Por lo general, todos los aparatos incluyen garantías propias de los fabricantes que cubren por periodos de uno o dos años la reparación o sustitución del producto por fallos o averías técnicas. Sin embargo, es una garantía muy limitada con numerosas exclusiones, como la pérdida o el robo. Por este motivo, han comenzado a proliferar seguros privados con coberturas mucho más amplias. Conviene, no obstante, conocer bien los derechos que otorgan estas pólizas al consumidor antes de suscribirlas. En ocasiones, también pueden decepcionar. A la pregunta “¿el móvil o la vida?”, es probable que, de forma figurada, se optara por la segunda opción. La dependencia vital de este pequeño aparato ha llevado a muchos a no poder soportar sin contar con un celular en la mano o en el bolsillo. Llamadas, mensajes, redes sociales, Internet, videoconferencias… Las posibilidades a las que dan acceso los teléfonos de última tecnología son infinitas, por lo que cuidar bien estos instrumentos es hoy fundamental para muchos.
Furor por la nueva tecnología
El furor por la nueva tecnología hace estragos en todo el mundo. Las ventas de smartphones (móviles de última generación con acceso a Internet) y de tabletas (ordenadores igualmente con acceso a Internet) están disparadas. En 2011, firmas como Samsung, HTC o Apple batieron un récord histórico de ingresos gracias a las ventas de sus terminales. Apple vendió en solo tres meses una cifra récord de 37,04 millones de iphones y 15,43 millones de iPads.
Para este año, los pronósticos son también muy positivos. Strategy Analytics calcula que se comercializarán 67 millones de teléfonos LTE, frente a los 6,8 millones del pasado año. Los ingresos conseguidos por los fabricantes de comunicaciones móviles se verán impulsados por los despliegues y la adopción de la tecnología 4G o LTE, hasta alcanzar un volumen de 398.000 millones de dólares a finales de año, un 17% más que en 2011, de acuerdo con las estimaciones de la firma de investigación IHS, antes denominada iSupply.
Cada vez son más quienes sucriben un seguro para proteger sus móviles u ordenadores
La dependencia de estos aparatos que tanta comodidad reportan a sus usuarios es tal, que cada vez son más quienes optan por suscribir un seguro para protegerse ante acontecimientos inesperados. Pero, ¿en qué se diferencian los seguros de las garantías legales?
Garantías legales
El Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, establece que cualquier producto nuevo de tecnología (móviles, tabletas, ordenadores) deberá tener un plazo de dos años de garantía legal a partir de su adquisición. El plazo podrá ser menor en el caso de productos de segunda mano, aunque nunca inferior a un año.
La garantía legal cubre la reparación o, en su caso, la sustitución del producto como consecuencia de fallos técnicos. Las reparaciones cubiertas por la garantía serán siempre gratuitas para el consumidor, incluidas mano de obra y materiales. Siempre las realizará el Servicio de Asistencia Técnica Oficial del fabricante o un distribuidor autorizado.
La reparación o sustitución suspenderá el cómputo del plazo de la garantía legal, pero no dará lugar a un nuevo plazo de dos años de garantía desde la entrega del producto reparado/sustituido. En ningún caso se podrá exigir la sustitución en productos de segunda mano. Para que la garantía surta efecto, el usuario deberá presentar la factura que acredite la fecha de entrega o compra del producto, o bien la propia tarjeta de garantía sellada y fechada.
La garantía legal contempla un sinfín de exclusiones
No obstante, por lo general, las garantías legales contemplan un sinfín de exclusiones. De entrada, la garantía no prevé ni incluye las revisiones periódicas, de mantenimiento o la instalación del producto. Además, los fabricantes estiman que el producto habrá perdido la garantía cuando cualquiera de sus identificativos (número de serie, etc.) hayan sido, total o parcialmente, abiertos, montados, desmontados, manipulados y/o reparados por una persona o empresa ajena a los Servicios de Asistencia Técnica Oficial contemplados en la propia garantía. Si detectan que se ha usado un accesorio, cargador o consumible que no sea original o diseñado para el producto, la garantía también pierde todo su valor. Lo mismo sucede si se advierte que la instalación de un componente no se ha realizado según las instrucciones de instalación correctas.
Uno de los apartados más controvertidos de las garantías legales excluye la reparación en caso de que el producto haya sufrido daños por cualquier causa de fuerza mayor o de manera fortuita. Además, este tipo de garantía legal no contempla la recuperación de los datos almacenados en el aparato.
Las garantías tampoco cubren la sustitución de piezas debido al desgaste o rotura de mecanismos, gomas, carcasas y/o plásticos, así como los deterioros estéticos debidos al uso normal del producto. La exclusión alcanza a cualquier tipo de daño causado durante el transporte del producto (lo que incluye daños estéticos, golpes, rayas, arañazos, manchas, abolladuras, etc.).
Por lo general, la garantía legal de un producto es bastante limitada, por lo que ganan interés en el mercado los seguros privados, con coberturas más amplias.
¿Qué cubren los seguros para aparatos tecnológicos?
