La caída de ingresos por parte de las entidades y los créditos dudosos están socavando la rentabilidad del sector financiero. Pero los bancos pugnan por obtener beneficios con la adaptación de su oferta comercial a las circunstancias de crisis y compensan sus márgenes a través del incremento de las comisiones, como lo corrobora el Banco de España al analizar las tarifas de algunas de las operaciones más habituales entre las entidades y sus clientes. De hecho, durante 2012, la banca española ingresó poco más de 14.600 millones de euros en concepto de comisiones, lo que supone un repunte de un 3,6% respecto al año anterior. Sin embargo, como se detalla en el siguiente artículo, hay algunas fórmulas con las que los clientes pueden evitar ciertas comisiones.
¿Cuánto dinero se va a los bancos en concepto de comisiones?
En medio de una coyuntura financiera adversa, la necesidad de dotarse de liquidez y compensar las pérdidas del sector bancario y la enorme tasa de morosidad hace que las entidades estén cobrando, cada vez más, por los servicios que prestan a sus clientes. Aun así, los datos de la AEB (Asociación Española de Banca) reflejan que, desde que se inició la crisis, hace casi seis años, los españoles están dejando de utilizar numerosos servicios bancarios y, por ello, los ingresos por comisiones han caído en torno a un 16%.
Las comisiones bancarias son las cantidades que las entidades cobran a los clientes por sus servicios (la concesión de una tarjeta de crédito, un ingreso de cheques, el envío de una transferencia, un cambio de divisas, una compra de acciones bursátiles, la administración de una cuenta, el estudio de un préstamo, etc.). Aunque las entidades están obligadas a informar de lo que cuesta cada producto y de cuáles son los gastos de las operaciones, a menudo, el usuario solo es consciente de estas comisiones cuando las descubre al revisar sus extractos bancarios.
De las comisiones de la tarifa plana pueden beneficiarse quienes realizan movimientos bancarios de forma regular, como operaciones bursátiles, transacciones con tarjeta o transferencias al extranjero
Según el estudio «Análisis de las comisiones en tiempos de crisis. Periodo 2007-2012», elaborado por ADICAE (Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros), en estos años, algunas entidades han elevado hasta un 185,9% el precio que cobran a sus clientes por servicios como el mantenimiento y administración de cuentas y tarjetas, la extracción de dinero en cajeros o el estudio y apertura de créditos hipotecarios, es decir, las operaciones más habituales que realiza un usuario medio de servicios financieros. Mientras que en estos seis años el IPC ha aumentado un 11,3%, las comisiones bancarias han subido de media un 46,88%.
Cómo esquivar las comisiones bancarias
Las comisiones anuales por el movimiento normal de una cuenta en España se elevan a 178 euros, frente a los 111 euros de la media europea. De hecho, un usuario medio puede pagar hasta 567,8 euros a su entidad en concepto de comisiones, según ADICAE. Las comisiones bancarias gravan el ahorro de los clientes y para negociarlas con el banco o eludirlas, es conveniente:
Mantener un saldo elevado en la cuenta a la vista.
La gran banca ha duplicado en estos seis años el precio que cobra por tener una cuenta corriente y, en 2012, las comisiones de mantenimiento aumentaron un 78% respecto al año anterior, pasando de 42 euros a 75 euros anuales en algunas entidades. Por su parte, las entidades intervenidas son las que han encarecido las comisiones en mayor proporción, pese a que han recibido fondos públicos. De esta forma, la comisión por mantenimiento anual de una cuenta en estos bancos ha pasado de los 18,91 euros que cobraban en 2007 a los 45,85 euros de media hoy, lo que representa un incremento del 142,46%.
Sin embargo, mantener un saldo elevado en la cuenta permite al cliente negociar las comisiones o eliminarlas del todo. Así, entidades como BBVA suprimen la comisión de mantenimiento cuando se dispone de 60.000 euros o más en la cuenta corriente.
Contratar varios productos o servicios en el mismo banco.
La vinculación con la entidad posibilita negociar una rebaja o la eliminación de las comisiones. Así, domiciliar los recibos (luz, agua, gas, teléfono y conexión a Internet), la nómina, pensión o prestación por desempleo (que debe ser de 600 euros como mínimo, en la mayoría de los casos) y tener contratado algún seguro, depósito o plan de pensiones, etc. permiten la eliminación de las comisiones.
Asimismo, algunas entidades brindan la supresión de las comisiones por transferencias y por ingreso de cheques cuando se tiene vinculación con el banco. Las comisiones por transferencias han sufrido aumentos de hasta el 400% en un solo año y el coste de las comisiones por ingreso de cheques se incrementó un 12% en 2012.
En el caso de que se tenga vinculación con el banco BBVA y se suscriban más de 500 acciones bursátiles de la citada entidad, se pueden hacer transferencias, hasta 50.000 euros, sin comisión bancaria.
Evitar los descubiertos en cuenta.
