El hígado es el órgano depurativo por excelencia. Los hepatocitos o células hepáticas requieren el aporte idóneo de ciertas vitaminas para que, por acción de una familia de enzimas hepáticas, puedan llevar adelante las reacciones de limpieza de productos de desecho metabólico. La nutrición específica del hígado, por medio de una cuidada selección de alimentos y el aporte óptimo de ciertas vitaminas, es más necesaria si cabe en caso de insuficiencia hepática, cuando se toman medicamentos o ante una intoxicación etílica.
Vitaminas específicas para el hígado
Un grupo de enzimas hepáticas regulan la funcionalidad de los hepatocitos. Estos requieren el aporte idóneo de vitaminas y, de manera específica, de la B1 o tiamina, la B6 o piridoxina y la B12 o cianocobalamina, para propiciar la reacción de depuración y desintoxicación. La participación de estos nutrientes es fundamental en caso de insuficiencia hepática aguda o crónica, si se toman medicamentos y plantas medicinales con distintos fines y ante una intoxicación etílica, dado que los metabolitos se metabolizan por el hígado. Con una cuidada selección de alimentos específicos para la nutrición del hígado, la dieta puede reportar una buena dosis de estas vitaminas, si bien puede no ser suficiente. En casos concretos, el consumo extraordinario de estos nutrientes en forma de medicamento será decisión del facultativo, quien determinará el tipo de complemento, la dosis farmacológica y la duración del tratamiento, para garantizar la cura y evitar efectos secundarios.
Algunas vitaminas actúan de manera específica en la correcta funcionalidad hepática
Como dato, en algunos cuadros de intoxicación etílica aguda moderada, se administra por vía oral o intravenosa, tiamina, piridoxina o vitamina B12, como ayuda para acelerar la recuperación de los hepatocitos lesionados y que no se ocasione un mayor daño neurológico por el tóxico.
Alimentos ricos en vitamina B1: cereales integrales y biológicos, legumbres (soja y lentejas), carne de cerdo.
Alimentos ricos en vitamina B6: el componente más abundante con diferencia es el germen de trigo. La levadura de cerveza también constituye un buen complemento dietético. Abunda en los vegetales, en particular en los cereales integrales, los frutos secos -pipas, nueces, avellanas, cacahuete y su crema, pistachos y el resto, en este orden- y, en menor cantidad, en ciertas frutas como el plátano, el aguacate, verduras verdes como las judías verdes, puerro, espinacas y coles. La forma idónea para aprovechar al máximo el contenido vitamínico de estos alimentos es tomarlos crudos o con cocciones suaves y cortas.
Alimentos ricos en vitamina B12: huevos, lácteos (sobre todo los quesos curados), pescados y carnes. En los vegetales, está disponible en derivados fermentados de la soja como el miso o el tempeh y en algas, si están enriquecidas. Pero la presencia de esta vitamina en los vegetales es discutible, según sea o no la vitamina activa, la cianocobalamina o sus formas análogas pero inactivas, las cobalaminas.
Complementos dietéticos y plantas tóxicas
Se estima que hay más de mil sustancias dañinas y tóxicas para el hígado, entre las que se citan ciertos medicamentos con y sin receta, remedios a base de plantas y complementos nutricionales, además de las drogas ilegales. Aunque cada individuo tiene su propio ritmo para procesar estos productos y eliminar sus metabolitos tóxicos, otros factores como fumar, beber alcohol y comer determinados alimentos aumentan la toxicidad de algunos medicamentos y plantas.Desde el «Hepatitis C Support Project», se informa cómo después de ingerir los medicamentos por vía oral, estos se transportan en el torrente sanguíneo desde el intestino al hígado, donde se metabolizan en sustancias químicas activas y productos derivados (metabolitos). Algunos de estos metabolitos resultan tóxicos para el hígado y se depuran en los hepatocitos gracias al sistema de enzimas hepáticas citocromo, hasta eliminarlos mediante las heces o la orina. La intoxicación se desarrolla cuando un fármaco, una planta o un alimento acelera o ralentiza el metabolismo de una sustancia tóxica. Se conoce que el consumo de determinados zumos de frutas, como el de pomelo, frambuesa, uva y mora, interactúa de forma negativa con ciertos medicamentos si se toman a la vez, al inhibir la actividad depurativa de una enzima hepática (citocromo P4502C9).
Algunos medicamentos, como el paracetamol, son dañinos para el hígado a partir de ciertas dosis o si se combinan con alcohol: unos sólo para ciertas personas, mientras que otros causan daño hepático crónico con diversidad de efectos secundarios (reacciones alérgicas, acumulación de grasa en el hígado -esteatosis-, reacciones inmunitarias, etc.).
Fumar, beber alcohol y comer determinados alimentos aumenta la toxicidad de algunos medicamentos y plantas medicinales
Con determinados complementos dietéticos sucede algo similar. El Comité de Seguridad de Medicamentos de Uso Humanorevisó en 2003 los datos de seguridad de las especialidades farmacéuticas con extracto de té verde tras recibir la notificación de España y Francia de varios casos de reacciones hepáticas adversas relacionadas con un producto adelgazante, EXOLISE®, que se vendía sin receta médica y que se ha prohibido y retirado del mercado. Los complementos nutricionales de hierro, niacina o vitamina A, ingeridos en dosis elevadas, se vinculan también con toxicidad hepática, de ahí que se insista en la importancia del asesoramiento antes de tomar un complemento o una planta sin receta médica.
Para regenerar la función de los hepatocitos y que estos desempeñen de forma correcta su función depurativa y reguladora, sirven plantas ligeramente amargas, como el diente de león, el cardo mariano y la alcachofa. Un especialista deberá supervisar su modo de consumo (infusión, comprimidos, cápsulas), la dosis y la duración del tratamiento, y valorará la necesidad de recetar una dosis extra de vitaminas que ayude a la regeneración de los hepatocitos.
Los alimentos, según sus componentes, sirven por sí mismos para el tratamiento de determinadas enfermedades o dolencias. En el caso de los males de hígado y de la vesícula biliar, que si son leves cursan con molestias digestivas como dispepsia, flatulencia, hinchazón abdominal y dolor de cabeza, las verduras verdes son las más apropiadas.
Entre ellas se incluye la alcachofa (Cynara scolymus ), que comparte con otras de sabor algo amargo la cualidad de ser eficaz para el tratamiento de las disfunciones hepato-biliares, en particular, el extracto, que concentra cinarina e inulina, los principios activos. Varios estudios clínicos han demostrado la eficacia y seguridad de los extractos acuosos de alcachofa en el tratamiento de la disfunción hepato-biliar y de malestares digestivos. Por otra parte, surgen análisis clínicos que evalúan el uso de este extracto como una posible prevención o cura para los síntomas de la resaca, aunque las investigaciones en este sentido todavía son escasas y los resultados no son tan claros como los esperados.