Los pronósticos demográficos indican que uno de los retos más inmediatos de las próximas décadas será adecuar la oferta agrícola al crecimiento de la demanda alimentaria. La aparición de nuevos espacios de producción y los cambios en los sistemas alimentarios, especialmente en países en desarrollo, repercuten directamente en el mercado alimentario. Cómo se pueden preservar los recursos del planeta y abastecer de alimentos a una población cada vez más creciente es lo que expertos franceses tienen previsto analizar en los próximos dos años.
Uno de los interrogantes que actualmente planea sobre parte de la comunidad científica es saber cómo la producción agrícola podrá llegar a abastecer una demanda cada vez más creciente de alimentos. Expertos del Instituto Nacional de Investigación Agronómica de Francia (INRA) y del Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo (CIRAD) acaban de poner en marcha el estudio Agrimonde (Agricultura y alimentación en el mundo para el año 2035), cuyo objetivo es determinar cuál será el papel de la agricultura europea en el contexto de los distintos panoramas globales de cambio. Lo que pretenden los expertos es establecer la dirección que deberá seguir la investigación agrícola para abastecer a una sociedad cada vez más cambiante, y creciente.
El estudio, que se llevará a cabo en los próximos dos años, analiza de manera específica aspectos relacionados con la agricultura, la alimentación y la seguridad alimentaria y el medio ambiente, y pone especial énfasis en el desarrollo sostenible. La Comisión Europea, por ejemplo, concluye, en un estudio sobre perspectivas de mercado agrícola entre 2006 y 2013, que existen «incertidumbres importantes» en este campo, y que de no tomar las decisiones y acciones oportunas puede poner en peligro el abastecimiento de alimentos. El estudio francés se diseña con el fin de construir el esquema científico de los futuros sistemas de producción, que mayor rentabilidad darán, y las prioridades en investigación, para fortalecer la producción. Tanto los expertos del INRA como de CIRAD admiten la importancia de preservar los recursos agrícolas ahora para poder acceder a ellos mañana.
Agricultura multifuncional
Los vegetales ocupan un lugar fundamental en la alimentación, el medio ambiente y la agricultura
Los ejes del trabajo, que se publicarán en 2008, se basan en los resultados del Millenium Ecosystem Assessment, operación internacional sobre los ecosistemas financiado por la Organización de las Naciones Unidas y desarrollado entre 2001 y 2005. En este proyecto se han evaluado las consecuencias que han tenido la evolución de los ecosistemas sobre el bienestar humano se han empezado a definir acciones concretas.
Mientras algunos países en desarrollo intentan reducir la pobreza y cubrir las necesidades alimentarias más básicas, en la UE se generaliza progresivamente la producción intensiva, que se mejora cada vez más, reduciendo los impactos medioambientales en la producción alimentaria.
El mundo de los vegetales, por ejemplo, ocupa un lugar esencial en la alimentación, el medio ambiente y la agricultura. Por este motivo, los trabajos del INRA tienen como finalidad incluir el mundo vegetal, y su relación con otros seres vivos, en la conservación óptima de los ecosistemas. El trabajo se inscribirá dentro de los trabajos actuales del Estudio sobre agricultura lanzada por la ONU y el Banco Mundial, proceso intergubernamental lanzado en 2002.
Un buen ejemplo de cómo la oferta alimentaria debe ir de la mano de la demanda lo constituye la acuicultura. Según un informe que acaba de publicar la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), casi la mitad del pescado que se consume actualmente procede de la acuicultura. Se trata, según el organismo internacional, de la única forma de atender a una demanda de pescado cada vez más creciente, que ha pasado de un 9% en 1980 a un 43% actual.
¿Cómo puede cubrise la demanda de pescado si las capturas en el mar se mantienen prácticamente estables desde 1980? El informe El estado mundial de la acuicultura 2006 mantiene que no existen muchas posibilidades de que se produzcan aumentos considerables de las capturas en el mar. Lo explica el hecho de que prácticamente el 52% de las especies están explotadas, el 17% sobreexplotadas, el 7% explotadas o un 1% en fase de recuperación. Si a todo ello se le une el hecho de que serán necesarias unos 40 millones de toneladas adicionales de pescado en 2030, la pregunta que se plantean ahora los expertos es si la acuicultura puede actuar de tabla de salvación.
A pesar de que se trata de una actividad en fase de crecimiento (un 8% anual desde 1980), los expertos admiten que no es suficiente, especialmente teniendo en cuenta que debe enfrentarse a la escasez de inversiones, de tierra y de agua dulce, pero sobre todo a la falta de harina y aceite de pescado, principal alimento de las especies de cría carnívoras, como salmón, mero y besugo. Como alternativa, los expertos plantean la variante vegetal para los piensos. Desarrollar avances en este campo y «planificar la forma de afrontar estos desafíos en acuicultura es clave en la lucha contra el hambre en el mundo», admite Ichiro Nombra, director adjunto de la FAO para la Pesca.