapa genético. Con estas investigaciones, los expertos esperan desarrollar nuevas variedades más resistentes a condiciones meteorológicas extremas o a plagas. El artículo explica cómo es el primer esbozo del mapa genético del trigo y cuáles son las particularidades de este cereal.
El información genética, los científicos han dividido el genoma del trigo en cromosomas y cada cromosoma en segmentos más pequeños. Calculan que la secuencia completa del genoma estará disponible en un plazo aproximado de tres años.
Particularidades del trigo harinero
Cada año se cultivan más de 215 millones de hectáreas de trigo y se generan casi 700 millones de toneladas, lo que convierte al trigo en el tercer cereal más producido en todo el mundo, después del maíz y el arroz. La planta de trigo es muy versátil y con gran capacidad para crecer en una amplia gama de ambientes. Además, el grano se puede almacenar con facilidad y se transforma en harina para numerosas variedades de alimento de alta calidad.
Este tipo de trigo es fruto de numerosos cruces entre variedades más antiguas que tuvieron, hace muchos años, un antepasado común. De elevada complejidad genética, el trigo se ha convertido en uno de los más difíciles de secuenciar, por detrás del maíz y del arroz.
Los estudios sobre el genoma de los alimentos, además de proporcionar información muy detallada sobre estos, hacen hincapié en la importancia de introducir nuevas variedades. Se trata de investigar para mantener los niveles de producción de alimentos y poder así alimentar a una población cada vez más creciente.
En los últimos años la investigación biotecnológica ha centrado buena parte de su atención en entender cuáles son las bases moleculares responsables de las propiedades de frutas y cereales. La genética de las plantas va destinada, sobre todo, a mejorar la calidad de los alimentos en todos los sentidos, no solo para crear variedades más resistentes, sino también para que soporten más las condiciones de transporte.