Son entidades falsas. Asociaciones fantasmas que crecen bajo el paraguas protector de la mentira porque cuando se quiere creer, se cree. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha advertido de la aparición de entidades fraudulentas que prometen -sin ninguna intención de cumplir- la obtención de visados, asistencia y oportunidades de trabajo en el extranjero. Las ofertas se envían a través de Internet, sin pudor alguno a la hora de pedir dinero para realizar unas gestiones que nunca se llegan a tramitar. La lista de afectados no incluye a España porque, al menos de momento, no se han registrado denuncias referidas a este país. Pero la alerta se mantiene. Para conseguir que el engaño cuele, las ofertas simulan estar respaldadas, incluso, por organismos de Naciones Unidas.
El deseo por salir del país en busca de un futuro aparentemente mejor puede llevar a cometer errores. A veces, las prisas por escapar son simultáneas a una planificación que deja cabos sueltos y resta tiempo para comprobar si una oferta de empleo cazada al vuelo en Internet es el pasaporte que se esperaba o un simple papel mojado sin validez. El fraude existe. Aprovecharse de las ilusiones es cruel, pero hay quien vive de la crueldad. Lo ha advertido la Organización Internacional para las Migraciones después de recibir varias denuncias: «Cuidado con las ofertas fraudulentas de asistencia para la migración que encuentre en Internet o reciba por correo electrónico». El aviso es claro y llega a tiempo. Pretende que nadie más quede atrapado en las redes de quienes se lucran a costa de las esperanzas de aquellos que están en apuros.
La OIM pide a todas las personas que tengan intención de emigrar que sean «sumamente cautelosas» a la hora de considerar las ofertas
La OIM pide a todas las personas que tengan intención de emigrar, independientemente del destino, que sean «sumamente cautelosas» a la hora de considerar las ofertas que encuentran en Internet o reciben por correo electrónico. En este sentido, denuncia la aparición de entidades fraudulentas, cuyo objetivo es «sacar dinero a los migrantes y engañar». Para ello, se escudan en una supuesta colaboración. Aseguran que sus programas cuentan con el respaldo del país de destino, asociaciones de abogados, la propia OIM e, incluso, Naciones Unidas u otras organizaciones humanitarias.
La OIM asegura que se ha visto obligada a hacer público este anuncio «en respuesta a muchas indagaciones y preguntas» de diversas fuentes que solicitan una prueba, la verificación de que esos mensajes electrónicos son auténticos. E insiste: «Los migrantes potenciales deben tener mucho cuidado con el funcionamiento de estos operadores inescrupulosos». Añade que quienes están detrás de estas redes llegan a colgar fotografías de personas «que han copiado y pegado de Internet» o utilizan, sin autorización alguna, el nombre y el logotipo de la OIM y de otros organismos de Naciones Unidas. Estos símbolos les ayudan a crear un marco de confianza que, sin embargo, desaparece al hurgar en él.
El contenido de los mensajes es engañoso, tiene disfraz de promesa, dice lo que cualquier persona deseosa de cruzar la puerta a una vida mejor querría leer: obtención fácil de visado, asistencia de transporte, oportunidades de reasentamiento, posibilidades de trabajo en el extranjero. No se deja nada. Pero continúa la OIM: «No hay que fiarse de este tipo de ofertas, particularmente, cuando se solicita el envío de dinero por anticipado».
Los acusados no tienen nombre ni apellidos conocidos. Todavía. Pero la OIM ha hecho pública la lista de aquellas entidades y organismos que son utilizados, sin permiso, para estafar. En la diana: Australia, Canadá y Estados Unidos, principalmente. Un vistazo a las estadísticas explica por qué. Según datos oficiales de la OIM, Estados Unidos era, en 2005, el país con mayor número de inmigrantes (38,4 millones), seguido de lejos por Rusia (12,1 millones), el segundo clasificado. Canadá (6,1 millones) y Australia (4,1 millones) también se situaban en el «top ten». «De todas formas, la OIM tiene unas 400 oficinas distribuidas en todo el mundo», lo que dificulta la centralización de denuncias, recuerda esta organización.
