Con la subida de las temperaturas, aumenta el riesgo de que se produzcan intoxicaciones alimentarias. El motivo, además del calor, es cierta relajación en los hábitos de higiene y el hecho de que se celebran más comidas al aire libre. Prevenir estas intoxicaciones requiere que se lleven a cabo diversas medidas, entre las que destaca mantener la cadena del frío. Y es que conservar los alimentos a una temperatura baja retarda el crecimiento de microorganismos y reduce la incidencia de enfermedades transmitidas por alimentos. El artículo explica cómo prevenir sorpresas desde el momento de la compra y la manera de preparar barbacoas más seguras.
El riesgo de intoxicación por alimentos aumenta durante el verano porque las bacterias patógenas crecen con más rapidez en condiciones de calor. Además, garantizar la seguridad de los alimentos en la época estival puede ser más difícil, ya que con el buen tiempo se celebran más comidas al aire libre, como cocción es fundamental para eliminar riesgos, pueden hacerse pequeños cortes para comprobar el cocinado.
El principal reservorio de Salmonella es el animal. La bacteria puede estar presente en el tracto digestivo de mamíferos como cerdos y vacas o aves sin que presenten síntomas. También pueden detectarse algunas cepas en animales de sangre fría como reptiles y animales acuáticos como moluscos.
La contaminación en las personas se produce sobre todo por el consumo de alimentos contaminados, de forma especial huevos, productos lácteos o carne poco cocida. Prevenir su incidencia requiere seguir unos simples pasos de higiene, como un buen lavado de manos, de las superficies de trabajo y los utensilios, una refrigeración adecuada y una cocción suficiente en toda la superficie del alimento y su interior.