Cada 25 de mayo África reclama atención. Es su Día: el aniversario de la fundación de la Organización de la Unidad Africana, sustituida en 2002 por la Unión Africana, una jornada para atraer el interés de la comunidad internacional. Sin embargo, algo está cambiando. Con motivo del Día de África se recuerdan los numerosos conflictos por los que atraviesa el continente y se vuelve a pedir ayuda, pero cada vez se hace menos hincapié en la crisis. El acento se pone en la esperanza y en una petición a las mujeres para que potencien su protagonismo y “saquen adelante al continente”.
Unidad y cooperación son las claves del futuro de África. Unidad entre la propia población africana, que ha de ser consciente de su potencial, y cooperación con un continente que concentra las tasas más elevadas de pobreza. «El futuro de la madre África mejorará si trabajamos unidos», augura el director de SOS África, Nguema Emaga Eyui.
El 25 de mayo se conmemora el Día de África, una jornada en la que se recuerda la situación de crisis por la que atraviesa pero que, este año además, pone el acento en la esperanza. Una esperanza que se escribe en femenino. «Las mujeres tienen un papel muy importante, por ello hemos decidido potenciar sus proyectos, para que asuman el protagonismo que les corresponde», recalca Emaga Eyui.
«Las mujeres son las columnas que están sosteniendo a las familias en África»
En algunas zonas de África, las mujeres son despreciadas «sólo por el hecho de ser mujeres». Sin embargo, a pesar de todo, en los últimos años han conseguido avances importantes. «Cada vez hay más universitarias», recuerda el director de SOS África. En 2004, Wangari Mathai se convirtió en la primera mujer africana galardonada con el Premio Nobel de la Paz «por sus contribuciones al desarrollo sostenible, a la democracia y a la paz». Ella es un ejemplo, pero no el único. «Las mujeres son las columnas que están sosteniendo a las familias en África», insiste Emaga Eyui.
Por este motivo, el Día de África se centra en ellas. En su papel en el pasado y el futuro del continente. Maendeleo ya Wanawake es una organización femenina con casi 60 años de experiencia en este terreno. Fundada en 1952, contribuye a mejorar la situación económica y social de las mujeres en Kenya. Sus programas incluyen formación en la toma de decisiones, higiene personal y prevención del VIH/Sida. Precisamente, según el informe «Salud y desarrollo», de Medicusmundi, «el VIH/Sida mina en su base el desarrollo económico y social de los países a los que afecta». Países que coinciden con las zonas más pobres del planeta y que, en buena parte, se concentran en África Subsahariana.
Maternidad sin riesgo
Al hacer balance de los avances conseguidos en el continente en los últimos años, el director de Medicusmundi, Félix Fuentenebro, reconoce que «no han sido muchos», aunque se han producido mejoras. A su juicio, la situación de la mujer «sigue siendo el gran reto» y, sobre todo, el acceso a la sanidad, aunque destaca los logros de algunos proyectos como la «Iniciativa por una Maternidad Sin Riesgo». Respaldado por la mayoría de los países en desarrollo, este plan ha permitido desde 1987 impulsar programas para disminuir la mortalidad y morbilidad maternas, y ha dado pie a la puesta en marcha de otras iniciativas.
«Las mujeres son despreciadas sólo por el hecho de ser mujeres»
En este contexto, en enero de 2004 se creó la Sociedad para la Maternidad sin riesgo y la Salud de los recién nacidos (Partnership for Safe Motherhood and Newborn Health), cuyos objetivos son mejorar la salud materna y neonatal e involucrar en este fin a un mayor espectro de organizaciones. En definitiva, «responder con mayor eficacia al desafío impuesto por las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio«, explica Fuentenebro.
El Plan Director de la Cooperación Española 2005-2008 establece las prioridades geográficas en el reparto de fondos. En este caso, la atención se centra en “los países menos desarrollados económica y socialmente”, un ámbito en el que África ocupa un importante espectro.
El Plan distingue entre países prioritarios, con atención especial, preferentes y menos adelantados. Los primeros son aquellos en los que se concentra el mayor volumen de recursos de la cooperación española. Se incluyen en este grupo Argelia, Marruecos, Mauritania, Túnez y diversos países del África Subsahariana, como Mozambique, Angola, Namibia, Senegal y Cabo Verde.
Los fondos se reparten entre países prioritarios, países con atención especial, preferentes y menos adelantados
Por su parte, los países con atención especial se caracterizan, según recuerda el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, por la necesidad de prevenir conflictos o contribuir a la construcción de la paz, la debilidad del respeto a los derechos humanos y del sistema democrático y por crisis derivadas de desastres naturales, o crisis financieras y sociales que “generan un impacto perceptible en la estabilización o incremento de niveles de pobreza en los sectores más desfavorecidos de la población”. Son países de especial atención: República Democrática del Congo, Etiopía, Guinea Ecuatorial, Sudán y Guinea Bissau.
Respecto a los países preferentes -Egipto, Sudáfrica, Santo Tomé y Príncipe-, son aquellos con sectores de la población en condiciones de bajo desarrollo económico y social, mientras que los Países Menos Adelantados (PMA) engloban a un grupo de países sumidos en una pobreza “profunda”. A esta condición se une la debilidad de sus recursos económicos, institucionales y humanos, lo que ralentiza el desarrollo de sus economías. La mayoría de los PMA se encuentran en el África Subsahariana.