Avisos
La Embajada de Canadá en México también ha advertido sobre posibles fraudes. Reconoce que el Ministerio de Ciudadanía e Inmigración de Canadá (CIC) ha sido informado de que «las personas que solicitan visas y permisos de trabajo podrían ser engañadas para que compren documentos falsos». Explica que, «en varios casos», han tenido constancia de ofertas de trabajos «muy bien pagados» en hoteles o barcos, mientras que otras veces se ha prometido una visa, viaje y alojamiento, a cambio de dinero. Para evitar nuevos fraudes, desmonta esta versión con hechos reales: los funcionarios de visas del CIC nunca utilizan cuentas de correo electrónico comerciales y «jamás» piden a las personas que realicen depósitos en cuentas bancarias personales a cambio de servicios relacionados con las visas. Para concluir, un consejo rotundo: «Desconfíe de representantes que operan desde el extranjero y que le prometen que le conseguirán la visa, que obtendrá la ciudadanía o que el Gobierno de Canadá le dará un trato especial».
En la misma línea, Estados Unidos ha hecho públicos los avisos pertinentes. La Embajada en España advierte de fraudes con el programa de visados de inmigrantes e incluye un enlace al Departamento de Estado sobre sitios web impostores o fraudulentos. En él, enseña a distinguir un sitio oficial, que siempre ha de contener el indicador «.gov», y pide cautela al enviar cualquier información personal que pueda ser utilizada para cometer una estafa o robo. Otro aviso, el de la Comisión Federal de Comercio, anima a permanecer vigilante ante quienes soliciten dinero por «facilitar» la tramitación de la tarjeta verde («green card»), que permite residir en el país de manera permanente. «Ellos le dirán que, a cambio del pago de un cargo u honorario, pueden facilitarle su participación en la lotería de visas de diversidad», alerta. Este sorteo se celebra cada año para distribuir solicitudes de visas de inmigrante, pero a diferencia de lo que pueda afirmar cualquier intento de fraude, «los ganadores son seleccionados al azar y no se cobra ningún cargo para participar en la lotería».
Los mensajes del Ministerio de Inmigración de Australia van también en esta dirección. Recalcan cómo cualquier persona puede solicitar una visa personalmente, sin recurrir a un agente de migración, e inciden en que ninguna petición será resuelta con mayor celeridad por esta razón: «No influye en el resultado de la solicitud». Sólo disculpan la intermediación de agentes registrados en la Autoridad Registradora de Agentes de Inmigraciones (Migration Agents Registration Authority, MARA), siempre que los solicitantes tengan dudas sobre el proceso o presenten un caso complejo.
La Autoridad Registradora de Agentes de Inmigraciones establece que todos los profesionales inscritos han de cumplir un código de conducta. De esta manera, se intenta que tengan un mayor conocimiento de los procedimientos legales de migración y sigan unos estándares éticos.
Han de actuar de manera justa y ser francos sobre las posibilidades de una resolución favorable
Un agente de migración ha de actuar de manera clara, justa y competente con su cliente, con el que nunca debe compartir intereses personales o profesionales. Tampoco tiene que cobrar por asesorar sobre cuestiones diferentes al expediente de migración, si antes no ha informado de ello por escrito, y siempre ha de ser franco sobre las posibilidades de una resolución favorable.
A lo largo de 19 páginas, el código de conducta enumera derechos y obligaciones, establece el cálculo de tarifas o remarca la necesidad de almacenar documentos y archivos que puedan ser solicitados por las autoridades para realizar una investigación o asegurar que el proceso cumple la legalidad. A simple vista, tiene un único inconveniente: su aplicación sólo es obligatoria en Australia.