Las cajas nido son pequeñas construcciones de madera que sirven a los pájaros como refugio, para guarecerse y tener a sus crías. Por eso, con su colocación en el jardín no solo se llena de naturaleza y de vida este espacio, sino que también representa una ayuda para las aves. Este artículo, además de señalar los beneficios de colocar cajas nido en el jardín, explica el procedimiento básico para su construcción, qué tipo de madera conviene utilizar y las posibles técnicas de instalación.
Beneficios de colocar cajas nido en el jardín y materiales para construirlas
Existen varios factores que sirven como motivación para construir una caja nido. Uno de ellos es atraer pájaros al jardín de la casa. Con sus cantos y gorjeos, las aves dan alegría y vida a este espacio verde y permiten un mayor acercamiento a la naturaleza. Pero además, es un modo de ayudar a estos animales, ya que en muchas regiones escasean los árboles con agujeros, que ellos necesitan para guarecerse y tener a sus crías. Por eso, la instalación de cajas nido no solo favorece al jardín sino también a la riqueza del entorno natural.
Con un tablero de madera de 1,5 metros de largo por 15 centímetros de ancho es posible crear una caja nido para casi todas las especies de aves
La construcción de una casa para pájaros es muy sencilla. La materia prima esencial es un tablero de madera de 1,5 metros de largo por 15 centímetros (cm) de ancho y clavos galvanizados para fijar la estructura. Según su tamaño, las cajas nido serán más adecuadas para unos u otros tipos de ave, pero las diferencias son pequeñas: con un tablero de esas dimensiones es posible crear una para casi todas las especies que la pueden usar.
Procedimiento para la construcción de una caja nido
Las cajas nido más comunes y simples son las de tipo buzón, llamadas así porque su forma es muy similar a la de los típicos recipientes para cartas de las puertas de las casas. Sirven de refugio a los páridos, una familia de aves entre cuyas especies más comunes se encuentran los carboneros y los herrerillos.
Para su construcción, el tablero de madera se debe cortar en fragmentos rectangulares de los siguientes tamaños: uno de 45 cm de largo para la parte trasera, uno de 20 para la parte frontal y uno de 22 cm para el techo. Para la base o suelo, se debe restar al ancho del tablero el doble del espesor de la madera. Es decir, si el espesor del tablero es de 2 cm, para la base hay que cortar un fragmento de 11 cm. Para los laterales, por su parte, se ha de cortar la madera para lograr dos trapecios rectángulos, de tal modo que la base corta mida 20 cm y la larga, 25 cm. En este documento del grupo ecologista Xoriguer se pueden ver gráficos y esquemas con los cortes que se han de realizar.
En el fragmento destinado a la parte frontal, se debe hacer el orificio de acceso para las aves. Según el tamaño de este agujero, entre otras cosas, la caja nido será usada por unas u otras especies. Con una abertura algo menor de 3 cm, la podrán emplear herrerillos capuchinos y carboneros garrapinos, pero no el carbonero común ni el gorrión. En el artículo de Xoriguer especifican las posibilidades según las dimensiones de una caja nido para una gran variedad de especies.
Los clavos se deben colocar horizontales, para evitar que la gravedad afloje las sujeciones
Tras cortar los fragmentos de madera y agujerear la frontal, el siguiente paso consiste en fijar los laterales a la base mediante clavos. Lo idóneo es que todos queden en posición horizontal, para evitar que la gravedad contribuya a que se aflojen y, en el peor de las casos, que la caja se desfonde. También se recomienda que los clavos no queden perpendiculares a la superficie donde se introducen, sino con una ligera inclinación, que dará mayor resistencia al conjunto.
Después, hay que fijar la parte frontal y luego toda esta estructura a la parte trasera. Lo que queda para el final es la colocación del techo, que no se debe clavar sino asegurarse por medio de una bisagra. En realidad, lo mejor es evitar bisagras metálicas y utilizar un pedazo de cuero, una goma proveniente de una rueda de bicicleta, etc. El objetivo es que el techo se pueda levantar para limpiar el interior de la caja, que conviene hacerlo al menos una vez al año.
Conviene no lijar las superficies de la caja nido, ya que los pájaros se agarran mejor a las superficies rugosas
El principal requisito que debe cumplir la madera de las cajas nido es la resistencia al agua. Por eso, no se pueden emplear tableros contrachapados o de densidad media. Las mejores maderas son las de pino, chopo o álamo, así como los tableros marinos y las provenientes de los palés que se usan en el transporte de materiales. Además, lo mejor es no lijarla: aunque quede más bonita, los pájaros prefieren el acabado más rugoso, ya que de esta manera les resulta más fácil agarrarse.
Para prolongar la vida útil de la casa nido, es recomendable aplicar un antimoho, pero solo por el lado exterior, y no en las cercanías del orificio de entrada. Lo idóneo es dar un barniz de poro abierto o lasur, que incluye antimoho y aumenta la resistencia de las maderas expuestas a la intemperie.
Aunque también se pueden colocar en otros sitios, el mejor para las cajas nido está en los árboles. Pueden estar colgadas o atadas al tronco. Si se decide colgarlas, se deben poner en una rama gruesa, sostenidas por un alambre resistente de al menos 5 milímetros de diámetro. Atarlas al tronco exige un trabajo algo más complejo. Además, hay que colocar una rama seca entre el alambre y el tronco para evitar que este se dañe. Y, por este mismo motivo, el alambre se debe cambiar cada dos años.