Hay motivos para la esperanza, datos que confirman avances y justifican una celebración. Pero no todos se sumarán a ella. Hoy 20 de noviembre, Día Universal del Niño, millones de pequeños en todo el mundo madrugarán para trabajar, serán perseguidos acusados de brujería aunque jamás hayan hecho el menor gesto que lo constate, sufrirán abusos, rechazo y explotación. Es la realidad que duele, pero que no puede quedar ajena a esta conmemoración porque invisibilizaría la realidad de aquellos a quienes hoy se defiende. En este artículo se destacan distintas situaciones a las que se enfrentan los niños que en esta jornada no celebrarán su día.
Abusos físicos, sexuales y emocionales
El alcance de los abusos a los niños es brutal, pero muchas actitudes se perpetúan y justifican, incluso en el hogar
Los niños sufren abuso físico, sexual y emocional, al menos, en 190 países. Estos son los datos recopilados en el informe «Ocultos a plena luz», de UNICEF. Cuando aún no han adquirido la madurez ni la fuerza suficiente para enfrentarse a estas situaciones, los pequeños son empujados a vivirlas de la peor de las maneras. A la fuerza. Este informe supone «la mayor compilación de datos realizada jamás sobre la violencia contra los niños», asegura UNICEF, pero esos datos tienen nombre y sentimientos. Son niños que sufren en el anonimato.
El alcance de estos abusos es brutal, pero incluso así, son actitudes que se perpetúan y justifican en varios ámbitos, advierte UNICEF. No deberían ocurrir en ningún lugar, pero fuera de toda lógica, más si cabe, sorprende que estos abusos ocurran «en lugares donde los niños deberían estar seguros: sus comunidades, sus escuelas y sus hogares». Ni siquiera están a salvo con sus propias familias y, lo que es peor, los efectos a largo plazo a menudo se transmiten de generación en generación. Estas consecuencias pasan por una mayor probabilidad de «estar desempleados, vivir en una situación de pobreza y mantener una actitud violenta hacia los demás».
Por si el pavor ante las conclusiones del informe no fuera suficiente, sus autores alertan: «Los datos proceden únicamente de los individuos que se prestaron a responder y, por tanto, representan una estimación mínima del problema». Este se divide de la siguiente manera:
- Actitudes hacia la violencia. Casi la mitad de las adolescentes, unos 126 millones de jóvenes entre 15 y 19 años, creen que está justificado que un marido golpee a su esposa en determinadas circunstancias. Afganistán, Guinea, Jordania, Mali, Timor-Leste, Camboya, Mongolia, Pakistán, Rwanda y Senegal son los países donde más niñas están convencidas de ello y lo han sufrido. Pese a todo, consideran que no es maltrato, ni siquiera un problema.
- Bullying. Más de un tercio de los estudiantes entre 13 y 15 años sufren actos de acoso escolar o bullying. En Samoa, pero también en Europa y América del Norte, muchos estudiantes intimidan a sus compañeros y reconocen ser víctimas de estos. Son acosados y acosadores.
- Disciplina violenta. El castigo físico -evidenciado en golpes en la cabeza, las orejas o la cara o golpes duros y repetidos- es todavía hoy muy común. Chad, Egipto, Yemen y Swazilandia destacan en las estadísticas, pero alrededor de un 17% de los niños de 58 países son víctimas de los comportamientos descritos.
- Homicidio. Este fue el motivo de la muerte de unos 95.000 menores de 20 años en 2012. Panamá, Venezuela, El Salvador, Trinidad y Tobago, Brasil, Guatemala, Colombia, Estados Unidos y Nigeria (este país acumula la mayor cantidad de homicidios infantiles, 13.000) son los países con las tasas más altas.
- Violencia sexual. El matrimonio infantil es una realidad para miles de niñas en todo el mundo. En ocasiones, los padres toman esta decisión para proteger a sus hijas de la violencia sexual, sin saber que en realidad las colocan frente a ella. Una de cada tres adolescentes casadas (84 millones) ha sido víctima de violencia emocional, física o sexual por parte del esposo o compañero. República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial, Uganda, República Unida de Tanzanía y Zimbabwe son los países con mayor prevalencia. En Suiza, la victimización a través de Internet ha propiciado que menores de 15 a 17 años hayan sufrido algún acto de violencia sexual. En un estudio realizado en 2009, el 22% de las chicas y el 8% de los chicos dijo haber sufrido al menos un incidente de este tipo de violencia, con contacto físico. En todo el mundo, alrededor de 1 de cada 10 niñas menores de 20 años (120 millones) ha experimentado relaciones u otros actos sexuales por la fuerza.
