Cuando hay un bebé en la familia, las fiestas de Navidad -sobre todo, sus preparativos- pueden ser un poco agobiantes. Por eso, para quienes afrontan por primera vez estas fechas con hijos, los consejos de madres y padres experimentados resultan de mucho valor. A continuación se ofrecen algunas claves para organizar las Navidades con un bebé, como planificar con antelación, tratar de respetar las rutinas del niño, procurar que las cenas y celebraciones sean fuera de casa y otros consejos para celebrar unas fiestas muy especiales.
Navidad con bebé: planificar
Cuando se tiene un bebé, organizarse puede ser complicado. Mucho más ante ocasiones especiales, como las fiestas de Navidad. Las exigencias que supone la crianza de un bebé de pocos meses o semanas de vida añaden algunas dificultades a la preparación y el desarrollo de estas celebraciones. Por eso, existen algunas claves y consejos para vivir las fiestas con bebés de la mejor manera y no dejar de disfrutarlas.
«Lo mejor es planificar las cosas con tiempo», afirma Madre Maya, pseudónimo de la mamá bloguera detrás de la bitácora con ese nombre. «Desde que soy madre», agrega, «la organización y la planificación para anticiparse en el tiempo son el mejor truco».
Muchas de las claves para esa planificación radican en la adquisición de los productos necesarios para las comidas y cenas y demás celebraciones. Esta bloguera canaria de 24 años recomienda empezar a comprar lo antes posible los productos que suben de precio cuando las fechas de Navidad están más próximas y que se pueden congelar o guardar.
En este grupo se incluyen tanto alimentos como los regalos. Evitar dejarlo todo para el último momento es una buena receta contra el estrés navideño.
Respetar las rutinas del bebé, incluso en Navidad
Cuando toca ir solos a la compra con un bebé, lo más fácil es tener claros los sitios y qué hay que comprar. «Ir al grano, para no dar muchas vueltas, no marear al bebé ni conseguir una rabieta infantil porque se aburre», añade esta bloguera.
Y para las compras en secciones aburridas, donde hace falta tomarse un tiempo para decidir, lo idóneo es que vayan al menos dos adultos, para que uno de ellos pueda entretener al bebé, si es necesario.
Carolina Cerini, madre de mellizos y bloguera de Mellimamá, señala que las fiestas implican un cambio en los hábitos familiares. «Lo importante es que esto afecte lo menos posible a nuestros bebés, ya que se sienten seguros cuando respetamos las rutinas cotidianas», explica.
Por su parte, Beatriz Abellán y Lourdes Picó, del blog Pintando una mamá, coinciden: «Lo fundamental para organizarse en Navidad con el niño es seguir el ritmo del bebé». Estas mamás blogueras afirman que las fiestas que se viven con bebés «son Navidades especiales, en las que siempre se deben respetar sus momentos de sueño, comidas y mimos y atenciones».
Todos estos factores dependen, por supuesto, de la edad del bebé y de su propio carácter, que sus padres conocerán mejor que nadie.
Cena de Navidad con bebé, mejor fuera
Las dificultades para mantener las rutinas se deben, sobre todo, a que los bebés reciben muchos estímulos nuevos en esos días: estarán con mucha gente y ellos serán, de alguna manera, los invitados estrella. Es posible que muchos quieran cogerlos en brazos, etc.
Pero, si el bebé está irritado o molesto, lo más apropiado es llevarle a una habitación aparte para que se tranquilice o se duerma.
Otra clave, puntualizada Cerini, es procurar pasar las fiestas fuera de casa. Y esto por varias razones. Por un lado, para evitar (o al menos reducir) el estrés de los preparativos. «Si hay que elaborar alguna comida, se puede dejar hecha o comprarla», explica esta bloguera. «Todos entenderán que este año la prioridad es el bebé».
Y, por otro lado, si los padres están muy cansados -las primeras épocas de un bebé son bastantes agotadoras-, se pueden marchar pronto y, al día siguiente, no tienen que limpiar la casa.
- Hacerse a la idea de que será difícil -o imposible- quedarse cómodamente sentados a la mesa y tener largas conversaciones, ya que el bebé tiene que recibir diversas atenciones: cambiar los pañales, calmarle si llora, dormirle, etc.
- Aceptar la ayuda que ofrezcan los demás, ya que los familiares y amigos pueden desempeñar un papel importante para aligerar las tareas de los padres.