Expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han demostrado, en modelo porcino, que beber entre uno y dos vasos pequeños de vino tinto al día contribuye a prevenir la trombosis arterial. Según los resultados del estudio, el consumo moderado de vino tinto, incluso en una dieta rica en grasas, constituye un factor protector en la enfermedad cardiovascular ya que reduce la concentración en la membrana de las plaquetas de la proteína RhoA, implicada en la formación de trombos.
El estudio, publicado en Circulation, ha partido del estudio de las dos estrategias más efectivas en la prevención de enfermedades cardiovasculares: el tratamiento con fármacos hipolipemiantes (pravastatina) y la modificación de la dieta. La investigación se ha centrado en el análisis de los mecanismos moleculares de inhibición del riesgo trombótico durante un periodo de tres meses, en los que se ha suministrado a los animales determinadas dosis de vino tinto.
A los tres meses de ensayo, «los animales que recibieron vino con su alimentación redujeron los factores de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares asociadas a lípidos y a trombosis». Los resultados revelaron un descenso en la oxidación de laslipoproteínas LDL, y un aumento en la concentración plasmática de compuestos fenólicos. También se han observado un aumento del colesterol HDL, el conocido como colesterol bueno.
Los expertos concluyen así que «el consumo moderado de vino tinto, entre uno y dos vasos diarios, tiene un efecto inhibitorio en la trombosis inducida por pared lesionada, por lo que puede ser considerado un factor protector en la enfermedad cardiovascular».