Las lámparas de las mesillas de noche habituales pueden representar dos problemas: una luz demasiado débil para la lectura y molestias para otras personas que duermen en la misma habitación. Una solución radica en añadir en el dormitorio lámparas auxiliares, menos decorativas pero de iluminación más eficaz. Este artículo describe cómo deben ser las lámparas de noche para que no molesten a los demás, la instalación de las auxiliares con luz directa y de mayor calidad, y la alternativa de las colgantes junto a la cama.
Lámparas de noche que no molesten a los demás
Las lámparas constituyen un complemento insustituible para las mesillas de noche y hacen del dormitorio un ambiente confortable. Sin embargo, en ocasiones presentan dos problemas. Por un lado, su luz es demasiado difusa y débil y no es la adecuada para que el ocupante de la cama pueda leer. Por el otro, puede molestar a otras personas que necesiten oscuridad para dormir en la misma habitación.
La iluminación cálida y tenue de las lámparas de noche contribuyen a crear en la habitación un ambiente confortable
La recomendación de los decoradores es dotar a la parte del cabecero de la cama de dos tipos de lámparas y, por tanto, de iluminación. Para la decoración, importa más la forma, el tamaño y el estilo que el tipo de luz que proporcione. Por lo tanto, se puede elegir la lámpara en función del gusto personal y para que se adecue a la decoración del resto de la habitación.
Con el fin de procurar una iluminación adecuada, por otra parte, conviene instalar lámparas con luz de suficiente intensidad y unidireccionales, para que se puedan dirigir a un punto específico e iluminen lo menos posible alrededor.
Lámpara auxiliar, con luz directa y de mayor calidad
Las lámparas auxiliares para leer en la cama, además de brindar una luz de mejor intensidad, también pueden solucionar otras cuestiones, como la de permitir una postura adecuada en la cama mientras se lee. Y, sobre todo, como el haz de luz se dirige en una sola dirección, las molestias para las otras personas que duermen en la misma habitación (tanto si es en el mismo lecho como en camas aledañas) se reducen de forma notable.
Las maneras más adecuadas de instalar estas lámparas son empotradas en la pared, sobre la cabeza de la persona que se acuesta allí, o bien sujetas al propio cabecero, si su diseño lo permite.
Las más recomendadas como luces auxiliares son las lámparas de LED, que permiten ahorrar hasta un 85% de energía
Algunas lámparas son portátiles y cuentan con unas pinzas que permiten ajustarlas al cabecero, al borde de la mesilla o a alguna balda cercana. Las más versátiles incluyen también brazos articulados, para que se puedan orientar según las necesidades del usuario.
En cuanto al tipo de tecnología del foco, son muy recomendables las luces de LED, que emiten una luz blanca y focalizada, idónea para leer en la cama. Existen varios modelos dirigibles, con brazos articulados o flexibles que pueden integrarse como lámpara auxiliar de lectura sin afectar a la decoración del conjunto, debido a sus diseños simples y discretos. Aunque estas lámparas de LED tienen un coste superior a las clásicas incandescentes, la inversión se recupera en poco tiempo, gracias a que ahorran hasta un 85% de energía eléctrica.
Una alternativa que se puede considerar en la decoración del dormitorio es reemplazar las clásicas luces sobre la mesilla de noche por unas lámparas colgantes, sujetas desde el techo y que caigan hasta el cabecero de la cama. Un diseño elegante puede dar un moderno toque de personalidad y originalidad al conjunto de la habitación.
Esta opción es poco usual en los cuartos, pero puede resultar muy útil para despejar la superficie de las mesillas y aprovechar mejor el espacio en los ambientes pequeños, además de aportar a la cama un marco decorativo singular.
Y la obra de instalación que exige no es en general demasiado costosa, aunque puede requerir más dificultad para que los interruptores queden cerca de la cama y los cables queden ocultos en el interior de la pared o por canaletas.