Aunque la unión de piezas de madera se realiza a menudo mediante clavos o tornillos, también se pueden emplear diversos pegamentos que facilitan la tarea. No en vano, un buen encolado es garantía de uniones rígidas y duraderas. Una vez elegido el tipo de adhesivo adecuado para cada caso, es fundamental respetar las indicaciones del fabricante referidas a la cantidad de cola que se debe aplicar, temperatura de uso y tiempo de secado.
Colas y otros adhesivos
Uno de los adhesivos más habituales en trabajos con madera es la cola blanca o vinílica. De espesor medio y gran resistencia, se emplea para encolar madera y derivados de ésta, sobre todo cuando el ensamblado es complejo, la superficie es muy grande o se deben pegar muchas piezas. Para un agarre óptimo, necesita secar durante una o dos horas.
Otra cola tradicional es la glutinosa o de carpintero. Está elaborada a partir de cuero animal y se emplea casi en exclusiva en la restauración de muebles antiguos, ya que no resiste la humedad ni el calor.
Para el encolado de estratificados plásticos y similares se utilizan colas de contacto o neopreno. Este tipo de adhesivos son también muy apropiados para unir grandes tableros de poco grosor. La cola se aplica a las dos superficies que se unirán, se deja secar y se presiona una superficie contra la otra. Tienen el inconveniente de que apenas permiten correcciones una vez que las piezas están en contacto.
Para uniones resistentes entre materiales de distinta naturaleza, se pueden utilizar también las colas expósitas. Están formadas por dos componentes que se deben mezclar para ser activos. Fraguan con lentitud, pero su velocidad se puede acelerar si se aplica un secador de mano a la unión o se introducen las piezas en el horno a temperatura suave. Si es necesaria alguna corrección, se pueden eliminar con alcohol metílico antes de que se sequen.
Cuando se quieren encolar piezas pequeñas o los cantos de los enchapados, se puede recurrir a adhesivos en forma de barras o cartuchos que se insertan en pistolas especiales que las calientan y funden para su aplicación. Las piezas se deben unir con rapidez antes de que la cola se enfríe. Basta con presionarlas a mano durante unos treinta segundos. Su resistencia es inferior a la de la cola vinílica.
Lograr una buena adherencia
Con cualquier cola elegida, para un óptimo resultado es básico respetar las indicaciones del fabricante referidas a la cantidad de cola que se debe aplicar, temperatura de uso y tiempo de secado.
Para un óptimo resultado, es fundamental respetar las indicaciones del fabricante
Además, para una buena adherencia, ésta debe ser mecánica o específica. En el primer caso, la fijación se consigue al penetrar la cola en las células de la madera. Si el encolado está bien hecho, la madera se astillará cuando se intenten despegar las piezas, mientras que la cola resistirá.
La adherencia específica se alcanza cuando la fijación se consigue por atracción de las moléculas de cola extendidas sobre las caras que se quieren unir. En este caso, la cola se queda en la superficie, por lo que al separar las piezas se despega de una y de otra cara.
Antes de proceder a su unión, la madera debe estar seca, limpia y sin astillas. En caso contrario, será necesario lijarla, dejar secar y eliminar los posibles desperfectos.
Para evitar errores difíciles de reparar, es aconsejable rotular y marcar las dos piezas que se unirán
Además, para obtener un buen resultado, se deben emplear piezas similares, de la misma clase o textura, y pegarlas en el sentido de las vetas.
Para evitar errores difíciles de reparar, es aconsejable rotular y marcar las dos piezas que se unirán y realizar un montaje previo “en seco”.
Se puede utilizar un pincel para aplicar cola blanca sobre las superficies pequeñas y una espátula dentada sobre las de mayor tamaño.
Para eliminar los excedentes de cola blanca, es posible utilizar un trapo humedecido en agua. Las expósitas se retiran con disolvente, y las de contacto se pueden limpiar con acetona.