¿Cuadrar el presupuesto familiar y a la vez adquirir productos de calidad? Aunque son numerosos los ciudadanos que, a raíz de la crisis, tratan de amortiguar el gasto doméstico a través de un menor desembolso en la compra de productos, esta es una estrategia equivocada. Comer de manera saludable sin arruinarse en la compra es posible, si se emplea el sentido común y se aprovechan las ofertas, descuentos y precios especiales de los establecimientos comerciales. Además, tal y como se indica en este artículo, conviene hacer la compra basándose en las necesidades reales de la familia. Si se siguen las pautas enumeradas a continuación, el ahorro mensual podrá ser de entre 20 y 50 euros, cantidad nada desdeñable en los tiempos que corren.
Invitación al ahorro
«A veces, lo barato sale caro». Aplicado a la alimentación, este dicho popular aún cobra más relevancia, porque adquirir alimentos de escasa calidad a medio y largo plazo puede resultar dañino para la salud. Pero, además, es que se pueden conseguir alimentos de calidad sin gastar demasiado. Para obtener un mayor provecho de las visitas a los establecimientos comerciales y hacer la compra, nada mejor que seguir algunas sencillas recetas que invitan a que el ahorro sea una realidad:
1. Conocer las necesidades reales de la familia: nunca hay que comprar por comprar. Antes de ir al comercio en cuestión hay que saber qué se necesita, cuántos comerán en casa, si se deben incluir desayunos, meriendas y cenas para todos… o si se come a diario fuera de casa (en el trabajo o el colegio) y solo es preciso tener alimentos para cenas y desayunos, además de los lácteos, la fruta, etc.
2. Buscar precios competitivos: los supermercados e hipermercados cuentan con mayores márgenes para poder rebajar sus precios, por lo que es fácil encontrar en ellos una óptima relación calidad/precio. Y, además, tienen una gran variedad de productos (tanto frescos como imperecederos) y todos ellos han pasado controles sanitarios y comerciales.
3. Comprar con inteligencia: aunque no se necesiten a corto plazo, la adquisición de mayores unidades en los productos de alimentación pueden reportar sustanciales rebajas sobre los mismos, al bonificarse su compra a través de promociones «2X1», «Compre 3 y pague solo 2», «Oferta familiar» y similares.
4. Adquirir productos con precios especiales: la estrategia de abaratar el precio de un artículo o producto potencia la compra de los mismos. En algunos casos, cuentan con reducciones de hasta un 40%.
5. Comprar marcas blancas: las denominadas marcas blancas son de excelente calidad y generan importantes descuentos cada vez que se pasa por caja, sin tener que renunciar a ningún producto ni a la calidad de sus componentes.
5. Optar por adquirir productos de temporada: es otra manera de consumir los productos alimentarios de toda la vida, pero pudiendo pagar menos por ello debido a la mayor oferta que hay, en función de la época del año.
6. Planificar la lista de la compra: es aconsejable acudir con una lista detallada de los alimentos que en realidad se necesitan, para de esta forma evitar las compras compulsivas o de productos innecesarios.
7. Utilizar cupones de compra: permiten generar importantes descuentos sobre los precios originales, así como el acceso a todo tipo de ofertas, que se hacen efectivas al pasar por caja.
Ahorrar dinero al comprar es también posible utilizando las diferentes tarjetas de descuento que tienen los establecimientos comerciales. Son “plásticos” de fidelización que premian la vinculación de los clientes con importantes rebajas en los precios de productos que llevan en el carrito. A ello se suma que no tienen ningún coste económico al ser emitidos de forma gratuita.
El único requisito para acceder a estas tarjetas es rellenar un sencillo formulario que se deberá entregar en caja. En pocos días, se reciben en casa y ya se puede empezar a disfrutar de las ventajas que conllevan.