Es importante dedicar tiempo al bebé en verano. Las vacaciones son el mejor momento para disfrutar del pequeño todo lo que no se ha podido durante las jornadas laborales. En verano, tener todo el tiempo (y la energía) disponible puede ayudar mucho para afianzar los lazos afectivos con el niño. Es importante disfrutar del aire libre con el bebé, fomentar la relación entre el pequeño y los libros, así como con familiares a los que el niño, en general, ve poco.
La importancia de dedicar tiempo al bebé en verano
Las vacaciones con niños son muy distintas a las que se viven antes de tener hijos o después, cuando estos ya han crecido. El bebé exige una atención casi continua y eso obliga a que todas las actividades se deban planificar en función de su presencia. Esto vale tanto para los viajes como para el resto del tiempo de vacaciones; cuando padres y madres no acuden a sus puestos de trabajo pero deben ejercer de padres y madres las 24 horas del día.
El bebé debe aprender a jugar y, para ello, necesita la motivación y la compañía de los padres
Lo importante de las vacaciones es que se pueden aprovechar para realizar todas aquellas actividades que durante el resto del año quedan limitadas a breves momentos del día o de la semana. Así lo destaca la logopeda Almudena Valle. «Lo bueno es dedicar al bebé el tiempo que no siempre se le se puede dedicar durante el resto del año. No tiene por qué tratarse de actividades específicas o demasiado complejas: puede ser algo tan sencillo como jugar con los niños».
A menudo, padres y madres no dedican un tiempo exclusivo para jugar con el bebé durante el año. No es extraño que los progenitores aprovechen las horas lúdicas del pequeño para otras actividades. Sin embargo, el niño también tiene que aprender a jugar y, en este sentido, el papel de los padres es fundamental: deben motivarle, estar con él, hablarle y escucharle, aunque el bebé apenas emita todavía sus primeros balbuceos.
Disfrutar al aire libre con el niño
Es importante aprovechar las vacaciones de verano para disfrutar de los espacios exteriores y del aire libre con el bebé. Si bien la exposición al sol es peligrosa para los niños muy pequeños, sí es aconsejable (tras tomar las precauciones correspondientes) sacarle a la calle y acompañarle al parque para que juegue. Para el bebé, es muy estimulante utilizar sus cinco sentidos para descubrir los elementos de la naturaleza: si gatea o da pasitos por el césped, notará la rugosidad del suelo y de las cortezas de los árboles en los que se apoye; así como su olor y su temperatura.
Crear pompas de jabón es una sencilla propuesta para disfrutar con el bebé al aire libre en verano
Una opción muy simple para disfrutar al aire libre con el niño, y que a la mayoría de los niños agrada, es crear pompas de jabón. Para ello, se puede comprar un sencillo bote de burbujas o bien crearlo uno mismo, con un alambre al que se le dé la forma correspondiente, y utilizar agua jabonosa. El líquido espumoso necesario para formar las pompas se obtiene al mezclar agua con detergente de lavavajillas (o champú) y un toque de glicerina. Las burbujas pueden proporcionar horas de entretenimiento al pequeño, sobre todo si el adulto logra pompas grandes que reluzcan bajo el sol.
El bebé y los libros
El verano es una buena ocasión para fomentar en el bebé un vínculo con los libros que dure en el tiempo
El verano es una buena ocasión para acercar al bebé al mundo de los libros. Esta aproximación puede realizarse de dos maneras diferentes. Por un lado, a través de la lectura en voz alta de historias y relatos. Si bien el menor a esta edad todavía no entiende el sentido de la historia, sí percibirá que se le está hablando de una manera especial y recibirá las inflexiones de la voz. Las horas de lectura pueden convertirse en un momento especial incluso antes de que el pequeño tenga conciencia de que le están leyendo un cuento, lo que favorecerá que nazca el importante vínculo del niño con los libros.
Por otro lado, el bebé usará el libro casi como si fuera un juguete. El pequeño, cuando tiene un año de vida, está reconociendo formas, por lo que conviene darle ejemplares coloridos, con muchas imágenes y tapas duras. Su manera de experimentar con él incluirá llevárselo a la boca e intentar romperlo (algo que hará si se le da un libro no indicado para su edad). De esta forma, el niño se familiarizará con el libro desde antes de conocer sus verdadero uso y las fantasías que guarda en su interior.
Las vacaciones pueden servir para que el bebé tome contacto con familiares a los que ve poco (o nada), debido a falta de tiempo o a que viven lejos. Es lo que ocurre con los niños que pasan el verano en el pueblo de sus padres o abuelos: la llegada de un nuevo miembro de la familia se convierte en un verdadero acontecimiento.
Pero no solo en los pueblos. El ritmo que muchas personas llevan en la ciudad ocasiona que, pese a que la distancia no sea tanta, las visitas o los encuentros entre familiares o amigos sean esporádicas. Los días de vacaciones representan una excelente oportunidad para compensar, al menos en parte, esas ausencias y compartir jornadas enteras con los bebés.