Quien decida invertir en Bolsa puede decantarse por valores que integran el Ibex 35 -a través de valores de gran capitalización cuyos títulos cambian de mano en cada sesión bursátil- o por empresas que cotizan en el mercado continuo, donde la oferta es más extensa, con propuestas de diversa naturaleza. En el reportaje que sigue se señala que inclinarse por uno u otro modelo dependerá del perfil del inversor, el plazo de la inversión y del importe que se destinará a la compra de acciones.
El selectivo Ibex 35
Si la opción de los inversores es la de decantarse por alguna empresa que cotice en el índice de referencia selectivo (Ibex 35), deberán tener en cuenta que esta estrategia de inversión implica una serie de connotaciones operativas en el momento de formalizar sus compras.
Puede elegir entre 35 oportunidades de compra, ni una más ni una menos, que representan a empresas de primer nivel, todas con capital español.
No están representados todos los sectores bursátiles, aunque son los bancos, constructoras, eléctricas y servicios los que predominan en su conformación. Por el contrario, hay otros sectores que no están: nuevas tecnologías, químicas, etc.
Son de gran capitalización y representan a las más importantes empresas del país. A diario se mueven infinidad de títulos entre todo tipo de inversores y gestoras.
Son valores muy líquidos que permiten su acceso a las compras de forma sencilla y rápida, al igual que cuando se formalizan las operaciones de venta. No ocurre como en los valores de otros índices bursátiles nacionales, en donde hay ciertos problemas para entrar o salir del mercado, precisamente por su falta de liquidez.
Los valores que integran este índice de referencia son los elegidos por las gestoras para conformar los fondos de inversión y la cartera de valores de sus clientes. Eso genera un mayor dinamismo en la evolución de sus precios, en uno u otro sentido.
Es casi imposible que alguna de sus empresas presenten una suspensión de pagos o quiebren, como ocurre en algunos de los restantes valores de la Bolsa española.
Si los inversores optan por las ventas a crédito (se decantan por los descensos en sus precios como fórmula para generar plusvalías), este es su sector. Se pueden realizar estas operaciones en la mayoría de empresas, a no ser que estén prohibidas, como sucede ahora con los bancos y financieras.
Si se opta por la remuneración a través de dividendos, las mejores posibilidades de compra están en el Ibex 35
El mercado continuo
Si el inversor prefiere la opción de algún valor que esté fuera del índice selectivo español, también deberá tener presente otra serie de consideraciones a la hora de presentar su operación de compra a los mercados.
En el mercado continuo la oferta es más amplia. Hay más valores y más sectores bursátiles, con más de 100 posibilidades de compra de acciones, sobre todo a través de valores de pequeña y mediana capitalización.
Se pueden encontrar valores de todo tipo, desde compañías sólidas hasta valores de carácter especulativo o peligrosos por su difícil situación financiera. Es, en definitiva, un «cajón de sastre» en el que se incluyen todas las empresas que cotizan en Bolsa.
Mantienen una tónica de volatilidad más acusada, ya que con pocos títulos se puede mover mucho sus precios, de ahí las grandes diferencias entre sus máximos y mínimos diarios. Son propuestas bursátiles muy aptas para los inversores especulativos, con operaciones en el mismo día.
Las variaciones diarias o semanales en sus precios son más acusadas y, por tanto, también lo son las posibilidades de conseguir mayores plusvalías. Por la misma razón también se pueden generar fuertes pérdidas.
Ofrecen, en algunos casos, cierta dificultad para entrar o salir de sus acciones, ya que manejan pocos títulos en los mercados. Es un gran problema para los pequeños inversores que desean salir de los mercados.
Los valores con menor capitalización son más sensibles a su manipulación y las manos fuertes de los mercados pueden llevar a sus precios en una u otra dirección sin demasiadas dificultades.
Los ahorradores se pueden encontrar con valores muy atractivos para realizar sus compras (CAF, Jazztel, Europac, etc.), pero también otros muy peligrosos, que les pueden deparar muchas sorpresas negativas en forma de elevadas minusvalías en sus posiciones (La Seda de Barcelona, Sniace, Deoleo, etc.). Hay que saber elegir muy bien dentro de este grupo. Ahí reside la clave para el éxito de la operación. Por eso está destinada para inversores más experimentados que saben manejarse mejor en los mercados bursátiles.
Si se desea especular con un valor para obtener más amplias y rápidas plusvalías el mercado continuo es idóneo
Llega el momento de la elección
Analizadas ambas posibilidades, llega el momento de hacer un análisis lo más riguroso posible sobre por qué opción decantarse:
Oportunidades de compra hay siempre en los dos índices, aunque los valores integrantes del Ibex 35 ofrezcan una mayor seguridad por el peso específico de sus empresas.
Si lo que se desea es especular con un valor para obtener más amplias y rápidas plusvalías, sin duda que el mercado continuo satisface mejor las expectativas. Pero cabe el riesgo de que la tendencia se invierta y se pueda lamentar la decisión, ya que pueden generar unas pérdidas irreparables.
La agilidad para entrar y salir de los valores integrantes del índice de referencia del selectivo español no lo ofrecen buena parte de los otros valores, al presentar una mayor liquidez.
Si se opta por la remuneración a través de los dividendos, las mejores posibilidades de compra están integradas en el Ibex 35, que brinda una oferta más generosa.
La propuesta de inversión estará desarrollada en función del plazo de la misma. Si está dirigida al medio y largo plazo, es mejor optar por el selectivo español que ofrece propuestas más seguras, sin tanta volatilidad en sus precios. Si por el contrario, el plazo seleccionado es el corto (incluso ultracorto), las compañías que cotizan en el mercado continuo son más aconsejables por su alta volatilidad, pero teniendo en cuenta el riesgo que se corre.
Para operar en la bolsa española hay otros índices de reciente creación que pueden ser válidos para las apetencias inversoras, como son el Ibex Medium Cap, que agrupa a las compañías de mediana capitalización, y el Ibex Small Cap, que integra a las de baja capitalización. Si bien pueden ser opciones interesantes de inversión, cuentan con una menor liquidez para operar con ellas que a través de las del índice selectivo. De todos modos, están integrados por empresas con una fuerte presencia en la economía española y son, en la mayoría de los casos, valores sólidos.
En donde se aprecia un déficit importante en cuanto a su oferta es en la representación de las compañías de nuevas tecnologías, Internet y componentes electrónicos, que incluso carecen de un índice propio como sucede en otras Bolsas internacionales. Se reducen a las propuestas puntuales de inversión de unos pocos valores que no satisfacen la demanda de un perfil determinado de inversores que se ven en la obligación de dirigir sus operaciones de compra a los parqués de Estados Unidos, Alemania o Japón.