Cuidar la postura y los gestos, tener un buen currículum y saber venderlo, conocer la respuesta exacta a las preguntas más comunes… Estas armas son esenciales en una entrevista de trabajo al uso. Pero cada vez es más frecuente que también se realice a los candidatos una prueba en grupo. Y en este tipo de dinámica, que permite ver cómo se desenvuelven los profesionales que optan a un puesto laboral, hay que saber moverse: tener empatía, capacidad de liderazgo o habilidad para resolver un problema sin perder la calma. ¿Cuál es el mejor modo de actuar? En este reportaje se señalan las claves, entre las que destaca tener una participación activa pero sin llamar en exceso la atención.
Claves para afrontar una entrevista en grupo
Con las dinámicas en grupo se pueden conocer habilidades que pasan desapercibidas en las entrevistas individuales
El objetivo de realizar entrevistas en grupo, una de las más temidas por los candidatos a un puesto de trabajo, es obtener información sobre cada uno y medir sus conocimientos y competencias de una manera rápida y fácil. En general, en las dinámicas de grupo suelen participar entre 4 y 10 aspirantes y dos seleccionadores. Se pone a los solicitantes de un empleo en situaciones similares a las que tendrán que resolver en el cargo al que optan para ver su reacción, y a veces incluso se plantean casos reales de la empresa. De este modo, se pueden conocer habilidades que pasan desapercibidas en las entrevistas individuales.
Por ello, además de cuidar todos los aspectos que se tendrían en cuenta en una entrevista tradicional y contar con los conocimientos necesarios para el puesto al que se opta, hay que tener muy en cuenta que se valorará también la relación del aspirante con el resto de candidatos a la hora de solucionar un problema, la proactividad, la capacidad de negociación o la iniciativa, entre otras aptitudes.
Algunas de las claves para lograr salir airoso de una dinámica de grupo son las siguientes:
1. Preparar la entrevista:
Lo normal es saber de antemano que la prueba se desarrollará en grupo, por lo que se debe preparar dentro de lo posible. No es fácil, porque se desconoce tanto el tema que se planteará como los compañeros de dinámica. No obstante, se puede tener en cuenta que habrá que mostrar valores como la empatía, saber respetar turnos, dar ideas sin tratar de imponerlas, etc.
Además, como para cualquier entrevista de trabajo, hay que informarse sobre la compañía en que se desea trabajar y el puesto al que se aspira, y buscar información sobre la cultura de la empresa, sus proyectos futuros y su modelo de negocio.
2. No ponerse nervioso:
Hay que procurar mantenerse sereno, ya que si se actúa con miedo o nerviosismo, el candidato no se muestra como es. Si los seleccionadores observan un grado elevado de ansiedad, puede repercutir en el futuro del aspirante, que puede perder incluso la oportunidad de que le tengan en cuenta para futuras entrevistas.
3. Ser participativo:
En una dinámica de grupo no se puede estar callado, dejando que los demás lleven el peso. Pero tan malo como permanecer mudo es hablar en exceso, llamar demasiado la atención y no parar de dar ideas ni dejar participar a los demás. Como en todo, el equilibrio es la mejor receta. Hay que dar opiniones, mostrar argumentos y trabajar las ideas, nunca hablar por hablar.
4. Saber trabajar en equipo:
Las entrevistas grupales suelen incluir un ejercicio práctico, una situación idéntica (a veces real) a la que se encontrará el candidato una vez ocupe el puesto al que aspira. Es fundamental demostrar la capacidad que se tiene para trabajar en equipo: aceptar las propuestas de los demás, aportar ideas y conocimientos sin imponerlos… Es una de las cualidades más valoradas, junto a saber negociar sin perder la compostura.
5. Ser uno mismo, sin miedo a equivocarse:
Hay que tener claro que no hay respuestas buenas ni malas, sino que algunas son más adecuadas al puesto. Es mejor dar una opinión (argumentada y coherente) equivocada, que no decir nada. Siempre se puede rectificar o, en caso de no ser adecuado para ese trabajo, ser tenido en cuenta para futuras selecciones u otros puestos que se ajusten más al perfil del candidato.
6. Educación y empatía, más que agresividad:
Además de cuidar qué se dice, hay que estar pendiente de cómo se dice. Aunque durante años la agresividad entre los ejecutivos era un valor al alza, hoy ya nadie apuesta por ello. Se prefiere contratar a personas poco conflictivas y con habilidades sociales, capaces de relacionarse de manera eficaz tanto con su entorno (jefes, compañeros, subordinados) como con los clientes.
7. Tener capacidad de síntesis:
En la entrevista en grupo una de las claves es intervenir y dar ideas, pero para argumentarlas no es necesario extenderse demasiado. Es muy importante tener capacidad de síntesis y mostrar las ideas clave en poco tiempo. Además, no se debe monopolizar la conversación, sino dejar que todos intervengan y no interrumpirlos.
8. Cuidar el lenguaje no verbal:
Además de cuidar qué y cómo se dice, los gestos deben acompañar a las palabras. Los seleccionadores tienen muy en cuenta la coherencia entre el lenguaje verbal y los gestos. Hay que vigilar la postura (relajada, natural, pero sin caer en el descuido…), mirar a los compañeros, no ser demasiado gesticulante, atender a la posición de las manos… Los gestos delatan muchos rasgos de la personalidad, incluso los que el aspirante quiere que permanezcan ocultos.
9. Saber mostrar la formación recibida y el nivel cultural:
Para ocupar un puesto de trabajo no basta con saber liderar, ser muy creativo o capaz de crear buen ambiente. Hay que tener, ante todo, una formación que se ajuste al puesto que se quiere ocupar. Por ello, no deben desaprovecharse las oportunidades de mostrar conocimientos en el área concreta en que se pretende trabajar, el nivel de idiomas o el bagaje cultural y profesional que se posee. Pero hay que ser precavido y saber cómo introducirlo en la dinámica, sin forzar situaciones, encontrando el momento justo para destacar sobre el resto de aspirantes.