“Una mujer embarazada (60 kg) que ingiera una ración (100 g) de pez espada a la semana superaría la ingesta máxima tolerable de metil-mercurio“, un potente neurotóxico. “Un niño de entre 7-12 años (35 kg) puede consumir solo media ración (50 g) de pez espada a la semana y ningún otro de los pescados grandes (atún, bonito) en esa misma semana”. Estas son algunas de las estimaciones que llevaron al Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) a emitir un “Informe en relación a los niveles de mercurio establecidos para los productos de la pesca”. Las mujeres embarazadas y los niños pequeños (hasta 12 años) son los grupos de población más vulnerables y sobre los que la máxima autoridad sanitaria española emite limitaciones en las recomendaciones de consumo de pescados azules para evitar el riesgo de superar la ingesta máxima de contaminantes como el mercurio en su forma más tóxica, el metil-mercurio. Al ser el pescado azul un alimento esencial de una dieta saludable, por la variedad de nutrientes beneficiosos que contiene (proteínas de alto valor biológico, buena proporción de ácidos grasos omega-3 y escasa de ácidos grasos saturados, vitaminas A y D), cabe pensar en alimentos alternativos que sustituyan al pescado azul, en particular, durante los periodos en los que no se aconseja el consumo de ciertas especies.
¿Dieta sin pescado?
En el informe, la AESAN se centra en no recomendar en ciertas etapas de la vida, como el embarazo, la lactancia y la niñez (hasta los 3 años), el consumo de algunas especies de pescado azul, como pez espada, tiburón, atún rojo (Thunnus thynnus) y lucio, variedades que por su gran tamaño acumulan en los tejidos metales pesados como el mercurio, incluida su forma más tóxica, el metil-mercurio. Este se disuelve de forma fácil en la grasa, llega hasta el embrión durante el embarazo y puede provocar alteraciones en su desarrollo neuronal, así como en niños de corta edad. Por ello, para los pequeños hasta 12 años, la autoridad sanitaria limita el consumo a 50 g a la semana, o 100 g cada dos semanas, y aconseja no consumir ninguno de los pescados de esta categoría en ese periodo.
El pescado es un alimento esencial en una dieta saludable por ser fuente de energía, proteínas, ácidos grasos omega-3 y vitaminas A y D
No obstante, el Comité Mixto FAO/OMS de expertos sobre los riesgos y beneficios del consumo de pescado subrayó en enero de 2010 la importancia de reconocer tres beneficios del consumo de pescado, como fuente de energía, proteínas y una amplia gama de nutrientes esenciales (ácidos grasos omega-3, vitamina A, D) para muchas personas. Destacan también los beneficios del consumo de pescado en la reducción de mortalidad por enfermedad coronaria para la población adulta en general y el beneficio del desarrollo neurológico de los bebés cuyas madres embarazadas y lactantes han consumido pescado en estos periodos.