La carne y leche procedentes de animales clonados no implican ningún riesgo añadido respecto a los obtenidos de forma ‘convencional’ y son aptos para el consumo humano, según un informe elaborado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas inglesas). La información, que no obvia que la salud de un animal clonado es peor que la de uno que no lo es y que muere antes, sigue los pasos estadounidenses, donde cada vez están más cerca de la autorización de este tipo de alimentos.
De acuerdo con las investigaciones realizadas hasta el momento sobre parámetros de seguridad como fisiológicos y clínicos, no hay diferencias significativas entre alimentos obtenidos de animales clonados de los que no lo son. La carne y la leche, los dos alimentos más estudiados, están dentro de la gama de seguridad, según acaba de concluir la EFSA. Atendiendo a estas afirmaciones, y teniendo en cuenta que todo producto que entra en la cadena alimentaria se somete a estrictos controles de calidad, los expertos descartan cualquier diferencia significativa en cuanto a seguridad alimentaria se refiere, y afirman que «su composición y valor nutricional son similares».
Las diferencias más perceptibles están en que los animales clonados son más «susceptibles de sufrir defectos en el nacimiento y padecer problemas de salud en los primeros 50 días de vida». Larisa Ridenko, experta en biotecnología de la Agencia de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) ya admitía, en una nota del Departamento de Agricultura estadounidense de principios de 2006, estas diferencias, que «desaparecían tras este periodo».
Una transferencia polémica
La transferencia del núcleo de la célula somática se puede usar como técnica reproductiva en ganado, asegura la EFSA
Los expertos confían en que la reproducción animal utilizada (transferencia nuclear de células somáticas, que son la que constituyen los tejidos del animal adulto) podría estar muy cerca del uso comercial y en la cadena alimentaria antes de 2010. La técnica consiste en sacar el núcleo a un óvulo y cambiarlo por otro obtenido de una célula de un animal adulto. El resultado es un animal idéntico genéticamente, en más del 90%, al que cede el núcleo. Aún deben superarse algunas deficiencias, ya que la ‘somatic cell nuclear transfer’ (SCNT) dista aún de ser considerada una técnica eficaz. Entre otras cosas porque lo que resulta eficaz, por ejemplo, en cerdos, no lo es en bovinos. Y porque su aplicación en ganadería resulta aún cara y con una elevada tasa de fracaso.
A las consideraciones éticas sobre si son o no apropiadas este tipo de aplicaciones, algunos estudios constatan que pueden producirse anormalidades genéticas, aunque sea de forma muy sutil. Uno de los principales temores es que los genes introducidos en el ADN de animales produzcan proteínas que no se encuentran de forma habitual en la dieta de las personas. En consecuencia, y en el ámbito de la seguridad alimentaria, podrían producirse reacciones alérgicas e incluso tóxicas. El Centro de Seguridad Alimentaria estadounidense advierte que la clonación animal es una tecnología con riesgos «potenciales» que deben ser evaluados con meticulosidad, y que pequeños «desajustes» pueden traducirse en «problemas ocultos» en los alimentos.
Un futuro incierto
El informe presentado por la EFSA está sometido, hasta el 25 de febrero, a consulta popular. Pero la posibilidad de que un alimento procedente de un animal clonado llegue a los puntos de venta europeos aún es lejana. La UE no autoriza su venta, y tampoco las industrias ganaderas y de la alimentación han iniciado pasos importantes en este campo. Lejos de las posiciones estadounidenses, que sí van más avanzados respecto a la posible autorización de este tipo de productos, la UE prepara una evaluación sobre la aceptación, o no, que generan entre los consumidores.Hace escasamente una semana ‘The Washington Post’ anunciaba la inminente autorización, por parte de la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA), de la venta para consumo humano de carne y leche procedentes de animales clonados. Y es que, como lo ha hecho ahora la EFSA, hace un año también la FDA admitía la seguridad de estos alimentos.
Algo, sin embargo, que el Centro para la Seguridad del Alimento de EE.UU. (CFS) pone en duda al considerar que se trata de una tecnología con «potentes riesgos en seguridad alimentaria». Según los resultados de una encuesta realizada en julio de 2007, el 50% de los consumidores estadounidenses tenían una opinión desfavorable hacia este tipo de alimentos. El estudio, realizado por el Consejo Internacional de Información sobre Alimentación (IFIC), refleja que sólo el 22% ven con buenos ojos este tipo de alimentos.
En 2002 se iniciaban en EE.UU. evaluaciones científicas para determinar el grado de seguridad de la carne y leche procedente de animales clonados. Los trabajos se materializaron, en 2006, con un informe de la FDA en el que admitía esta seguridad, valoración que coincidía con las conclusiones a las que llegaba también la Academia Nacional de las Ciencias a partir del análisis de 260 estudios. Si al final se autorizan, desde algunos sectores ya exigen que se regulen como si fueran fármacos al considerar que durante el proceso de reproducción se producen cambios que alteran la fisonomía del ganado. Otros sostienen que su comercialización no tiene porqué estar sujetas a condiciones distintas a las de otros alimentos.