El casco convencional no protege a los esquiadores de los impactos en ciertas partes de la cara, como la nariz, los pómulos, la mandíbula y los dientes, que también son susceptibles de sufrir lesiones. Por esta razón, la Sociedad Catalana de Cirugía Maxilofacial recomienda proteger las regiones de la cara y de la mandíbula con un casco integral y, en ciertos casos, con una férula protectora. En este artículo se explica la importancia de estos consejos para practicar deportes de nieve. También apunta quiénes tienen más riesgo de accidente al esquiar y nombra las lesiones más frecuentes de esta práctica.
Medidas de protección facial en la práctica de deportes de nieve
Proteger la cara durante la práctica deportiva no es una recomendación dirigida solo a los esquiadores de élite, sino también a todos los aficionados a los deportes de nieve. Se calcula que cumplir las medidas de protección facial podría prevenir el 60% de las lesiones. Solo en EE.UU., la Asociación Americana de Dentistas estima que el uso de protectores bucales previene unas 200.000 lesiones al año. En España, la prevención de estas consecuencias en la nieve ha llegado tarde, tras las recomendaciones que se han difundido en el ámbito internacional, destaca Joan Birbe Foraster, cirujano maxilofacial, presidente de la Sociedad Catalana de Cirugía Oral y Maxilofacial y representante español del Comité Americano de Cirugía Maxilofacial.
El casco convencional solo protege el cráneo y deja al descubierto otras partes de la cara que se pueden lesionar al esquiar
¿En qué consisten? En el uso de un casco integral y de un protector dental (o bucal). En la actualidad, los esquiadores y practicantes de otras modalidades deportivas sobre la nieve ya están familiarizados con la utilización del casco craneal. Pero este casco convencional solo les protege el cráneo y les deja al descubierto otras partes de la cara que se pueden lesionar. Por esta razón, los expertos aconsejan el uso de un casco integral.
La protección dental es un plástico flexible que se emplea en diversos deportes donde puede haber contacto, como el boxeo, el fútbol, el baloncesto, el hockey, el fútbol americano, el rugby o las artes marciales. Es útil frente a caídas y choques contra superficies duras, como ocurre en el esquí o el snowboard. Los protectores más eficaces son los personalizados, que fabrican los cirujanos maxilofaciales o los odontólogos. Pero también se pueden adquirir otros no personalizados, de fábrica, tanto en tiendas de deporte como en farmacias.
Aumenta el riesgo de accidentes al esquiar
Hombre, joven y con un estilo de esquí agresivo, fuera de pista, en nieve virgen y sobre bumps (relieves en un terreno abrupto). Este es el retrato robot de las personas que, con mayor frecuencia, sufren traumatismos en la cara por un impacto directo, mientras practican este deporte o alguna de sus modalidades de mayor riesgo, como el snowboard, el esquí half pipe o sobre bumps.
En los últimos años, la tendencia al alza de la práctica del snowboard y el hecho de que la mayoría de los aficionados a este deporte sean jóvenes con un estilo temerario han incrementado el riesgo de los accidentes en pista. Las personas afectadas por traumatismos tras recibir un impacto directo mientras practican distintas modalidades de esquí son, en un 70% de los casos, hombres, y en un 30%, mujeres, que en general son más precavidas.
No obstante, ser una persona prudente y esquiar de forma tranquila, a menudo, no basta para librarse de un accidente en la nieve. Muchas personas reciben el impacto indirecto de un esquiador que les embiste por la cola en la que están o que da un salto, patina y cae sobre ellas, según datos de Joan Birbe.
Entre los aficionados a los deportes en la nieve, los snowboarders registran más caídas que los esquiadores y tienen un riesgo tres veces mayor de lesionarse que los practicantes de la modalidad alpina, según un estudio sueco que analizó las lesiones de ambos durante una década. El estudio se publicó en 2004 en Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports. Esto se debe a que su capacidad para reaccionar y frenar a tiempo para no chocar con otros esquiadores o contra el terreno es menor. Además, su tendencia a salir de las pistas les hace más proclives a tener accidentes en zonas sin medidas de seguridad y donde es más difícil socorrerles.
Las lesiones en la cara, como las fracturas, pueden ser graves y dejar secuelas tanto estéticas como funcionales en la estructura muscular y en la ósea, pero los practicantes de deportes de nieve no lo tienen en cuenta. De ahí que en los servicios de urgencias de los hospitales de tercer nivel sean cada vez más frecuentes los traumatismos en la región facial y la mandibular, debido al esquí y al snowboard, aunque en España aún no se dispone de muchos datos sobre estos accidentes. Países como EE.UU., Nueva Zelanda o Austria (Innsbruck, en concreto) sí reúnen abundante información, según Birbe.
¿Cuáles son las lesiones más frecuentes entre los esquiadores? Entre ellas, figuran las fracturas y lesiones de nariz, pómulos, labios, mandíbulas y dientes. Algunas son más frecuentes que otras, según el mecanismo que las origina (colisión o caída). Las fracturas óseas son más probables tras una colisión entre personas o choques y caídas contra objetos en la estación de esquí, mientras que los traumatismos en la zona dentoalveolar son más comunes cuando el esquiador se golpea con su propio equipo o contra los telesillas, según se recoge en un estudio del equipo de Robert Gassner, de la Universidad de Innsbruck, publicado en Journal of Oral and Maxillofacial Surgery.