La iniciativa #ENDViolence de UNICEF aboga por una acción colectiva para poner fin a la violencia contra los niños. Con el lema «Haz visible lo invisible», se busca concienciar y apoyar los esfuerzos para compilar pruebas sobre las medidas que funcionan. Unos 70 países ya se han unido a esta iniciativa. Como explica Manos Unidas con motivo de este día, «una infancia cuidada y protegida es el mayor garante del desarrollo de las naciones». Por ello hasta octubre de este año ha apoyado 84 proyectos relacionados con la infancia.
Niños acusados de brujería
En Togo, uno de los proyectos que lleva a cabo Misiones Salesianas se centra también en los pequeños. En este país, nadie quiere ser un «enfant dit sorcier». Los menores que reciben esta denominación son acusados de brujería y han de hacer algo para librarse del diablo. A Rosalie le obligaron a tomar una poción elaborada por un curandero y que contenía veneno de consecuencias mortales. Dijo a unas compañeras del colegio que las pegaría si se acercaban a ella y, cuando una de las chicas enfermó, todas las miradas la acusaron. Y no es un hecho aislado. Las denuncias a niños por brujería han aumentado en África Subsahariana. Se cuentan por miles. Misiones Salesianas tiene contabilizados a 70.000 menores que en los últimos 20 años han sufrido algún tipo de exorcismo en la República Democrática del Congo.
A los pequeños a quienes se acusa de brujería se les reprocha usar su poder para hacer el mal, causar enfermedades o provocar la muerte de otras personas. Esos poderes se atribuyen a niños en cuyas familias el padre ha perdido el empleo, alguno de sus miembros ha enfermado de malaria, sida o Ébola, entre otras, ha ocurrido alguna muerte o una desgracia que, aun sin razón, se atribuye a la acción de los menores.
Para concienciar sobre esta situación y darla a conocer, Misiones Salesianas ha realizado el documental «Yo no soy bruja», que recoge la situación de menores acusados de brujería en Togo, donde trabaja para librar a los niños de este estigma.
Este año se cumple un aniversario muy especial: los 25 años de la Convención sobre los Derechos del Niño. Manos Unidas recuerda que con este tratado “la infancia dejó de ser considerada objeto de protección para pasar a ser sujeto de pleno derecho”. Su principal valor radica en que es “el primer instrumento internacional que reconoce a los niños y niñas como agentes sociales y como titulares activos de sus propios derechos”. La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó su contenido el 20 de noviembre de 1989 y entró en vigor el 2 de septiembre del año siguiente.
La Convención se divide en 54 artículos relativos a derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños. Aboga por una infancia sin discriminación, en la que los menores sean “protegidos, respetados y animados a participar en las decisiones que afectan a sus vidas”. Hasta el momento, ha sido ratificado por 194 países, entre los que no se encuentran Estados Unidos, Somalia ni Sudán del Sur. Este hecho no es baladí, ya que en aquellos países que han ratificado este acuerdo, “la Convención ha inspirado cambios en la ley para proteger mejor a los niños y niñas”, explica UNICEF.
En cuanto a los retos pendientes, Save the Children precisa:
- Más de mil millones de niños viven en países o territorios afectados por conflictos armados.
- La falta de inversión en la infancia es uno de los principales obstáculos para la realización de los Derechos del Niño.
- Cada año 1,5 mil millones de niños y niñas son víctimas de violencia.
- Hasta 57 millones de niños siguen sin poder ir a la escuela y 250 millones están fuera de la escuela o si asisten no tienen logros de aprendizaje.
- Casi la mitad de todas las muertes de niños menores de 5 años son consecuencia de la desnutrición.
- 230 millones de niños no son registrados al nacer, lo que les excluye de las políticas y servicios públicos.
- Tres de cada cuatro niños son castigados y/o corregidos con violencia en sus hogares.
- Algunos gobiernos todavía limitan el espacio y la libertad de expresión de la sociedad civil para defender los derechos de los niños.
- Más de 650 millones de niños en todo el mundo viven en condiciones de pobreza extrema y sufren graves carencias en términos de salud, nutrición, educación y protección.
- Los niños en situación de pobreza y vulnerabilidad sufren desigualdades. En muchos países, tienen tres veces más probabilidades de estar fuera de la escuela, casi tres veces más probabilidades de tener bajo peso y dos veces más probabilidades de morir antes de cumplir los cinco años, a diferencia de los niños que gozan de mejores condiciones económicas.