En general, los médicos dicen que una mujer no debería parir más de tres veces con cesárea, puesto que, a partir de la cuarta, los riesgos de padecer problemas -tanto la madre como el bebé- son elevados. Sin embargo, el perfeccionamiento de las técnicas para estas intervenciones ha permitido a muchas madres dar a luz cuatro o más veces a través de este procedimiento. Este artículo explica cuáles son los riesgos que se incrementan con cada cesárea y sus consecuencias y qué posibilidades hay de tener un parto vaginal después de una cesárea.
Tres cesáreas, el máximo recomendado
No hay una respuesta precisa y para la que exista total consenso a la pregunta de cuántas cesáreas puede tener una mujer. En general, los médicos afirman que la cantidad máxima recomendada es tres. Pero hay consideraciones que se deben tener cuenta.
En la actualidad, se considera que el tipo de cesárea más seguro es la segmentaria transversa, que consiste en un corte horizontal por encima del pubis. De este modo, el número de fibras dañadas es menor y la cicatriz es más resistente que en los cortes verticales. En teoría, si las cesáreas anteriores se han realizado con esta técnica y no han tenido complicaciones, se puede tener más. «En unas épocas se decía que dos era el máximo, luego tres, y ahora parece que no hay más límite que la pericia del cirujano«, explica Juan Acosta Díez, experto en ginecología y obstetricia del Hospital General de Cataluña.
Sin embargo, no parece ser tan así. Un estudio publicado en Reino Unido en 2013 llegó a la conclusión de que las cesáreas repetidas multiplican algunos riesgos. El trabajo comparó casos de madres a su segunda, tercera o cuarta cesárea con los de otras que daban a luz de esta forma por quinta vez o más. Los resultados indicaron que las mujeres de este segundo grupo sufrieron «significativamente mayores» hemorragias obstétricas, daños viscerales e ingresos en la unidad de cuidados intensivos que las del primero. Además, los niños nacidos de madres con cinco o más cesáreas tuvieron mayores probabilidades de nacer antes de la semana 37 de gestación, con los consiguientes problemas que la prematuridad implica.
Riesgos que se incrementan con cada cesárea
El riesgo principal de las sucesivas cesáreas en una mujer radica en que las cicatrices de cada intervención van debilitando los tejidos, y en cada embarazo aumentan las probabilidades de sufrir una rotura uterina. Esta es una complicación muy grave, que pone en peligro las vidas de la madre y del bebé.
Hay otros factores de riesgo. Existen las llamadas «adherencias», que se producen cuando, tras una operación, las cicatrices internas de una persona hacen que un órgano quede unido a otro. Esto, en palabras de Acosta Díez, «puede generar dolor y dificultar mucho las siguientes intervenciones, aumentando los riesgos de lesionar la vejiga o el intestino, por ejemplo».
Y también está la posibilidad del acretismo placentario, que surge «cuando la placenta se introduce dentro de la zona de la cicatriz e invade las capas profundas del útero». Como resultado pueden darse hemorragias internas de diversa gravedad.
Después de una cesárea, ¿se puede tener un parto vaginal?
Una creencia muy extendida es que una madre que ha tenido una cesárea ya no podrá dar a luz a través de un parto vaginal. Pero es una creencia falsa. Los protocolos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) explican que, «aunque el útero tiene un mayor riesgo de rotura en una mujer que ha tenido una cesárea, la mayoría de las veces el parto vaginal es posible, siendo seguro tanto para la madre como para el feto«.
El documento indica que la tasa de éxito del parto por vía vaginal después de una cesárea se sitúa entre el 72% y 76% y asciende hasta 87-90% cuando, antes de la cesárea, hubo ya otro parto vaginal. Por eso, la SEGO enfatiza que «se debe ofrecer un intento de parto por vía vaginal a todas las mujeres con cesárea previa, una vez que se descarten las contraindicaciones y se informe a la gestante de los riesgos y beneficios del parto vaginal».
La idea de que una cesárea impide tener después un parto natural puede ser, en ocasiones, la causa de que las cesáreas se repitan de manera innecesaria, con los riesgos que ello representa. De hecho, un estudio realizado por científicos de Barcelona -publicado en la revista especializada Gaceta Sanitaria en 2012- analizó 111 hospitales españoles y determinó que el porcentaje de cesáreas en mujeres con al menos una cesárea previa era en torno al 65% en los centros públicos y al 89% en los privados, cuando la SEGO aconseja que tales porcentajes no superen la cifra de 60.
En definitiva, la decisión final corresponde siempre a la propia mujer. Lo recomendable es que cuente con la información suficiente y escuche con atención el consejo de su médico, con el fin de evaluar la conveniencia o no de quedarse embarazada de nuevo, si ya ha tenido tres partos por cesárea y si, en caso de que hubiera una cuarta vez, las probabilidades señalen que tendría que repetir esa metodología.