David Izquierdo es responsable del equipo de inclusión Escor Gaztedi Rugby Taldea, un equipo de rugby que ha sido elegido para participar en agosto en Bradford (Inglaterra) en el Primer Torneo Mundial de Rugby Inclusivo (MARWT 2015). Izquierdo asegura que el rugby, lejos de ser un deporte violento, es una práctica llena de virtudes y, sobre todo, “un camino hacia la inclusión y hacia la felicidad”. Por ello lo defiende y anima a ver a quien lo practica como lo que es: una persona deportista. “La sociedad está acostumbrada a ver de las personas con discapacidad todo lo que no pueden hacer, es incapaz de ver lo que sí pueden hacer, incapaz de darles esa ansiada oportunidad”, reclama. A través del deporte, Izquierdo persigue que se reconozca la valía de las personas con discapacidad, que se rompan estereotipos y se ponga el acento en valores humanos y sociales como la pasión, el trabajo en equipo o el respeto.
El deporte inclusivo hace realidad el lema “Todos somos iguales, todos somos diferentes”. Da la oportunidad de interactuar en igualdad y libertad, reivindica el derecho a que todas las personas compartan y convivan una actividad e, incluso, una forma de vida. Para nosotros, el rugby inclusivo es “un punto de encuentro donde cada persona es y deja ser”, un punto de encuentro de familias, deportistas, entrenadores y otras personas, donde sentirse cómodo y disfrutar de la vida y de la compañía es lo más importante.
El rugby, por su naturaleza, es una disciplina inclusiva. Todo el mundo está invitado a disfrutarlo cualquiera que sea su edad, sexo, condición, religión, tamaño, peso, estatura, color de piel… En el rugby, el mejor jugador de cada equipo no es quien más puntos realiza o quien mejor técnica individual posea, sino quien más cohesione el grupo: el jugador que más une a la gente. La actitud del rugby es tan noble, que se amolda a las personas que lo practican y no al revés. Los valores humanos y sociales en los que se apoya son la pasión, trabajo en equipo, aprendizaje, toma de decisiones, autonomía, disciplina, diversión, espíritu deportivo o respeto. Estos hacen que en cada equipo se forme una gran familia porque cada persona adopta un gran sentimiento de identidad, que saca a relucir lo mejor de cada uno.
Sin duda, la actitud de cada uno de los componemos del equipo. A nivel institucional, la de cada entidad. Tanto la asociación Down Araba Isabel Orbe como el Escor Gaztedi RT lo han dado todo desde el primer momento para que este proyecto siga adelante. También destacaría la actitud de las familias que componen ambas instituciones, cuyo apoyo incondicional, ternura y mimo han conseguido que el equipo de inclusión sea uno más dentro del organigrama del club. Es un equipo que ha enriquecido y ha sacado lo mejor de cada persona. Y, por último, la actitud de las y los deportistas de todos los equipos del club, que desde el primer momento han puesto ilusión, dedicación, esfuerzo, trabajo y entrega para disfrutar todos juntos de nuestro deporte, el rugby, y de nuestras vidas.
“Las familias están encantadas, sienten cómo sus hijos e hijas son un miembro más del equipo, ven su ilusión y alegría”
Las familias están encantadas de que sus hijas e hijos entrenen y jueguen en un equipo de rugby. Toda la vida les dijeron que sus hijas e hijos no podían, que no iban a ser capaces, que no eran lo suficientemente buenos. Ahora, de repente, el Escor Gaztedi RT les ha abierto las puertas y les animan a participar en la vida del club, les dicen que son necesarios y válidos para el equipo y para el club. Todo lo que se les ha negado durante toda la vida lo tienen ahora ahí. Pueden sentir cómo su hijo es un miembro más del equipo, pueden ver su ilusión y alegría sintiéndose uno más. Ven a sus hijas e hijos felices y es así como se sienten las familias.
Con este proyecto se han roto muchos estereotipos, no solo acerca de la discapacidad intelectual, sino del propio rugby en sí. En el rugby existe el contacto, pero no es un contacto violento. La diferencia es abismal. Hay otras características más atractivas y es en esas virtudes donde se quedan las ganas de seguir practicándolo. Tanto las familias de los deportistas con discapacidad intelectual como los propios deportistas han sabido hacer el filtro y ver en el rugby un camino hacia la inclusión y hacia la felicidad. Cuando algo se ve claro, el miedo es una barrera fácil de romper, más para las familias y personas que llevan toda la vida rompiendo barreras y sorteando obstáculos.
