El empleo es uno de los sectores más castigados por la crisis económica. Pero son, sobre todo, las personas con discapacidad las que en mayor medida han sentido las consecuencias. El descenso registrado el pasado año en el número de contratos en empleo ordinario fue paralelo al aumento de demandantes de trabajo con discapacidad. Los compromisos adquiridos por la Administración pública y las empresas privadas parecen ser la solución más inmediata, pero se pide que no sea la única.
Graves efectos
El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) alertó hace varios meses de los “graves efectos” que la crisis económica está teniendo en el empleo de personas discapacitadas. Su predicción para el futuro apuntaba a una situación “muy delicada”, puesto que las personas con discapacidad son de por sí especialmente vulnerables en cuestiones de inclusión laboral. El CERMI pedía entonces “el máximo esfuerzo de acción y eficacia” a los poderes públicos, las administraciones y los sectores sociales en general.
Casi dos terceras partes de los demandantes de empleo con discapacidad (62,3%) están en paro
Desde la Federación Empresarial Española de Asociaciones de Centros Especiales de Empleo, su secretario general, Antonio Millán, hacía también balance de 2008 y destacaba el impacto directo de la crisis en la facturación, “con lo que esto conlleva de peligro al mantenimiento del empleo de las personas con discapacidad”. Advertía del “riesgo especial” para este grupo, “cuyas tasas de inactividad y desempleo son de dos a tres veces peores que para el resto de la población”.
El pasado año, los contratos en el mercado laboral ordinario descendieron a cifras de 2006, mientras que el empleo protegido -en centros especiales- registró un aumento con respecto a los dos años anteriores. En cuanto a las personas con discapacidad inscritas en oficinas de empleo, el aumento fue del 25%. Se pasó de 68.598 demandantes en 2006 a 86.079 en 2008. El “Informe del mercado de trabajo de las personas con discapacidad, Marzo 2008” subraya que casi dos terceras partes de los demandantes de empleo discapacitados (62,3%) están en paro. Además, la tasa de actividad entre las personas sin minusvalías se sitúa en el 59,95%, frente al 33,7% de las personas con discapacidad.
Estrategia Global de Acción
Una de las principales reclamaciones de las personas con discapacidad es su derecho a un trabajo accesible. Como todas las personas, buscan desarrollar su profesión en condiciones de seguridad y salud, “un trabajo que permita la conciliación de trabajo y familia, donde el diálogo social desempeñe el papel habitual en las relaciones laborales”, destaca FEAPS. Con la intención de dar respuesta a esta reivindicación, el pasado mes de septiembre se aprobó la Estrategia Global de Acción para el Empleo de Personas con Discapacidad 2008-2012.
Se propone mejorar la empleabilidad e integración laboral, promover el acceso al mercado de trabajo y evitar la pérdida masiva de empleo
Este documento se propone mejorar la empleabilidad (capacidad para encontrar trabajo) e integración laboral de las personas con discapacidad, promover el acceso al mercado de trabajo y evitar la pérdida masiva de empleo y la inestabilidad. El objetivo fundamental, según el CERMI, debe ser reorientar las políticas activas de empleo, “sentando nuevas bases y ampliando y perfeccionado un sistema de inclusión laboral que aún tiene que avanzar mucho para dar respuesta a las demandas de normalización laboral de este grupo de población”.
En total, la Estrategia supondrá una inversión de 3.700 millones de euros: 740 millones por año que se repartirán en bonificaciones en cotizaciones a la Seguridad Social de las empresas que contraten a personas con discapacidad (440 millones) y fomento del empleo protegido (300 millones). En principio, los términos en que se ha establecido la Estrategia cuentan con el beneplácito del CERMI y otros interlocutores sociales, con los que fue negociada y consensuada.