Llegan las Navidades, las compras familiares, los regalos y, en definitiva, un sinfín de gastos que pueden tambalear el presupuesto de cualquier familia. Es esta una de las épocas del año en la que se “tira” con mayor facilidad de la tarjeta de crédito. Con sus ventajas, pero también con sus riesgos. En muchos casos no hay otra solución para afrontar gastos, pero conviene saber que conlleva un aumento del endeudamiento, por lo que tal y como se indica a continuación, debe utilizarse con mucha prudencia y control para no elevar el nivel de gastos durante el próximo año.
Tarjetas para aplazar el pago
Una de las modalidades que mejor se adapta a las necesidades de las compras de Navidad son las tarjetas de crédito que permiten aplazar los gastos y, en los casos más benévolos, no aplican intereses. Es posible demorar en varios meses los desembolsos que se realizan en estas fiestas, si bien es necesario detectar los «plásticos» que generan el menor tipo de interés posible o los modelos más agresivos, que incluyen importantes bonificaciones -en torno al 5%- en las compras realizadas en los comercios.
Hay una oferta extensa y plural, desde tarjetas que brindan un aplazamiento mensual hasta otras que ofrecen descuentos
A partir de estas variables se abre una oferta extensa y plural de tarjetas, desde las que brindan un aplazamiento mensual (hasta en tres meses sin intereses), hasta otras que ofrecen descuentos en los comercios. Entre estas, Caja Laboral propone a sus clientes la Visa Gold, una tarjeta de crédito que permite financiar las compras y que cuenta con una línea de crédito inmediata de hasta 6.000 euros, sin trámites ni papeleos, para cuando lo necesiten sus titulares. Conlleva un tipo de interés mensual del 1%.
Por su parte, Kutxabank dispone para estos casos de la tarjeta Visa Extra, que sirve para aplazar las compras sin intereses hasta un máximo de 12 meses, siempre que los gastos sean superiores a 300 euros. Estas operaciones de aplazamiento individual tendrán una comisión por su gestión, cuyo importe variará en función del periodo del mismo, oscilando entre un interés anual del 2,02% al 21,42%.
La tarjeta Pago Fácil es la alternativa de Bankia, que permite aplazar las compras en tres meses, sin intereses, aunque se cobran comisiones: nueve euros por operación en concepto de gastos de gestión. El alta de la tarjeta es gratuita, una circunstancia que se amplía a la cuota anual de mantenimiento si se dispone de otra tarjeta con la entidad o se realiza al menos una compra al año con la tarjeta.
Banco Sabadell ha desarrollado otro sistema similar por medio de su Tarjeta Sin, que ofrece la posibilidad de pagar todas las compras en tres meses. Es siempre gratuita, sin cuota de alta ni de renovación. Todas las compras que se realicen, entre 50 y 3.000 euros, se pagarán automáticamente en tres mensualidades y sin intereses, aunque se aplicará una comisión de 2,50 euros al mes en concepto de gastos de gestión por cada compra realizada.
Flexibilidad en los pagos
Unicaja aporta a sus tarjetas el sistema FlexiCompra para que permitan la obtención de financiación inmediata en sus compras habituales en los comercios adheridos al sistema, lo que permite que se beneficien de una serie de ofertas promocionales. De esta forma, sus titulares podrán aplazar el pago de sus compras hasta en 12 meses, con una gran variedad de posibilidades de financiación, algunas sin coste alguno.
En estas mismas variables comerciales, isantader propone la itarjeta de crédito, un «plástico» de crédito sin comisiones de emisión ni renovación, que permite elegir entre diferentes formas de pago para afrontar los gastos. Otra estrategia diferente es la que aplica el Banco Santander por medio de su tarjeta Plus, que genera un 5% de descuento en todas las compras que se realicen, sea cual sea el comercio y el importe. Además, permite pagar la cantidad que el titular desee, entre el 3% y el 50% del saldo dispuesto.
Banca Ceiss, por su parte, brinda la Visa Classic, para que sus suscriptores puedan disponer de un límite de crédito mensual para realizar sus compras, que abonarán a primeros del mes siguiente sin ningún coste. La cuota durante el primer año es gratuita, para después abonar 30 euros anuales.
A pesar de sus peligros, numerosos usuarios “tirarán de tarjeta” en estas fiestas. Si tienen en cuenta unos sencillos consejos, podrán limitar los peligros de su uso:
Utilizarlas siempre bajo un estricto control de gastos, para saber en todo momento nuestros movimientos.
Conocer y asumir el coste real del uso de las tarjetas: intereses, comisiones, penalizaciones…
No generalizar su uso y recurrir a ellas solo en situaciones puntuales.
Evitar usar las tarjetas que generen unos intereses excesivos, aquellos que rondan el 20%.