Hotel con spa para después de esquiar, clases de perfeccionamiento con un monitor, comidas a diario en las pistas, material de última tecnología y equipación impecable. No puede negarse que ir a esquiar de este modo sea un placer, pero sale muy caro. Por ello, como se explica a continuación, también se puede disfrutar de unos días en la nieve sin tener tantos lujos: compartir la escapada -y los gastos- con un grupo de amigos, alojarse un poco más lejos y no a pie de pista o llevar la propia comida permite ahorrar mucho dinero sin tener que renunciar a esquiar.
Consejos para ahorrar en la nieve
Disfrutar de unos días en la nieve sin arruinarse es posible, aunque para ello conviene prestar atención a los siguientes consejos:
Reservar el hotel con antelación supone un ahorro notable. De este modo, se pueden escoger las fechas de temporada media o baja u ofertas que no se encuentran en plena temporada de esquí. Es un riesgo, ya que no se puede prever si habrá nieve suficiente o qué tiempo hará en la fecha escogida, pero compensa. Y si en el peor de los casos no se pudiera esquiar, se puede disfrutar de la montaña y de unos días de descanso.
No ir en fechas clave: Navidad, hasta el día de Reyes y los puentes de invierno son fechas en las que todo el mundo puede acudir a la estación por estar de vacaciones. Si se evitan esos días y se escoge otra fecha, acercarse a una estación las dos semanas anteriores a las fiestas navideñas o en mitad del invierno puede reducir a la mitad los gastos.
Compartir coche: para llegar a la estación de esquí se necesita un coche, por lo que se puede compartir con amigos y así ahorrar tiempo y dinero. Es una manera económica, ecológica y divertida de subir a la montaña.
Buscar ofertas de viaje con forfait incluido: lo habitual es que en las agencias de viajes se vendan paquetes para ir a la nieve en los que se incluye el alojamiento (a pie de estación o en la población más cercana), desayuno y cena, y los forfaits para los días en que se va a esquiar. Comprar estos paquetes es más económico si se va a un hotel, ya que las agencias obtienen precios más competitivos y los forfaits son caros.
Compartir alojamiento: si se viaja en grupo, se puede alquilar un apartamento, una opción mucho más barata que el hotel. Además, en grupo también se pueden compartir los gastos al hacer la compra para las comidas.
Alojarse a una distancia media de la estación: aunque haya que trasladarse a diario hasta la estación (se puede hacer, en casi todas las estaciones, en autobuses que dejan a pie de pista), dormir en un hotel en una localidad cercana reduce mucho el precio de la estancia en la nieve.
Alquilar el material: el material para esquiar es caro, aunque compensa si se va a utilizar mucho o se es buen esquiador. Si se acude pocos días a esquiar o se comienza esta práctica, en ocasiones, es muy útil alquilar los esquís -con fijaciones-, bastones, botas, casco (este último en caso de ir con niños o practicar snow) o las tablas de snowboard. En todas las estaciones tienen tiendas de alquiler de estos materiales y abonos para dos, tres, cinco días… Viajar sin el material es más cómodo y no hay que estar pendiente de limpiarlo y recogerlo, ni de cargarlo y descargarlo cada día en el hotel o apartamento al regresar de la estación.
Recurrir a equipación o material de segunda mano: como en el caso anterior, si se practica mucho o se es experimentado, el esquiador tendrá su propio equipo. En caso contrario, se pueden alquilar chaqueta y pantalón adecuados para esquiar. En el caso de los niños -que cambian de talla cada año- o las personas que no saben si volverán a esquiar o van poco, resulta muy útil alquilar las prendas. Si se prefiere comprar, hay grandes superficies especializadas donde se puede adquirir ropa de esquí a buen precio.
No comer en las pistas: tomarse un café, un chocolate o un caldo caliente en un descanso en la estación es necesario, pero si además se come todos los días en las pistas, se puede gastar mucho dinero. Si es posible, se puede llevar una mochila con bocadillos, fruta y chocolate para comer. En caso de estar en un apartamento con un grupo de amigos, el gasto de cenas y desayunos se compartirá también entre todos.
Escoger la estación adecuada: hay estaciones más caras que otras. Aunque al ir a esquiar se debe escoger la estación según la comodidad, la adaptación de las pistas al nivel del esquiador o su carácter familiar, entre otros, no está de más comparar precios hasta encontrar los que más se ajusten al presupuesto familiar.
Pasar solo el día: hay personas que viven cerca o no muy lejos de una estación de esquí. En estos casos (aunque sea cansado y haya que conducir un par de horas), se puede ir a la estación a pasar el día y volver a casa por la tarde, en cuanto comience a anochecer. También se puede ir solo medio día a la estación, lo que además reducirá el precio del forfait.