Tener o no descendencia puede influir en la felicidad del hombre y la mujer, al menos, en lo que se refiere a su relación de pareja: sin hijos son más felices, con hijos, menos. Esta es la conclusión de un reciente estudio que, como se detalla a continuación, asegura que las parejas sin niños se muestran más satisfechas con sus compañeros que las que son padres. Otras investigaciones apuntan, sin embargo, que el grado de satisfacción respecto a su vida en ambos casos es similar. Es, por tanto, una cuestión de elección.
Parejas sin hijos, ¿son más felices?
El proyecto de investigación de la universidad británica The Open University «Enduring Love» lleva años analizando la calidad de las relaciones de pareja. Ha encuestado a más de 5.000 personas, a las que se les ha preguntado sobre diferentes aspectos de su relación.
Las parejas sin hijos disfrutan de una relación más satisfactoria que las que sí los tienen
Las conclusiones son claras. Las parejas sin hijos consideran mejor la calidad de su relación y se sienten más felices con la misma que las parejas que no tienen niños.
No obstante, no tener descendencia no afecta tanto a la felicidad global como a la de la pareja. La misma encuesta concluye que las mujeres con hijos son las más satisfechas y felices con su vida en general y las que no los tienen, las que menos.
Parejas con o sin hijos, una cuestión de elección
¿Son entonces más o menos felices las parejas sin niños? Otro reciente estudio de las universidades estadounidenses de Princeton y Stony Brook equilibra la balanza al afirmar que existen muy pocas diferencias en cuanto a la satisfacción que sienten respecto a su vida las parejas que tienen hijos y las que no. Es más, las parejas con descendencia parecen valorar de un modo positivo otras cuestiones familiares, además de su propia relación sentimental.
«Si una pareja elige tener descendencia y otra decide que no, no hay razón para esperar que unos sean más o menos felices que los otros», apunta Arthur Stone, uno de los autores de la investigación en la que se ha estudiado una muestra de más de 1,8 millones de adultos. En realidad, «es una cuestión de elección», señalan los científicos.
El censo de población elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no deja lugar a dudas: en España cada vez hay menos niños y la población está más envejecida. Uno de los datos más esclarecedores es el importante incremento de los hogares formados por parejas sin hijos, un 55% más que una década antes, en 2001. A su vez, las parejas con tres o más niños han descendido un 32% en los últimos diez años.
Este bajo índice de natalidad en los hogares españoles está relacionado en parte con los crecientes problemas de fertilidad que afectan a muchas parejas, como consecuencia, en muchos casos, del retraso en la edad de la maternidad.
Sin embargo, también es cada vez mayor el número de hombres y mujeres que deciden no tener descendencia, un nuevo modelo familiar que se conoce con términos como “sin hijos por elección”, dinky (doble sueldo sin hijos) o childfree (libres de hijos).