Perder peso. Este es el gran y difícil reto que se plantean muchas personas cada año, con cada cambio de estación y, sobre todo, en verano. No obstante, en los casos más graves, puede ser conveniente recurrir a la cirugía. Recientemente se ha desarrollado una nueva técnica muy prometedora, aunque todavía cuenta con pocos casos, que consiste en el implante de un marcapasos gástrico que se puede calibrar en función de los hábitos de comida de cada paciente, de modo que este pueda comer de todo y a las horas del día a las que esté habituado, pero menos cantidad. El cirujano Manuel Miras, coordinador de la Unidad de Cirugía Bariátrica de la Clínica La Luz, de Madrid, y primer cirujano en implantar este mecanismo en España, el sistema abiliti ®, explica sus ventajas y cómo puede ser una alternativa en el tratamiento de la obesidad.
Un dispositivo igual que los utilizados para la patología cardíaca, pero que actúa a nivel gástrico. Consta de un sensor que se introduce en el estómago y de un electrodo que se coloca en la pared gástrica. Cuando se come o se bebe, el sensor manda un estímulo al marcapasos, que lo transmite al electrodo. Ello produce una sensación de plenitud que hace desaparecer el apetito, sin ningún sacrificio para el paciente, puesto que no siente hambre. Además, se calibra para adaptarlo a las necesidades específicas de cada paciente, de forma que si este dice que desayuna, come, merienda y cena, se acopla para que pueda hacerlo, aunque en menos cantidad.
“Con el marcapasos gástrico, la mayoría de los pacientes pueden comer lo que quieren aunque en menor cantidad”
La mayor ventaja es que esta técnica no es agresiva, ni traumática ni complicada. Yo diría que ese es su mayor beneficio frente a otras técnicas quirúrgicas. El marcapasos se coloca por vía laparoscópica, que es cirugía mínimamente invasiva, dura entre 30 y 40 minutos, y el paciente, una hora después, ya se encuentra bien. De hecho, solo requiere un día de ingreso, aunque también se podría realizar como una cirugía ambulatoria. No tiene complicaciones ni mortalidad y, frente al resto de intervenciones, su principal aportación es que se puede adaptar a las necesidades de cada paciente.
La preparación de la intervención no requiere ningún cuidado especial y el postoperatorio tampoco es duro. No tiene nada que ver con el resto de intervenciones quirúrgicas relacionadas con la obesidad. El mismo día que se le opera, el paciente se levanta y puede tomar líquidos: permanece ingresado un día por precaución, pero al día siguiente se le da el alta.
Es una técnica para el paciente obeso. Cualquier paciente obeso con una indicación de cirugía puede ser intervenido con esta técnica. Me refiero a personas obesas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 35.
“El marcapasos se convertirá en una de las primeras técnicas de elección en el tratamiento de la cirugía de la obesidad”
Una vez colocado el marcapasos, el paciente acude a una unidad de Nutrición y se calibra en función de las necesidades del paciente, que en principio no tiene que seguir ninguna dieta especial: en el 95% de los casos, los pacientes pueden comer lo que quieren, aunque menos cantidad. Por este motivo, es una técnica con un gran futuro.
En todo el mundo, la más importante se registra en Alemania, donde se han colocado dispositivos gástricos en 100 pacientes, con un seguimiento de tres años. En España, se implantaron los dos primeros en marzo y, hasta ahora, se han colocado a unos 12 pacientes.
Su efecto beneficioso se puede valorar al cabo de un año. Con el marcapasos gástrico, en relación al sobrepeso previo que tuviera, el paciente pierde entre el 35% y el 38% de su peso en un año, algunos hasta el 42%. Esto quiere decir que un paciente a quien le sobren 100 kilos, en un año adelgazará entre 30 o 40 kilos. La pérdida de peso porcentual depende de cómo se adapte el paciente al marcapasos ya que, en función de la calidad de vida que quiera tener, se puede graduar para que coma más o menos.
“La técnica del marcapasos gástrico es revisable y reversible”
El marcapasos gástrico tiene un futuro increíble. Es una especie de ordenador que se calibra con un microchip, en función de lo que el paciente precise. Se calibra una sola vez y, por norma general, no necesita más ajustes, salvo que quiera realizar cambios en sus hábitos de comida. Si un paciente quiere ir a Miami o Nueva York, lo calibramos para que coma sin que tenga un desfase horario.
En el caso de que una persona desayune pero no coma, y tome un sándwich a media tarde y luego cene, mientras que otra tome desayuno, comida, merienda y cena, el dispositivo se puede programar para que, si a media mañana no se come nada, no se pase hambre. Si los sábados y domingos una persona hace algún tipo de deporte, necesita beber más agua y comer más que a diario, así que también se puede calibrar para que estos días pueda comer y beber más. Es una especie de ordenador, donde todo lo que hace el paciente queda registrado.
No, se realizan desde un ordenador a través de la pared abdominal.
Sí, porque además no es agresiva y no tiene las complicaciones de otras técnicas.
“Esta técnica no ha mostrado ninguna complicación ni contraindicación”
No tiene ninguna complicación y, hasta el momento, no se ha encontrado ninguna contraindicación. Pero necesitamos reunir más casos para tener una evidencia clínica importante. Puede que los resultados indiquen a largo plazo que en un paciente con obesidad mórbida (IMC superior a 60) sea mejor practicar un bypass gástrico u otra técnica. De momento, es una alternativa para la que no hemos encontrado una contraindicación absoluta.
Este mecanismo gástrico es la técnica idónea, que se puede adaptar a las características individuales y hacerla compatible con la profesión y estilo de vida de cada uno.
Creo que será la primera técnica de elección en el futuro del tratamiento de la cirugía de la obesidad.
Porque sus resultados son buenos, la técnica para colocarlo tiene una tasa de mortalidad cero, es mucho menos agresiva que cualquier otra y garantiza la buena calidad de vida del paciente.
Es reversible y revisable. Si un paciente no quiere adelgazar o no está contento, el dispositivo se desactiva y puede llevar una vida absolutamente normal y corriente. Una vez desactivado, no molesta.
En España, un millón de personas padecen obesidad mórbida, el 15% de los adolescentes son obesos, las tasas en niños y adultos superan la media registrada en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Un dato destacable es que solo el 1% de todos estos casos lo son por causa genética. La mayoría responden a hábitos de alimentación y estilos de vida inadecuados.
El marcapasos gástrico abiliti ®, fabricado por IntraPace, con sede en Mountain View (California, EE.UU.), no solo ayuda a perder peso, sino que contribuye a reeducar a los pacientes con hábitos alimenticios incorrectos y que tienden a comer entre horas. Esto se debe a que este mecanismo actúa sobre el estómago y el cerebro, y permite eliminar la sensación de hambre. Además, según destaca Manuel Miras, se calibra para que el paciente solo pueda comer a determinadas horas del día, según sus costumbres (como en el desayuno, un tentempié a media mañana, la comida, la merienda y la cena).
Cuando come fuera de horas o se excede, el marcapasos emite impulsos que le provocan saciedad. Además, todas sus ingestas y las veces que bebe quedan registradas y el sistema las manda vía wifi al médico endocrino. De esta forma, gracias a este “chivato” y a la sensación de plenitud que genera, el dispositivo disminuye la ansiedad por comer.