Cuando un usuario tiene su cuenta en números rojos, la entidad debe avisarle de que le cobrará una comisión si no resuelve el descubierto en un plazo de tiempo determinado. A partir de esa fecha, el banco puede cobrarle una comisión por reclamación de descubierto. En este sentido, es esencial evitar los descubiertos, pues generan unas comisiones muy elevadas que, en 2012, aumentaron casi en un 40% con respecto al año anterior.
Tener prudencia al utilizar los cajeros automáticos.
Es obligatorio que en los cajeros se informe del coste de la comisión y de los gastos de la operación antes de que se realice. El importe de la comisión varía en función de la red en la que se integra el cajero automático donde se saca dinero. Las comisiones son mayores en los cajeros de otras redes que en los de la propia red. De hecho, si el cajero pertenece a la propia entidad, la operación suele ser gratuita en las disposiciones a débito. El coste por retirada de efectivo a crédito en cajeros de la propia entidad se sitúa, de media, en el 3% de la cantidad extraída. Si se saca en un cajero de otra entidad, el importe puede ascender a un 4,5%.
Ser cauteloso al contratar y usar tarjetas de crédito o débito.
La comisión por emisión, renovación o mantenimiento de una tarjeta es una cantidad fija que se abona al emitirse la tarjeta y después, por lo general, cada año. El importe de esta comisión depende del tipo de tarjeta: cuanto mayor es la categoría de la tarjeta, más alta es la comisión. Si hay varios beneficiarios, cada tarjeta secundaria paga una comisión, aunque lo normal es que sea menor que la de la tarjeta principal.
Tanto el Banco de España, como AUSBANC (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios), recomiendan a los usuarios que al contratar una tarjeta en una entidad bancaria, se solicite una copia del contrato en el que están especificadas las comisiones que se repercutirán por su tenencia y uso. Además, conviene conocer qué sucede si no se efectúa un pago en plazo, qué tipo de interés se aplica, cuál es la responsabilidad en caso de robo, etc. Abonar el saldo pendiente de la tarjeta todos los meses evita al usuario el pago de gravosas comisiones y dispondrá de un buen historial crediticio.
Estudiar las comisiones de los préstamos hipotecarios.
Tanto la comisión de estudio como la de apertura del préstamo hipotecario constituyen un porcentaje sobre el importe que se solicita. Si, a instancias del comprador, se cambian las condiciones de la hipoteca, el banco puede exigir una comisión.
Entidades como ING Direct ofrecen la hipoteca Fresh Banking sin comisiones. Se requiere ser cliente, haber tenido domiciliada la nómina o pensión en este banco durante los tres meses anteriores al momento de solicitar el préstamo, una Cuenta Sin Nómina con condiciones activas (con un ingreso mensual igual o superior a 1.000 euros o mantener un saldo diario mínimo de 2.000 euros), o bien ser titular de algún producto de ahorro o inversión con tres meses de antigüedad y con saldo.
Por su parte, la Hipoteca Low Cost de Unnim es una de las hipotecas más baratas en cuanto a tipo de interés. Es la que menos productos vinculados solicita y menos cláusulas perjudiciales incluye, pues ofrece una hipoteca sin comisiones (de apertura, estudio y desistimiento). En contraprestación, está dirigida únicamente a los interesados en una vivienda de su portal inmobiliario.
Evitar la cancelación anticipada de depósitos.
Conviene suscribir productos financieros que no penalicen la cancelación anticipada. Otros productos permiten su cancelación anticipada por parte del cliente, a cambio de una comisión impuesta por la entidad a modo de penalización.
Optar por la tarifa plana en las cuentas corrientes.
Cuando todas las comisiones se le cobran juntas al cliente, como un solo cargo fijo, se utiliza el término tarifa plana, que es el pago de una cuota fija por la utilización de los productos y servicios bancarios. La tarifa plana se asocia a los depósitos a la vista y su contratación puede implicar un ahorro para quienes realizan movimientos bancarios de forma regular, como operaciones bursátiles, transacciones con tarjeta o transferencias al extranjero.
Por norma general, los requisitos que se necesitan para contratar este tipo de cuentas son: tener domiciliada la nómina o pensión, las cuotas de la Seguridad Social en el caso de los autónomos y tener domiciliados, al menos, dos recibos de suministros (luz, agua, gas, teléfono fijo o móvil, conexión a Internet, etc.).
Las entidades de crédito tienen libertad para establecer sus comisiones bancarias y gastos repercutibles, siempre que respondan a servicios prestados o gastos habidos por parte de los clientes. La normativa que regula la transparencia informativa en operaciones bancarias (Orden EHA/2899/2011, de 28 de octubre), así como en servicios de pago (Orden EHA/1608/2010, de 14 de junio), exige una información personalizada al cliente antes de prestar el servicio sobre lo que se le cobrará. En cualquier caso, hay que revisar bien los contratos y comprobar todas las comisiones que se incluyen.
Las entidades deben tener a disposición de los clientes unos libros de tarifas y comisiones donde se detallen los gastos de cada producto. Sin embargo, con la nueva orden ministerial, ha desaparecido la obligación que tenían las entidades de elaborar un folleto de tarifas máximas de comisiones, condiciones y gastos repercutibles a clientes, ya que la información es individual a cada usuario y previa a la realización de la operación.