“La inclusión social de las personas con discapacidad es necesaria para la sociedad”
La participación en un evento de esta envergadura es una gran oportunidad. Para cualquier deportista que entrena a diario, poder competir en un mundial es una de sus máximas aspiraciones. La noticia fue acogida con muchísima ilusión y emoción, no es para menos. Ya ir a Inglaterra a jugar es un sueño, así que ir a jugar un mundial es una felicidad absoluta. Además, el hecho de que nos hayan invitado a participar es una caricia y un soplo de ánimo para seguir trabajando y tener más claro que la inclusión social de las personas con discapacidad es necesaria para la sociedad. Poder participar en este evento de categoría internacional nos permitirá reivindicar con más fuerza el derecho de todas las personas a ser incluidas en la sociedad.
Hemos aumentado los entrenamientos. Todas las semanas nos juntamos con los deportistas y las familias para entrenar. Somos conscientes de que para participar en este evento tenemos que hacer un esfuerzo no solo físico, sino mental.
Lo importante, desde luego, es participar. El hecho de participar y vivir un evento de estas magnitudes ya es una victoria en sí. Poder viajar y compartir unos días con personas que están llevando a cabo proyectos de inclusión social a través del rugby es una vía de aprendizaje permanente y formación para todos. Además, los jugadores van a compartir muchas vivencias y experiencias y les servirá para dar pasos de gigante en la promoción del desarrollo de su propia autonomía personal. Es una oportunidad para experimentar el conocer un país nuevo, una ciudad nueva, gente que habla diferentes idiomas, que tiene costumbres diferentes. Son pequeños detalles que dejamos escapar, pero que son muy importantes para cada persona.
Sí, lo es. Pocas personas con discapacidad tienen la suerte de poder participar en equipos convencionales. Se han roto muchas barreras y estereotipos sobre la discapacidad, pero aún quedan muchas. La sociedad está acostumbrada a ver de las personas con discapacidad todo lo que no pueden hacer, es incapaz de cambiar el punto de vista y ver lo que sí pueden hacer, es incapaz de darles esa ansiada oportunidad de ser uno o una más. Todo el mundo tenemos nuestro lugar, nuestro sitio, pero si se nos niega o se nos anula poder conseguirlo, nos sentiríamos como se sienten las personas a quienes se les ha negado toda la vida. Ya es hora de romper con esta injusticia. Tanto Down Araba como Escor Gaztedi RT, concienciados del difícil acceso de las personas con discapacidad a cualquier ámbito de la vida, han sabido reconducir una necesidad palpable y dolorosa hacia un camino a la inclusión y el enriquecimiento, no solo personal, sino de la sociedad.
Son opiniones y, antes de opinar, se debe probar y experimentar. Nosotros creemos en la inclusión. Nos entregamos a este proyecto porque creemos en él, en las familias, en los deportistas, en nuestro deporte, el rugby, y, desde luego, en la gran familia que el rugby ha creado entre Down Araba Isabel Orbe y Escor Gaztedi RT. Creemos en los sentimientos, emociones y valores que nos unen gracias al rugby. Desde él se desprende tanto cariño y amor, que hacemos un llamamiento, una invitación y bienvenida para todas aquellas personas que consideran que el rugby inclusivo ni llega, ni emociona. Queremos que vengan a entrenar con nosotras y nosotros, que vengan a disfrutar del rugby y de la vida a nuestro lado.
“Hemos pedido que nos arreglen por seguridad los campos de rugby donde entrenamos cada día y siguen estando en malas condiciones”
Creo que hace falta actitud. Lo más fácil es hacer lo que la mayoría hace, pensar lo que la mayoría piensa y opinar lo que la mayoría opina. Falta actitud en seguir lo que nuestro corazón nos pide, para tener capacidad de crítica y equilibrio al repartir los recursos. En nuestra cultura tenemos un deporte que la mayoría de la sociedad sigue. Parece que el resto de deportes no existen y así es con las personas que lo practicamos. En Vitoria-Gasteiz, donde trabajamos, hemos pedido que nos arreglen por seguridad los campos de rugby donde entrenamos cada día equipos escolares, veteranos y el equipo de inclusión, y el campo sigue estando en malas condiciones. Como este ejemplo hay muchos. Si se tuviese un mínimo de sentido común y de actitud crítica para repartir los recursos de forma igualitaria, el deporte inclusivo no solo sería una realidad, sino que sería realidad la práctica de cualquier deporte por cualquier persona.
Desde el Escor Gaztedi RT pretendemos que todas las personas tengan el derecho a la igualdad de oportunidades, que todas las personas encuentren en el rugby un lugar de apoyo y de bienestar, donde sentirse a gusto con todas las personas que forman el club, un lugar en el que todas las personas son escuchadas y valoradas por lo que aportan.
Me gustaría que el proyecto de inclusión social a través del rugby sea un proyecto a largo plazo. No que se quede en el boom de hace tres años hasta aquí. Que el trabajo que estamos haciendo desde la escuela por la inclusión dé sus frutos, que las niñas y niños que hoy entrenan de forma incluida en la escuela del club continúen con esta actitud hacia la inclusión y la hagan realidad, viendo a las personas como lo que son: personas.