Los cítricos como limones, naranjas o mandarinas, una vez recolectados, ya no maduran más, ya que el proceso de maduración lo hacen en el árbol. Y el color de la piel que tengan no es un indicador de la calidad del fruto. Si estos cítricos se consumirán en poco tiempo, pueden guardarse a temperatura ambiente, pero si se quieren conservar durante semanas, es conveniente ponerlos en la nevera. Este artículo explica cuáles son los cuatro pasos para almacenar de forma correcta los cítricos y, de manera concreta, cómo alargar la vida útil de los limones.
Los cítricos se cultivan en más de 100 países de clima tropical y subtropical. España se sitúa en quinto lugar, con una producción de seis millones de toneladas encabezada por naranjas, a las que siguen las mandarinas y, por último, los limones, según el informe «Las variedades de cítricos. El material vegetal y el registro de variedades comerciales de España», del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MAGRAMA), de 2011.
Cuatro pasos para almacenar los cítricos
Un buen indicador de calidad de las mandarinas es el olor, que debe ser dulce e intensoA pesar de que los cítricos no son unas frutas susceptibles al ataque de patógenos, deben tenerse en cuenta ciertas pautas de conservación en casa para garantizar un almacenamiento adecuado y seguro. Pero hay que tener en cuenta que una buena conservación empieza en el momento de hacer la compra. Deben elegirse piezas con una piel suave y firme y evitar dar golpes, ya que se podrían estropear por la zona del golpe si se guardaran algunos días. En todos los casos, tanto para naranjas como mandarinas, deberán escogerse las piezas más pesadas, un indicador de que están en su mejor momento y están llenas de zumo. La piel de las mandarinas debe ser blanda, pero no arrugada, y bien adherida a los gajos. Una buena señal de calidad es el olor, más dulce e intenso cuanto más madura. Y en el caso de los limones, las posibles manchas oscuras que pueda tener en la piel no afectan al gusto.
- 1. No debe almacenarse fruta que no sea fresca ni piezas que puedan estar dañadas. Es aconsejable colocarlas de manera que circule el aire entre ellas, sin amontonarlas.
- 2. Guardar en un sitio seco, fresco y aireado, lejos de la humedad, el calor y protegidas de la luz solar.
- 3. Si la fruta no se consumirá en un plazo mínimo de una semana, es recomendable conservarla a temperaturas de refrigeración en la nevera.
- 4. Si alguna fruta empieza a estropearse, debe separarse del resto para que no las acabe afectando también.
El color de los cítricos no se relaciona con su calidad. Este se debe a la presencia de carotenoides, que no tienen actividad antimicrobiana y, por tanto, no están implicados con el deterioro de la fruta. El deterioro está asociado con factores como la acidez (pH), la humedad, la temperatura o los nutrientes (como la presencia de azúcar). Los cítricos son frutas ácidas, y la mayoría de las bacterias responsables del deterioro de alimentos no crece bajo estas condiciones, aunque sí se ven afectados por hongos.
Alargar la vida útil de los limones
Expertos estadounidenses han desarrollado un estudio para determinar cuál es la mejor manera de almacenar durante más tiempo los limones. Para ello, han utilizado dos temperaturas distintas: a temperatura ambiente y en la nevera. Según los científicos, los limones guardados a temperatura ambiente empiezan a endurecerse al cabo de una semana; los refrigerados, en cambio, comienzan a perder humedad al cabo de una semana; y los conservados en la nevera en bolsas cerradas no se deshidratan hasta al cabo de unas cuatro semanas. Por tanto, para los especialistas de America Test Kitchen, la mejor manera de almacenar durante más tiempo los limones es en bolsas de plástico cerradas.
Los cítricos como la naranja, el limón o el pomelo son alimentos ácidos. El zumo de naranja posee un pH ácido que actúa como protector y que ayuda en la conservación inhibiendo el crecimiento microbiano. En estos alimentos, los aceites se obtienen de presionar el fruto para obtener la parte líquida. En varios estudios se ha demostrado que los zumos de las naranjas tienen sustancias antimicrobianas que, además de facilitar la conservación del producto, si se mezclan con otros alimentos también pueden impedir el crecimiento de patógenos como Salmonella. Los aceites esenciales se encuentran sobre todo en la piel de las frutas, pero también en las hojas o flores del árbol. Una investigación realizada en 2007 por científicos de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) ya demostró que ciertas dosis de los extractos de mandarina, pomelo o naranja eran capaces de impedir el desarrollo de Aspergillus niger y Aspergillus flavus, dos de los principales hongos causantes de intoxicaciones en alimentos.