Ciertos tipos de trabajos podrían llegar a representar un riesgo para el embarazo y el bebé, si en ellos las mujeres están expuestas a solventes u otras sustancias tóxicas. Así lo sugieren algunos estudios, que han hallado vinculaciones entre estos factores y problemas congénitos como afecciones cardiacas, paladar hendido y déficit de atención con hiperactividad. A continuación se dan detalles de las relaciones peligrosas entre sustancias químicas y gestación y de cómo los solventes podrían hacer que ciertas profesiones y oficios resulten de riesgo para el feto, no solo a través de la madre sino también del padre.
Sustancias químicas y embarazo
Muchos de los ámbitos donde vivimos están contaminados por la polución o por productos químicos que, a veces, son difíciles de evitar. Un caso conocido hace algunos años fue el de mujeres expuestas a niveles altos de DDE (diclorodifenildicloroetileno), un derivado del DDT, un pesticida que se usó de forma masiva en España hasta 1997, cuando fue prohibido. El efecto de esta sustancia era un aumento anormal en el peso de los bebés durante sus primeros meses de vida.
Hasta hace poco, también estuvieron contraindicadas las lacas para uñas durante el embarazo. Esto ya no es así -explica Juan Vilaplana, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología- desde que los esmaltes fabricados en Europa (hay que prestar atención si provienen de otras regiones) no incluyen tolueno, dibutilftalato ni formaldehído entre sus componentes.
Solventes y trabajos de cierto riesgo para el embarazo
Sin embargo, otras sustancias de uso cotidiano, como los solventes naturales, también pueden ser nocivas, si la madre entra en contacto con ellas durante la gestación e incluso si ella o el padre se exponen a ellas en las semanas previas a la concepción.
En este sentido, una de las mayores dificultades radica en que los solventes y otros químicos son habituales en ciertos trabajos. Una serie de estudios recientes han sugerido que existe el riesgo de que ciertas profesiones y oficios incrementen -si bien de forma moderada- las posibilidades de que los hijos padezcan problemas congénitos. Entre esos empleos estarían algunos tan variados como peluqueras, esteticistas, fotógrafos, pintores, jardineros, paisajistas o en personas que trabajan en aserraderos o como soporte técnico o administrativo en oficinas.
De todos modos, los investigadores hacen hincapié en que el riesgo es bajo y en que esto no debería ser un motivo para que alguien pensara en abandonar su puesto laboral, aunque sí para tratar de exponerse lo menos que pueda a esos materiales.
Efectos en los bebés por el uso de solventes en el embarazo
Científicos de Estados Unidos analizaron a más de 5.000 mujeres que fueron madres entre 1997 y 2002 y que habían estado expuestas a solventes en sus lugares de trabajo desde un mes antes de la concepción y hasta los tres meses de embarazo. Unas 2.000 mujeres de ese grupo habían tenido hijos con alguna afección cardiaca. Por eso, las conclusiones sugieren que la exposición a esos solventes representan un potencial factor de riesgo de que los niños padezcan algún tipo de afección al corazón.
Un trabajo posterior, desarrollado por investigadores franceses, también encontró vínculos entre la exposición a solventes durante la gestación y ciertas malformaciones, como paladar hendido -un riesgo ya conocido a partir de estudios anteriores– o deformaciones en las extremidades. Pero los científicos son muy cautos: enfatizan que hacen falta nuevas investigaciones para confirmar si esas sustancias son o no las culpables de esos problemas. En todo caso, además, los números señalan que el riesgo no es elevado. De las más de 3.000 mujeres analizadas, menos de un 3% habían tenido hijos con alguna malformación. Pero de estas últimas, el 45% declaró haber tenido un contacto «regular» a los solventes en su empleo: eran, en su mayoría, enfermeras, químicas, peluqueras, esteticistas o empleadas de limpieza. En cambio, del conjunto de madres de niños sin malformaciones, solo el 28% trabajaban expuestas a solventes de forma regular.
Otro análisis de la misma muestra (denominada PELAGIE, siglas en francés de «Disruptores Endocrinos: Estudio Longitudinal de los Trastornos del Embarazo, Infertilidad y Niños«) arroja otros datos. Los bebés cuyas madres estuvieron en contacto con solventes durante el embarazo tendrían mayores probabilidades de sufrir trastornos de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Los productos químicos también pueden tener influencias negativas sobre los hombres. Por un lado, es un factor que perjudica la fertilidad masculina.
Pero, además, otro estudio estadounidense sugiere que ciertos tipos de trabajos también podrían tener efectos nocivos para la salud de los bebés que ellos procreen. Según la investigación, tendrían este problema los químicos, matemáticos, físicos, informáticos, artistas, fotógrafos, editores de fotografías, paisajistas, jardineros, peluqueros, cosmetólogos, empleados de mantenimiento, de gastronomía, de aserraderos, de petróleo o gas, imprenteros y operadores de equipos de movimiento de materiales y de vehículos motorizados.
De todas formas, al igual que en los casos anteriores, estos hallazgos se consideran solo puntos de partida para estudios futuros, que puedan aportar más luz sobre estas cuestiones.