La congelación es un proceso que aplica a los alimentos temperaturas por debajo de 0ºC, de forma que parte del agua que contienen se convierte en hielo. Cuanto más baja es la temperatura, menos idóneas son las condiciones en las que se multiplican los microorganismos, de manera que el alimento casi no se altera. Al solidificarse el agua, se produce una desecación del alimento y, por tanto, se mejora la conservación. En el ámbito doméstico, la capacidad congeladora viene indicada, en la mayoría de los casos, por el número de estrellas del congelador. Este artículo detalla qué significa cada una de las estrellas y cómo debe realizarse una correcta congelación.
Las estrellas del congelador indican la capacidad y rapidez del electrodoméstico para congelar con seguridad
La congelación de alimentos permite alargar la vida útil del producto. Es uno de los tratamientos de conservación que menos modificaciones causa. Aunque debe tenerse en cuenta que la temperatura de congelación no destruye los microorganismos patógenos, sino que detiene su crecimiento y desarrollo. Tampoco elimina las enzimas, es decir, las sustancias químicas que degradan los alimentos. Lo que hacen las temperaturas de refrigeración es detener su actividad, de manera que cuando cesa el frío y los alimentos se descongelan y se alcanzan temperaturas intermedias, los microorganismos pueden empezar a multiplicarse de nuevo.
Por ello es tan importante realizar una correcta descongelación en la nevera. La temperatura de elección de congelación en el ámbito internacional es de -18ºC, en la que la proliferación de bacterias es casi imposible. En el ámbito doméstico, las estrellas que catalogan el congelador son las que indican la capacidad y rapidez del electrodoméstico para congelar con seguridad.
Qué nos dicen las estrellas
La capacidad de congelación está indicada por el número de estrellas del electrodoméstico. Debe tenerse en cuenta que la congelación debe hacerse a temperaturas inferiores a -18ºC. Por tanto, para conseguirla, el equipo debe tener como mínimo tres estrellas, con las que se pueden conservar en buenas condiciones tanto los alimentos que se han comprado ya congelados como los que se vayan a congelar en casa.
- 1 estrella: con -6ºC no sirven para congelar alimentos.
- 2 estrellas: indican una temperatura de -12ºC. A estos grados ya se puede congelar, el agua del alimento se solidifica, aunque permite una mayor fluctuación de la temperatura, con la consiguiente pérdida de calidad y posibles riesgos. En este caso, no se alcanza la temperatura suficiente para eliminar anisakis del pescado, por lo que no sería apropiado para este fin.
- 3 estrellas: se consiguen unos -18ºC, que permiten unas condiciones adecuadas de conservación de los alimentos que ya se han adquirido congelados. En el caso de congelarlos en casa, debe tenerse en cuenta que el tiempo de congelación será lento, aunque si se realiza en las condiciones correctas, no hay apenas riesgos sanitarios.
- 4 estrellas: el congelador garantiza -24ºC, lo que asegura el correcto mantenimiento de los alimentos. En el caso de que se congelen los alimentos frescos, y aunque la congelación es más lenta que en el ámbito industrial, los resultados son muy satisfactorios sin apenas riesgo.
Consejos para una buena congelación
Una adecuada congelación de los alimentos depende de distintos factores: la cantidad de alimentos que se almacenan en este electrodoméstico, el tipo de alimentos (los de mayor contenido en agua se mantienen congelados más tiempo) o la temperatura a la que está el aparato (cuanto más fría, más tiempo permanecen los productos congelados). Además de estos factores, es importante saber elegir bien el recipiente, que debe cerrar herméticamente y no tener fisuras ni grietas para evitar que el aire frío del congelador seque los alimentos. Es recomendable marcar en el envase la fecha en la que se congela el producto.
Si se congelan verduras, estas deben lavarse y escaldarse antes para detener el proceso natural de deterioro y eliminar bacterias. Deben secarse bien antes de introducir en el congelador y eliminar todo el aire que pueda quedar en el interior del envase. La fruta debe pelarse, lavarse y cubrir con azúcar. Si se congela carne, debe eliminarse el exceso de grasa y piel y congelarlas en porciones que se adapten al uso al que se destinan. El pescado debe desescamarse, lavar y secar y envolver bien. Los huevos no pueden congelarse enteros porque, al dilatarse el interior, se rompería la cáscara.
Las preparaciones como salsas o líquidos aumentan de volumen cuando se congelan, por tanto, el envase no debe llenarse del todo, sino que se deben dejar unos centímetros libres. Las patatas y pastas es preferible no congelarlas porque las primeras se endurecen y las segundas, se ablandan. No debe recongelarse un alimento que se haya descongelado.