A la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) le pasa como al cáncer de pulmón, los infartos o la insuficiencia cardiaca: ya no es cosa solo de hombres. La EPOC se feminiza en España, como lo prueba que hace una década las mujeres apenas representaban un 10%-15% de todos los afectados, mientras que ahora ya alcanzan el 20%-25% del total. Este incremento se debe a que la incorporación tardía de la mujer al tabaquismo se empieza a notar ahora. Los expertos animan a consultar al médico ante síntomas como ahogo al hacer esfuerzos o tos matutina con expectoración, sobre todo si el afectado ha fumado, es exfumador e, incluso, fumador pasivo. Además, una nueva investigación mundial sobre mujeres con EPOC ha puesto de relieve que las pacientes tienen una mayor afectación muscular, más lesiones y se ahogan más que los hombres, pero poseen mejores mecanismos de reparación, según explica su autor, Joaquim Gea, jefe del Servicio de Neumología del Hospital del Mar, de Barcelona, y presidente del Congreso Europeo de Respiratorio, celebrado en Barcelona, donde se ha presentado el estudio.
Sí, lo habitual, respecto a muchas enfermedades que se conocen y que afectan a hombres, es que se ha asumido que afectaban de forma parecida a las mujeres, pero no es así. En referencia a la EPOC, la causa fundamental es el tabaco y, junto a esta, hay otros motivos adicionales, derivados de la cocción de carbón y la leña en zonas rurales. Lo que ocurre es que en la población femenina que lleva muchos años fumando, pero que comenzó con el tabaco más tarde que la masculina, empiezan a surgir casos tanto de esta enfermedad como de cáncer de pulmón. También afloran casos de otra época, aunque menos, de mujeres expuestas al humo de la cocción de carbón y leña.
Sí, en los países nórdicos, los pacientes con EPOC típicos son mujeres. La mujer ahora tiene costumbres más cosmopolitas, sale, ya no es ama de casa y ha incorporado hábitos, como fumar antes, por lo que se producirá un cambio. Si en España el porcentaje de afectadas antes era bajo, ahora ya es de entre un 25% y un 30%. Solo es cuestión de tiempo que esta enfermedad, en la que casi todos eran hombres hasta hace poco, llegue a más población femenina.
“En los países nórdicos los pacientes con EPOC típicos son mujeres”
Hay estudios poblacionales según los cuales el 10% de la población adulta padece esta dolencia pulmonar. De este porcentaje, una parte muy pequeña, del 10%-15%, correspondía a las mujeres hace solo 10 años. Y desde entonces hasta ahora se ha incrementado, y ha ocurrido en muy poco tiempo. De ahí la importancia de lo que está sucediendo: antes era de forma mayoritaria una enfermedad de hombres, pero ahora una de cada cuatro mujeres tienen EPOC.
Se han realizado espirometrías en mujeres con EPOC y se ha analizado cómo se expresa la enfermedad, si los síntomas son los mismos en ambos géneros, si hay más o menos afectación en huesos, músculos, cerebro (esta enfermedad afecta sobre todo a los pulmones, pero también a otros órganos), o si son diferentes.
“La causa fundamental de la EPOC es el tabaco y existen otros motivos adicionales como la cocción de carbón y la leña en zonas rurales”
En los estudios de función muscular respiratoria las conclusiones más importantes son que, a igual gravedad, la percepción de afectación y ahogo de las mujeres es más alta. Podría decirse que la expresión de la dolencia es más “florida” en la población femenina. Los efectos se notan más en los bronquios, pues padecen una mayor inflamación de los bronquios o bronquitis, mientras que los hombres sufren una mayor destrucción del pulmón. Afecta de manera diferente a un sexo y otro. En cuanto al estado nutricional, es peor en las fumadoras, que tienen más afectados los músculos y más lesiones, causadas de forma directa por la propia enfermedad y el tabaco. Se sabe porque algunas participantes en el estudio aceptaron que se les realizara una pequeña biopsia muscular. En cambio, tienen mejores mecanismos de reparación.
