Papás, ¿cómo nacen los niños? A partir de los tres años, los bebés empiezan a descubrir su cuerpo y las diferencias entre ambos sexos y, al mismo tiempo, a hacer preguntas: ¿cómo se hacen los bebés?, ¿cómo era yo cuando estaba en la barriga de mamá?, ¿cómo salí?… Este artículo explica la manera más apropiada de responder a las cuestiones sexuales de los pequeños y el modo de aclararles, con trucos de expertos, cómo los bebés “entran y salen” del vientre de sus madres. Además, enumera las principales pautas para hablar de sexualidad con los menores.
Sexualidad, preguntas y niños
Ante la pregunta infantil de cómo se hacen los niños, los expertos recomiendan responder con honestidad y sencillez, y llamar a las cosas por su nombre
A los pequeños les hacen mucha ilusión todo lo relacionado con cuando estaban en la barriga de su mamá, como las imágenes de las ecografías. Los niños son curiosos y, desde muy temprana edad, muestran su interés por cuestiones como su propio nacimiento, su cuerpo y las relaciones entre ambos sexos. Sin embargo, la pregunta «¿cómo se hacen los bebés?» todavía causa nervios y temor en muchos padres y madres. Y el mejor consejo, según los expertos, es afrontarla con la misma naturalidad.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, como explica el estudio «La educación sexual de la primera infancia«, del Ministerio de Educación, «la curiosidad infantil se expresa de muchas formas«, y no siempre a través de preguntas. A veces, es a través de gestos, expresiones, miradas. «Algunos niños reaccionan, por ejemplo, tapándose los ojos con sus manos cuando ven un beso entre un hombre y una mujer», ejemplifican estos especialistas.
¿Yo estuve en la barriga de mamá?
Las primeras preguntas sexuales de los niños pueden resolverse con experiencias sobre el embarazo y con mostrarles objetos como las imágenes de las ecografías
Por fortuna, hoy las trasnochadas versiones sobre el nacimiento de los bebés («vienen de París, los trae una cigüeña, etc.) ya son muy poco frecuentes. Los niños de tres o cuatro años ven a mujeres embarazadas en casa, en la calle o en la televisión, etc. y se les explica que «allí dentro hay un bebé». Sin embargo, esta percepción les lleva a cuestionarse por su propio origen: «¿Yo estuve en la barriga de mamá? ¿Y cómo era yo cuando estaba allí?».
Pero, ¿cómo responder? Para contestar durante las edades más tempranas, los especialistas recomiendan ofrecer distintos detalles de esa época: describir las patadas que el pequeño daba -y podían sentir la madre y el padre-, cómo se alimentaba el bebé antes de nacer, las canciones que su madre embarazada le cantaba e incluso explicar qué le decía su papá cuando se acercaba a la tripa.
También le hará mucha ilusión al niño ver y tocar objetos físicos de ese entrañable tiempo de espera: las imágenes de las ecografías o un diario en el que sus padres escribieran durante el embarazo.
Entrar y salir de la barriga de mamá
Otra de las grandes dudas en estas edades es cómo hacen los bebés para salir de la tripa de sus madres. Según los expertos, cuando el niño hace una pregunta de este tipo, ya está preparado para entender la respuesta. Además, es en este periodo cuando nace la curiosidad por los genitales. Algunos, incluso, necesitan mostrar sus partes a los adultos y explicar lo que son y sus diferencias con el otro sexo.
En este sentido, la recomendación es darles toda la información que sea necesaria. Y para responder a la pregunta de cómo nacen, lo mejor es honestos y simples: «Normalmente, los bebés nacen por la vagina«. También resulta útil mostrar dibujos y explicar dudas frecuentes, como que el ano no tiene nada que ver con hacer niños.
¿Cómo llega el bebé a la tripa de mamá?
Cuando son algo más mayores, sobre los cinco o seis años, los pequeños empiezan a plantearse otras interrogantes, como ¿cómo llega el bebé a la barriga de mamá? Entonces, se debe explicar con naturalidad: el pene entra en la vagina y unas células (o semillitas) de papá se encuentran con unas células (o semillitas) de mamá.Hay libros que pueden ser de mucha ayuda para leer junto a los niños y ayudarles a entender de un modo práctico y ameno estas cuestiones sexuales del modo más saludable. Uno de los más elogiados es ‘¡Mamá puso un huevo! o cómo se hacen los niños’ (Ediciones Destino, 1998), de Babette Cole. Incluye, por citar solo un caso, los dibujos de un hombre y una mujer desnudos, con una flecha que va desde el pene hasta la vagina y el texto: «Esto encaja aquí».
En relación con la sexualidad, es preciso establecer un vínculo de buena calidad entre los adultos y los menores. El objetivo es que los niños entiendan los mensajes y explicaciones de los mayores. De esta forma, tendrán menos dificultades para afrontar los conflictos y, en consecuencia, los pequeños serán más felices, recuerdan los expertos.
A continuación se recogen pautas para crear y sostener relaciones fuertes con los niños:
- Aceptar a cada pequeño tal como es, con su propia personalidad infantil y sus singularidades.
- Escuchar con atención, ayudarlos a expresarse, procurar entender bien lo que quieren decir y nunca ridiculizarlos.
- Confiar en los niños y en su capacidad para decidir, tomar la iniciativa, expresar sus sentimientos cuando lo deseen, etc.
- Contestar. Esto es muy importante, pues de la actitud con que se responda dependerá que los menores sigan hablando de estos asuntos con sus padres o los canalicen en otro lugar. Los adultos no deben sentirse mal, si no saben la respuesta a una pregunta: siempre la pueden consultar en un libro, a otra persona, etc. Pero sí es fundamental mostrarse dispuesto a contestar.
- Nombrar las partes del cuerpo. Usar los nombres reales ayuda a tratar cada parte del cuerpo como cualquier otra, sin connotaciones negativas, ocultismos ni generar tabús.
- Informar siempre con la verdad. Mentir a los niños puede parecer una salida más fácil, pero cuando los pequeños descubran el engaño, es muy probable que dejen de preguntar por cuestiones sexuales.