El Comité del Codex Alimentarius sobre los aditivos alimentarios y los contaminantes se ha reunido del 24 al 28 de abril en La Haya (Países Bajos) con el fin de llegar a un acuerdo sobre los modelos internacionales de estas sustancias. Durante la reunión, que forma parte de un programa que lleva a cabo el organismo citado junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para crear modelos internacionales de seguridad alimentaria, se ha examinado la Norma General del Codex para los Aditivos Alimentarios (NGAA) y se ha presentado una propuesta de enmienda al Sistema Internacional de Numeración de los Aditivos Alimentarios, entre otros temas.
Los acuerdos alcanzados durante el encuentro internacional afectan directamente a los procesadores, que ven cómo van incorporándose en el ámbito alimentario nuevas leyes nacionales a las que deben adaptarse. La reunión ha partido del modelo general que establece el Codex para los aditivos alimentarios (GSFA, en sus siglas inglesas), y que ofrece no sólo las condiciones a las que deben ceñirse estas sustancias sino que aporta con mayor claridad las cantidades bajo las cuales pueden utilizarse en diversos productos alimenticios y procesos.
Únicamente están permitidos los aditivos alimentarios que aparecen en la lista aprobada por el Comité de Expertos comunes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la OMS sobre los aditivos alimentarios (JECFA), considerado el órgano especializado en evaluación de riesgos. Estos expertos son los que, tras una evaluación rigurosa, consideran o no aceptable un determinante aditivo para su uso en alimentos. Otros comités de expertos han desarrollado o están desarrollando también los estándares que se refieren al GSFA en sus secciones sobre aditivos alimentarios. En ocasiones, los distintos puntos de vista de los comités requieren ser unificados por el GSFA, aspecto que justifica la regularidad con la que suele reunirse el comité de expertos.
La propuesta presentada ahora pasa por sustituir la lista provisional sobre aditivos alimentarios que identifique las clases y su uso en materias específicas. Entre otras cuestiones, los expertos han establecido que los niveles máximos se indicarán sólo en los casos en los que sea necesario aplicar restricciones de uso o permisos excepcionales. Los expertos han analizado también la prevención y la reducción de la contaminación de la aflatoxina, toxinas naturales presentes en productos como cacahuetes, los niveles máximos de plomo en pescado, la contaminación por cadmio, la presencia de dioxinas, acrilamida e hidrocarburos policíclicos aromáticos.
Más información
La base de datos GSFA ofrece una lista completa de todos los aditivos alimentarios aprobados por la Comisión del Codex
Previo a este encuentro, el Codex lanzaba, el pasado mes de marzo, la herramienta informativa GSFA, destinada a ofrecer las últimas novedades sobre la investigación en aditivos alimentarios, estudio que incluye la justificación de su uso y la necesidad tecnológica de cada uno de ellos. Dentro de la norma de cada producto no sólo se abordan los riesgos para la salud y la función tecnológica, sino también los aspectos relacionados con la calidad.
Esta base de datos incluye todas las disposiciones sobre aditivos alimentarios que han sido aprobadas por la Comisión del Codex, y permite buscar cada aditivo alimentario (nombre, sinónimo, número del SIN), por clase funcional, en función de la definición de los Nombres Genéricos y el Sistema Internacional de Numeración para los Aditivos Alimentarios, así como por categoría de alimentos.
Esta información incluye el nivel dietético máximo del aditivo que no tenga efectos tóxicos demostrables. Este contenido se denomina «nivel sin efecto adverso observado» (NOAEL, en sus siglas inglesas) y se usa para determinar la cantidad de «ingesta diaria admisible» (IDA) para cada aditivo. La cantidad de un aditivo alimentario puede ser consumida en la dieta al día, durante toda la vida, sin que represente un riesgo para la salud. Esta cantidad se expresa en miligramos de aditivo al día por kilogramo de peso corporal (mg/kg peso coporal/día), y suele dividirse por un factor de seguridad, que suele ser 100, y que permite un margen de seguridad.
Antioxidantes, conservantes, modificadores de sabor y textura y colorantes son algunos de los aditivos alimentarios autorizados en la Unión Europea. El aspartamo, uno de los edulcorantes artificiales más utilizados, empezaba en diciembre de 2005 una batalla rodeada de controversia provocada por la publicación de un estudio sobre los posibles efectos carcinogénicos de este aditivo. Según este estudio quedan demostrados, de forma experimental, los efectos carcinogénicos multipotenciales del aspartamo, visibles a partir de una dosis diaria de 20 miligramos por kilo de peso, inferior a la dosis diaria establecida actualmente como aceptable (40 miligramos por kilo en la UE).
Desde la publicación del trabajo en Environmental Health Perspectives, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas inglesas) lleva recopilando nuevos datos sobre el aspartamo, que se encuentra sobre todo en bebidas carbonatadas, refrescos y bebidas edulcoradas, en chicles y caramelos sin azúcar, postres y productos farmacéuticos. Expertos del Instituto Ramazzini de Oncología y Ciencias Ambientales de Bolonia, Italia, trabajan, a petición de la EFSA, en la reevaluación de los efectos de este aditivo, y tienen previsto presentar el 5 de mayo los resultados de las nuevas investigaciones.