Antes de que la enfermedad progrese y provoque una afectación mayor, es importante acudir al médico. Si una persona se ahoga al subir una escalera, debe consultar, puesto que una persona sana no se ahoga (disnea); y si tiene tos por las mañanas y “arranca” (expectora) mucosidad, también. Hay fumadores que piensan que toser por la mañana es normal, pero no lo es. Es preciso hacer una espirometría en estos casos y diagnosticar si es una EPOC porque, si se diagnostica a tiempo, es más fácil de abordar. Hay que evitar el principal tóxico, el tabaco y sus efectos colaterales, el humo. Ante el ahogo por esfuerzo y la tos con expectoración por las mañanas, en personas que llevan 15-20 años fumando, hay que acudir al médico, aunque les parezca que sus pulmones están en condiciones normales.
“A igual gravedad de la EPOC en mujeres y hombres, la percepción de afectación y ahogo de las mujeres es más alta”
El tabaquismo pasivo es una causa importante de daños colaterales. Estas personas aspiran de forma continua sustancias del humo del tabaco que quedan suspendidas en el aire y que les perjudican. Los exfumadores puede que hayan estado 15 o 18 años fumando. Entre los jóvenes, fumar forma parte de la iniciación de los ritos sociales de la adolescencia e incluso interpretan que son señal de madurez. Muchas de estas personas dejan de fumar a los 40 años, pero después haber estado 20 años fumando, se puede haber desarrollado una enfermedad y pueden surgir síntomas que se deben mirar.
Estamos muy centrados en los mecanismos moleculares de la parte muscular y de nutrición relacionadas con la enfermedad. Estudiamos la alteración, y parece que los mecanismos de hombres y mujeres son debidos al estrés oxidativo, y se estudia una serie de elementos nutricionales y fármacos para retrasar este proceso e, incluso, revertirlo en gran parte. También esta diferencia entre la afectación muscular de hombres y mujeres puede deberse a factores hormonales, pero las hormonas que se tendrían que dar para combatirla serían masculinas y, por lo tanto, no es una vía para compensarla.
“El diseño de los tratamientos de muchas enfermedades se ha hecho en función de los hombres, y hay una discriminación por género”
Como ha pasado en muchas enfermedades, la exposición de los hombres y mujeres, que trabajaban fuera y dentro de casa, era distinta. El diseño de los tratamientos de muchas enfermedades se ha hecho en función de los hombres, y hay una discriminación por género. Pero el fenotipo de las enfermedades puede ser igual o no en hombres y mujeres. Con el diagnóstico y el tratamiento se ha tendido a hacer lo mismo, cuando el grado de afectación y expresión de las enfermedades puede ser distinto. Las diferencias hormonales no solo se producen en la edad fértil, en la que hay más hormonas protectoras, sino también después.
Sí, esta cuestión relativa a las diferencias de expresión de las enfermedades y de sus síntomas en hombres y mujeres no solo ocurre en la EPOC, sino también en la insuficiencia cardiaca, la diabetes y muchas otras enfermedades. Hasta ahora, nuestro abordaje de muchas enfermedades ha sido un poco simplista, por igual en los dos géneros, mientras que ahora ya se tiende a la medicina personalizada, en la que no se trata a todos igual y se considera que una enfermedad no afecta a un solo órgano. Normalmente, las enfermedades crónicas afectan a distintos órganos, la expresión en ambos es diferente, y a los 40 años y a los 60 también es distinta, por razones hormonales. Todo es más complejo de lo que parecía y hay una mayor tendencia a la identificación de la base genética de una persona, los factores de riesgo que actúan en cada una, y al tratamiento de cada paciente en concreto.
Para evitar la EPOC, la primera medida que se debe adoptar es “dejar de fumar. Es un hábito que no tiene ningún sentido: destroza el pulmón. Algunas mujeres recurren al tabaco porque les ayuda a mantener el peso, pero hacerlo tiene muy pocas compensaciones, porque el tabaco puede provocar muchas enfermedades, entre ellas la EPOC, arrugas prematuras, afectar a la piel, etc.”, advierte Joaquim Gea.
Otras costumbres sociales también pueden conducir a la EPOC, por lo que se debe evitar aspirar el humo en recintos cerrados, en el caso de las barbacoas y, en el de las chimeneas, asegurarse de que las instalaciones para la salida del humo sea buena, señala Gea.