Aunque a veces las mesas de centro pasan algo inadvertidas en el salón, en realidad ocupan un lugar primordial en la decoración de esta estancia. Por ello, es fundamental que su diseño concuerde con todo el conjunto. En este artículo se describen los distintos estilos y tamaños para las mesas de centro del salón, así como las posibilidades que ofrecen las superficies de cristal y las baldas inferiores. Además, se dan consejos para la decoración de estas mesas.
Mesas de centro, diseños y tamaños
La mesa de centro es un mueble que a veces recibe menos importancia de la que merece. En muchos casos supone un mero complemento de los sofás, sillones, cojines, alfombras y demás elementos del salón, y entonces queda eclipsado por los objetos que se colocan encima de ella. Pero su ausencia o que esté decorada de manera inadecuada hace saltar a la vista enseguida su importancia dentro de la estancia.
Las mesas de centro tienen entre 40 y 50 centímetros de altura, pero pueden variar mucho en cuanto al tamaño su superficie
Existen muchas clases de mesas de centro. Cuando se debe elegir alguna, hay que tener en cuenta varios factores, en particular el diseño (que se adecúe al del resto del salón) y su tamaño. Estas mesas tienen una altura bastante parecida (entre 40 y 50 centímetros), pero varían mucho en cuanto a las dimensiones de su superficie.
Si el espacio delimitado por el tresillo o el conjunto de sofá y sillones es cuadrado, lo recomendable será una mesa de centro cuadrada o redonda, mientras que si el salón presenta un aspecto más alargado, quedará mucho mejor una mesa que también lo sea y se coloque con su eje longitudinal paralelo al del conjunto.
Tipos de mesas de centro para el salón
Con relación al diseño y estilo, la variedad es inmensa. Hay mesas clásicas y contemporáneas, rústicas y minimalistas, discretas y llamativas, y también en diferentes colores. Lo importante radica en evitar que la mesa desentone con respecto al resto de la decoración.
La superficie superior de muchas mesas de centro son de cristal transparente, el cual brinda un toque de elegancia a la decoración. El inconveniente es que la suciedad que se acumula sobre el cristal es más visible, al igual que las marcas que dejan los dedos u otros objetos que se apoyan encima.
Hay mesas de centro muy originales, con patas hechas con ruedas de bicicletas o troncos de árboles
A menudo, las mesas cuentan con dos niveles: por un lado, la superficie superior y, por el otro, una balda inferior donde se pueden colocar y almacenar distintos artículos. Si la superficie superior es de cristal, las posibilidades se amplían, pues lo que se pone en la parte inferior es visible desde arriba. Allí se pueden disponer de revistas, libros, fotos o adornos variados.
También existen mesas de diseño muy original. Muchas de ellas se basan en objetos reutilizados, sobre todo para las patas, que pueden estar hechas con ruedas de bicicletas u otros vehículos, fragmentos de troncos de árboles, un barril cortado por la mitad, etc. Para que una mesa de este estilo quede bien en el salón, lo idóneo es que haya en el resto de la decoración al menos algunos otras cosas o detalles originales y creativos.
La mesa de centro puede decorarse con múltiples objetos, como fotos y adornos. Además, permite tener cerca otros elementos que además de resultar decorativos son de uso cotidiano, como libros y revistas. Y la parte superior también es idónea para la colocación de floreros, centros de mesa, velas, ceniceros, “vaciabolsillos” y otros pequeños recipientes.
Sin embargo, precisamente por esta capacidad de poder albergarlo todo, las mesas de centro corren el riesgo de convertirse en un espacio lleno de cosas en desorden que, en lugar de decorar, afee el salón. Hay que tener en cuenta que una mesa abarrotada de objetos desordenados en el centro del salón no favorece la relajación y el descanso de quien la tenga a la vista cuando se siente en el sofá.
Por eso, antes decorar la mesa de centro hay que decidir qué cosas debe haber sobre ella y procurar que se mantengan esas condiciones. Es recomendable que haya una buena parte de la superficie de la mesa libre y descubierta, de modo que la cantidad de artículos que se coloquen sobre ella dependerá también de su tamaño. Salvo que la mesa sea de dos niveles, lo mejor será guardar los libros y revistas en estanterías o revisteros dispuestos para tal fin, así como los mandos a distancia y otras piezas que pueden tener su sitio particular en otra parte.
Una sugerencia: tener una planta o una flor sobre la mesa del salón. Brinda frescura, vitalidad y fragancia, así como un detalle de naturaleza que siempre viene bien.