El suelo radiante es un sistema de calefacción que carece de radiadores y que transmite el calor mediante un sistema de tuberías que discurre bajo el piso de la casa. De este modo, el calor asciende desde el suelo y caldea las estancias. Uno de los inconvenientes de este tipo de instalación es que sobre la misma solo se pueden colocar pavimentos que no se dilaten ni contraigan. Por ello, es indispensable saber si el material, ya sea madera, moqueta o cerámica, es apto para su montaje sobre este sistema de calefacción.
Precauciones en los suelos de madera
El suelo radiante tiene algunas limitaciones, en cuanto al tipo de pavimento bajo el que se puede colocar.
En general, no se aconseja su instalación con suelos de madera, ya que este material se puede dilatar y contraer por la acción del calor. Si se desea instalar parqué, es necesario informarse de si la madera elegida es apta para su montaje sobre calefacción radiante. Algunos fabricantes establecen una temperatura máxima a partir de la cual el suelo puede deteriorarse. Además, las lamas de madera deben resistir las variaciones de frío y calor, de modo que estos cambios no la estropeen o provoquen grietas.
El coeficiente de transmisión calorífica de la madera no es muy elevado, por lo que se puede perder energía y la calefacción, por lo tanto, efectividad, lo que aumentaría su consumo. Si el parqué es flotante, la base aislante que se coloca debajo de éste debe tener también un coeficiente de transmisión de calor lo más alto posible.
Una vez instalado el parqué, para una buena conservación de la madera se debe evitar en todo momento que el termostato supere los 28ºC. Además, la temperatura de la estancia no debe superar los 21ºC y la humedad relativa se debe mantener por debajo del 65%. También es importante que la calefacción se encienda y apague de forma gradual, en ningún caso debe haber alteraciones bruscas.
Cerámica, la elección más acertada
Los materiales cerámicos son los más adecuados para este tipo de calefacción porque su coeficiente de transmisión del calor es óptimo. Éste no se pierde y se distribuye de forma homogénea por toda la superficie. Además, con la instalación del suelo radiante, se evita la sensación de frialdad de estos pavimentos.
Algunas clases de moquetas son aptas para su instalación sobre suelos con calefacción radial. Para reconocer este revestimiento, hay que fijarse en la etiqueta. En ésta se debe indicar que el tejido y su correspondiente adhesivo son resistentes al calor y que se mantendrán estables cuando la calefacción esté funcionando.
También es imprescindible que antes de fijar la moqueta el pavimento esté seco. Además, mientras el adhesivo se endurece, la temperatura del suelo debe permanecer estable.
El corcho es un material aislante, por lo que su coeficiente de transmisión de calor es muy bajo, inferior al de la madera, lo que hace que este material no sea muy compatible con el suelo radiante.