Los seguros para iPhones, Blackberrys, iPads o cualquier otra modalidad de smartphone, tableta u ordenador portátil cuentan con dos coberturas principales: la de robo o pérdida del aparato y la de avería. Las compañías (en España dos de las empresas que prestan este servicio son CPP y SPB, mediante contratos de colaboración con los grandes fabricantes y operadoras) ofrecen una indemnización para reponer el móvil o la sustitución mediante un aparato del mismo valor.
Respecto a la cobertura por averías, los seguros contemplan reparación o sustitución del terminal por fallos en las tarjetas de memoria o derrame de líquidos. No obstante, al igual que ocurre con las garantías legales, este tipo de coberturas generan discrepancias entre cliente y aseguradora. Es, de hecho, el tipo de servicio con mayores problemas y controversias. En muchos casos, para evitar la indemnización o la reparación, las compañías aluden a exclusiones como daños por «mal uso», un argumento difícil de rebatir.
Para evitar la indemnización o la reparación, las compañías aluden a exclusiones como daños por «mal uso»
Además, los seguros incluyen asistencia a distancia y una indemnización para cubrir parte de los gastos de la conexión a internet, en su caso. Algunos también cubren la recuperación de los datos almacenados. Para dar este servicio, las empresas cuentan con un dispositivo remoto que hace copias de seguridad de los datos almacenados en el terminal, para su posterior recuperación, en caso necesario.
Por lo general, las aseguradoras cuentan con distintas modalidades de pólizas, según el precio de mercado del móvil, tableta u ordenador portátil.
Lo más habitual es que los seguros cubran el 100% del valor del aparato en el mercado libre cuando se contrata el seguro. Esto es así ya que, hasta ahora, muchos ciudadanos contaban con teléfonos móviles de última generación, pero subvencionados en gran parte por las operadoras de telefonía. Su precio en el mercado libre, por tanto, era bastante superior al que en su día pagó el usuario. La aseguradora hace su valoración en función del precio del aparato liberado, lo cual es positivo para el cliente. Es fundamental, no obstante, tener una idea de cuánto cuesta el dispositivo en el mercado libre, ya que es el propio cliente quien elige la tarifa que desea pagar por su seguro (lo que también condicionará su cobertura).
Precios de los seguros
De media, la prima de estos seguros cuesta en torno al 20% de su precio en el mercado libre. En CPP, los aparatos de gama 1 (de 0 a 300 euros) cubren hasta 300 euros en caso de sustracción y hasta 200 euros, en caso de avería. Su coste es de 40 euros al año.
Los aparatos de gama 2 (de 301 a 600 euros) contemplan una cobertura de hasta 600 euros por sustracción y de hasta 400 euros por avería. La prima es de 60 euros al año.
Los aparatos de gama 3 (de 601 euros en adelante) cubren hasta 1.500 euros por sustracción y hasta 800 euros por avería. La prima es de 150 euros al año.
Otra modalidad de seguros que también gana adeptos es la que incluye coberturas por el aparato y por la conexión a Internet. En este caso, si el usuario pierde el móvil, el seguro contempla una indemnización por los gastos que acarrea la conexión a Internet, de la que no podrá disfrutar. Esta cobertura incrementa el precio del seguro entre 10 y 15 euros al año.
Estos seguros son bien valorados, sobre todo cuando se cuenta con un terminal de gama alta. Desde las empresas especializadas afirman que su comercialización ha subido de manera sustancial desde la creación del iPhone. El precio de estos terminales u otros smartphones similares se sitúa en torno a 500 euros, por lo que las firmas especializadas en el diseño de seguros aconsejan firmar las pólizas de precio más alto, para que el usuario pueda recuperar el 100% de su valor en caso de pérdida o robo.
Problemas de los seguros tecnológicos
Uno de los problemas que surgen con estas pólizas es el infraseguro. Esto se da cuando el usuario contrata una cobertura que no alcanza al 100% del valor de su aparato (iPhone, Ipad…). Si sufre un robo o pérdida, el seguro no le permitirá recuperar un terminal del mismo valor que el suyo.
Otro de los puntos más ácidos de estos seguros llega en el caso de que el usuario solicite una reparación o sustitución del producto por avería. Por lo general, los contratos incluyen un abultado apartado de letra pequeña en este sentido.
Además, hay que tener en cuenta que los móviles, tabletas y ordenadores están en continuo proceso de mejora. Con ellos, ocurre como con los coches: al día siguiente de comprarse ya valen menos, porque salen nuevos modelos más avanzados. Si el usuario sufre un robo, la compañía podrá sustituir su terminal por uno de igual valor en el momento de suscripción del seguro, pero no en el momento real en el que se produce la contingencia.
El fraude en seguros hace que las compañías lleven a cabo un largo proceso de peritaje para comprobar que se hace un uso correcto de su derecho. El usuario puede quedar así varios días, o incluso semanas, sin móvil u ordenador, lo que puede acarrearle perjuicios por los que no podrá reclamar.
Los productos de Apple cuentan con seguros propios, que el usuario puede suscribir. Por lo general, la compañía incluye en sus aparatos una garantía de 90 días de asistencia informática que presta asesoramiento en problemas cotidianos de uso de los aparatos.
Después, da opción a suscribir el servicio AppleCare Protection Plan, que cubre ante accidentes como golpes, caídas, robos, e incluso, derrames de agua (no de otro tipo de líquidos, más corrosivos).