El recibidor tiene una función clara: dar la bienvenida a las personas que llegan al hogar. Es decir, representa la primera impresión de la casa, tanto para las visitas como para quienes viven allí. En este artículo se describe el papel de la entrada de la vivienda y se brindan datos esenciales sobre su decoración, sobre todo a partir líneas y espejos, y de los muebles y complementos más apropiados para este espacio, como estantes y percheros.
El recibidor, la estancia que da la bienvenida
No todos los hogares cuentan con un recibidor. Con el fin de aprovechar al máximo las superficies cada vez más pequeñas de las viviendas, esta es una de las estancias que primero se descartan en la planificación de pisos y casas. Y es una pena, porque el recibidor -como su nombre indica- cumple la función de recibir a las personas que acceden al hogar, tanto visitantes ocasionales como quienes residen allí. Su decoración puede dar la bienvenida de muchas formas distintas.
Lo más apropiado es que el estilo del recibidor esté en la misma línea que el salón, que por lo general es la parte de la casa a la que se accede al traspasar este primer espacio. Se deben buscar buenas combinaciones para los colores de las paredes y el tipo de muebles que se ubican en ambos sitios, así como con el resto de los adornos y detalles que dan personalidad a la decoración.
Líneas y espejos en el recibidor
Al igual que en la decoración de pasillos y otras estancias pequeñas, se deben aplicar algunos conceptos clave. Si los techos son muy altos, conviene evitar las líneas verticales, al igual que, si el espacio es demasiado largo y estrecho, lo mejor es que no haya líneas horizontales en las paredes. Las líneas incrementarían la sensación de altura en el primer caso, y de estrechez en el segundo, lo que puede resultar un poco agobiante.
Un espejo grande en el recibidor aporta luminosidad y sensación de amplitud, además de que resulta muy útil para quien está por salir
Una de las estrellas del recibidor es un gran espejo. Cumple sobre todo dos funciones: por un lado, aporta luminosidad y genera una sensación de mayor amplitud en la estancia; y por el otro, otorga a quien está por salir la posibilidad de echar un vistazo general a su propio aspecto. El espejo puede estar colgado o empotrado en la pared, o bien, simplemente apoyado. En este último caso, adquiere un aspecto más informal, y la ligera inclinación con la que queda da una perspectiva distinta a quienes se miran en su cristal.
Un consejo: el espejo debe colocarse en alguna de las paredes laterales del recibidor, y nunca en la enfrentada a la puerta. El hecho de que la primera imagen que se vea al entrar en la casa sea el propio reflejo puede causar sobresaltos y malas sensaciones a las personas que acceden.
El recibidor, sus muebles y complementos
Hay algunos muebles y complementos que se debe procurar tener en el recibidor. Uno de los más importantes es una mesa o una especie de cómoda. Sobre ella se ha de colocar algún elemento decorativo (flores, un centro de mesa, una escultura, etc.) y también, si su tamaño lo permite, un vacía-bolsillos, un pequeño recipiente en el que dejar objetos pequeños como llaves, tarjetas o papeles.
Algunos complementos son muy prácticos en el recibidor, como un cuelga-llaves, un perchero y un recipiente para los paraguas
Si el tamaño de la mesa o cómoda no es suficiente para apoyar algo sobre ella, conviene complementarla con algún otro mueble que permita hacerlo. Puede ser un banco, una silla o un taburete. El efecto decorativo de estos asientos (que en raras ocasiones se usarán como tales) resulta atractivo, además de proporcionar la utilidad de una superficie donde apoyar bolsos u otros objetos al llegar a casa o cuando se está a punto de salir.
Además, lo más idóneo es contar con un cuelga-llaves específico. También un perchero resulta un complemento muy apropiado, para dejar allí abrigos, sombreros, bufandas y otras prendas en épocas de bajas temperaturas. Asimismo, un paragüero es otro de los elementos que a menudo no se tienen en cuenta, pero que se valoran mucho cuando resultan necesarios.
Hay otros elementos que pueden dar un toque personal y definitivo a la decoración del recibidor. Los cuadros o fotos en las paredes pueden ser muy significativos. La casa puede recibir a quienes llegan con diseños abstractos, surrealistas, cubistas, fotos en blanco y negro, familiares, de ciudades lejanas, paisajes exóticos, etc. Si se opta por alguna de estas imágenes, la decisión que se tome representa una carta de presentación del hogar.
Por otra parte, los estantes también pueden resultar muy importantes en este espacio. Ganarán protagonismo, sobre todo, si se ubican a la altura de los ojos. En ellos se puede colocar de todo: desde libros y fotos, hasta adornos, recuerdos de viajes o velas (nada mejor que la llama de las velas como única iluminación, si se desea dar un recibimiento especial a alguien que llega a casa).