Comer y beber en buena compañía en verano no tiene que suponer un exceso. Compensar con antioxidantes la sobreexposición al sol es compatible con pasar unas horas de fiesta y diversión. Beber un cóctel saludable, picotear aperitivos ligeros e, incluso, cenar de manera liviana y satisfactoria depende de escoger bien los alimentos y combinar zumos de frutas sin alcohol, pero con mucha chispa. En este reportaje se señalan los elementos que no pueden faltar en una mesa de verano e ideas para sorprender a los invitados con gazpachos, ensaladas, bandejas y brochetas.
Menú veraniego: elementos que no pueden faltar
El primer paso para confeccionar un menú de fiesta es elegir alimentos frescos y de temporada, además de seleccionar una serie de recetas ligeras y diversas. Aunque parezca más fácil comprar bolsas y preparados, la diversión de un evento puede empezar en el mismo momento de seleccionar los ingredientes para preparar deliciosas y refrescantes combinaciones.
La originalidad y el bienestar exigen algo de esfuerzo pero, al buscar sorprender en una celebración, el trabajo merece la pena. Una alacena festivalera de verano tiene que rezumar de frutas y hortalizas, verduras y hierbas aromáticas, frutos secos, un pescado, algo de carne y unos huevos. Y si es una ocasión especial, se pueden sumar marisco, frutas exóticas, panes diferentes y salsas ligeras.
Mesa de verano: gazpachos, ensaladas y más
Las hortalizas de verano por excelencia son el tomate y el pepino. No pueden faltar en una fiesta, aunque no siempre han de servirse como gazpacho.
- Juntas pueden combinarse en forma de batido con limón o con melocotones, a modo de ensalada.
- Por separado, el pepino liga con el yogur y el tomate puede adquirir forma de tartar.
Pero una fiesta en julio y agosto no puede olvidar el gazpacho en sus múltiples facetas: con lechuga, extremeño o en salmorejo. Además, las diferentes opciones no tienen por qué ser excluyentes, ya que pueden servirse todas en porciones pequeñas y degustarse como si fuera una cata.
También las ensaladas pueden colocarse a modo de degustación y sin necesidad de recurrir a la lechuga. Una acertada selección las hará variadas y presentes a lo largo de toda la celebración. La de salmón ahumado y aguacate no necesita platos, ya que se puede utilizar la cáscara del fruto a modo de recipiente. La ensalada de pasta fresca y langostinos se puede distribuir en recipientes desechables. La de zanahoria con cebolleta y pimientos puede colocarse en una gran bandeja, y la de arroz con salmón, en un bol de cristal, lista para pinchar de ella con un cucharón.
Por último, en la mesa puede haber salsas que añadan matices y texturas, pero hay que elegirlas bien: una vinagreta a la mostaza, una salsa de yogur o tan solo aceites vírgenes de diferentes clases. Es más fácil acertar en la cantidad si cada cual tiene la posibilidad de servirse con una cucharilla lo justo.
Bandejas y brochetas para la fiesta de verano
Una comida o una cena de fiesta de verano informal invita a presentar las viandas en bandejas y brochetas.
Frutos secos como orejones y dátiles, pistachos y nueces pueden servirse en cuencos, al igual que las mezclas de encurtidos como pepinillos o cebolletas. Unos u otros son la mejor guarnición para unos huevos duros o unas tiras de pollo asado, todo servido en bandeja para que cada comensal lo combine como prefiera.
Otras bandejas pueden ofrecer brochetas de verduras, de frutas, de palometa y mejillones o de ternera y soja. De esta manera se logra un menú equilibrado, sano y alejado de los excesos de calorías y grasas. El secreto consiste en hacer un festín rico en colores y sabores, pero también ligero y reconstituyente.
Hay numerosas maneras de preparar bebidas refrescantes y atractivas sin recurrir al alcohol. Fórmulas hidratantes, con sabores exquisitos y en coherencia con la idea de organizar una fiesta para todos.
Los sorbetes de frutas son unos postres perfectos, pero también un aperitivo idóneo. Una limonada casera acompaña a casi todos los platos, mientras que el zumo de tomate y zanahoria ayuda al bronceado.
Los zumos de frutas tropicales, como el de papaya o el de mango, le darán un toque exótico a la velada. Además, son una combinación muy interesante de vitaminas y antioxidantes que nutren la piel curtida en un día soleado. Este tipo de frutas consigue dar contraste a ensaladas, aperitivos, guarniciones o sorbetes.
También se puede deslumbrar con un granizado de sandía y limón o de melocotón. En definitiva, la clave está en sumar el bienestar gastronómico al placer de una fiesta veraniega.