Intercambio de casas, también para las vacaciones de invierno

Alojarse en la casa de otra familia supone un ahorro diario de 78 euros para viajes internacionales y 53 euros en destinos de turismo interno
Por Blanca Álvarez Barco 4 de enero de 2014
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Imagen: Carlos López

Cada vez son más las familias que pasan las vacaciones de Navidad o el inicio de año fuera de su casa. Y de estos, cada vez más lo hacen en los hogares de otros, mientras esos dueños viven en el suyo. El intercambio de casas para vacaciones es una opción al alza que permite ahorrar mucho dinero y hacer viajes “con encanto”. Gracias a esta práctica, es posible pasar unas semanas en el loft de un director de cine en Ámsterdam o un mes en una granja con caballos en Dinamarca, sin gastar un solo euro en alojamiento. En el siguiente artículo se explica cómo llevar a cabo el intercambio de casas entre particulares para viajar y se resuelven algunas dudas acerca de este modo de hacer turismo.

La crisis ha cambiado muchos aspectos de nuestras vidas, y también las costumbres al viajar. Ahora, el ahorro prima en muchos casos por encima de otras consideraciones. Un modo de gastar poco en un viaje, que no es conocido por todo el mundo, y que además permite moverse de una manera diferente es el intercambio de casas en vacaciones. Hospedarse en un hotel en el extranjero, según un informe del Instituto de Turismo, un organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, supone un gasto medio diario de 121,2 euros. En cambio, las familias que se alojan en casa de familiares o amigos (el caso del intercambio) gastan 43,3 euros al día. Eso representa un ahorro de 78 euros cada día. Respecto a los viajes internos, el gasto medio diario en hoteles es de 70,1 euros, y de 25,2 euros, si es en casa de familiares o amigos (53 euros de ahorro diarios).

Intercambiar casas es una manera más cálida de alojarse y permite conocer la cultura que se visita como un local

Por ello, y por ser una forma más cálida de alojarse y de adentrarse en la cultura del lugar que se visita, el intercambio de casas se utiliza cada vez más. Y también en el caso de vacaciones cortas, como Navidad o puentes largos. ¿Cómo hacerlo? ¿Es seguro? ¿Tienen que ser equivalentes las casas? A continuación, se resuelven estas y otras dudas.

  • Qué pasos seguir para buscar una casa:

    Lo habitual es buscar una web de intercambios de casas y allí registrarse. Se crea un perfil y se indican las preferencias o destinos favoritos. Es posible enviar propuestas a otras familias, y también se reciben ofertas.

    Este modo de viajar no es apto para quienes tienen ideas fijas o son personas poco flexibles. Porque, a veces, la propuesta recibida (y no la solicitada) es al final la que decide el destino. Así, en ocasiones se tiene un planteamiento muy claro de dónde ir de vacaciones, pero al recibir una oferta fantástica, no se puede rechazar y se cambia de planes por completo. Conviene siempre estar abiertos a los cambios y las nuevas ideas sobre lugares y formas de pasar las vacaciones.

  • Forma de viajar segura:

    El intercambio de casas es una opción segura. Si se desea, se pueden pedir referencias de intercambios que ya haya realizado la familia con la que se hará, aunque no es lo habitual. Si surgen problemas (se rompe algún pequeño objeto, etc), la gente se ofrece a reponerlo o pagarlo. En general, los huéspedes pasan poco tiempo en casa y solo van a dormir o hacer alguna comida, así que los accidentes son poco frecuentes. Otros accidentes de mayor envergadura, los cubriría el seguro de hogar, igual que si estuviera el dueño del inmueble.

    Además, este modo de viajar es un acuerdo mutuo entre las familias que hacen intercambio, y si se hace, es porque se comparte una visión abierta y confiada sobre los demás.

  • Cómo decidir la mejor opción:

    La decisión del destino final se basa, sobre todo, en los gustos de la familia: campo o ciudad, país que se desea visitar, si hay diversiones cerca para los niños, como parques de atracciones o playa, etc. El intercambio para los habitantes de nuestro país resulta muy fácil porque España es un destino turístico conocido en todo el mundo.

  • Intercambio de llaves:

    Todos tenemos un vecino que se presta a hacer favores, pero no es preciso siempre recurrir a él. Amigos y familiares son quienes suelen recibir a la familia visitante y le entregan las llaves. Pero también hay quien aporta las indicaciones oportunas para encontrar su llave (escondida en lugar seguro), o incluso quienes las dejan en taquillas del aeropuerto.

  • ¿Casas equivalentes?

    No hay que preocuparse si uno dispone de un piso de 60 metros y quiere alojarse en una granja de seis hectáreas o en una casa con jardín. Como se trata de viajar, habrá quien desee estar en un pequeño apartamento en Nueva York sin importarle que los propietarios de ese piso pasen dos semanas en su enorme casa con jardín y piscina al borde del mar. Todo depende de lo que las familias necesiten y pacten entre ellas.

  • Duración del intercambio de casas:

    No hay tiempo estipulado, ni las estancias entre las dos familias equivalentes. Hay quienes viajan por España y están pocos días en una ciudad. En cambio, los propietarios de esa casa pueden pasar después en la de los visitantes el tiempo que deseen mientras esté vacía. Es, de nuevo, cuestión de pactarlo entre las familias.

    Además, tampoco tiene por qué ser simultáneo. Si las familias tienen una segunda residencia, por ejemplo, pueden intercambiarla y no tienen por qué viajar ambas al mismo tiempo.

Tres meses en Nueva York sin pagar ni una noche de hotel

¿Tres meses sabáticos en Nueva York sin arruinarse en hoteles? Carlos López, creador de la comunidad de intercambio happyhamlet.com, así lo hizo. El alojamiento era para su plan turístico un problema, pero no lo fue al recurrir al intercambio de casas. Así, hace ya casi diez años pudo encontrar tres familias diferentes para pasar tres meses en Nueva York sin pagar ni una noche de hotel. Y, desde entonces, viaja de esta manera junto a su familia, y hasta ha creado su propia comunidad de intercambio. Pero hay otras muchas. Entre ellas, destacan las siguientes:

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