Mareas negras

La catástrofe del golfo de México ha puesto en evidencia el peligro de las plataformas petrolíferas en alta mar
Por Alex Fernández Muerza 10 de mayo de 2010
Img marea negra
Imagen: NASA

“Catástrofe nacional”. Así ha calificado el Gobierno de EE.UU. a la marea negra que sufre este país y que lleva camino de convertirse en el peor accidente ambiental de su historia. La plataforma petrolífera siniestrada en el golfo de México ha mostrado los riesgos de este tipo de extracción, de la que España no se halla a salvo. Las consecuencias de un vertido de crudo, en especial en un frágil ecosistema de gran biodiversidad, pueden ser muy nocivas y durar décadas. Las tareas de recuperación son muy costosas y no restablecen del todo la situación original. Para evitar estos accidentes, algunos expertos reclaman cambiar de sistema energético y más medidas de seguridad.

El peligro de las plataformas petrolíferas

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La plataforma Deepwater Horizon, perteneciente a la compañía British Petroleum (BP), explotó el 22 de abril a unos 75 kilómetros de la costa de Louisiana, en el golfo de México. A medida que se conocen más datos, se cree que el escape es diez veces mayor de lo que parecía al principio. La petrolera BP ha admitido que el pozo averiado podría arrojar unos 9,6 millones de litros de crudo diarios. Esta cantidad podría convertir a esta marea negra en la peor de la historia de EE.UU. El Gobierno ya lo ha calificado como “catástrofe nacional”.

BP aseguraba en 2009 que un accidente en el golfo de México era “muy poco probable o imposible”

España no está libre de poder sufrir este tipo de impacto ambiental. En la actualidad, hay concesiones de explotación o exploración de hidrocarburos en distintas zonas de la costa cantábrica, mediterránea, el golfo de Cádiz y Canarias, como señala un mapa del Ministerio de Industria (MICYT).

El accidente del golfo de México ha puesto en evidencia la seguridad de las plataformas petrolíferas. BP envío al Gobierno de EE.UU en 2009 un análisis de impacto ambiental en el que afirmaba que un accidente que pudiera dañar el litoral, las costas y la fauna de los estados del golfo de México era “muy poco probable o imposible”. Además, los responsables de las plataformas de esta zona aseguran contar con la experiencia y los medios técnicos más avanzados del mundo. Por ello, el desastre pone en una situación delicada a los defensores de extraer petroleo en mar abierto frente a las costas estadounidenses, una posibilidad que se ha debatido en los últimos años con más intensidad.

/imgs/2010/05/plataforma01.jpgEl Gobierno estadounidense ha señalado que BP tendrá que hacer frente a los gastos que se deriven del vertido. Se estima que el costo de la operación de arreglar el pozo y de combatir los daños causados ascenderá a más de 3.000 millones de dólares. Desde el Gobierno también se ha señalado que no se permitirán nuevas zonas de perforación, al menos, hasta después de revisar el derrame.

La catástrofe también se ha cobrado víctimas humanas. En la explosión murieron once operarios, que se suman a las 688 personas que han perdido la vida en accidentes de plataformas petrolíferas marinas en los últimos 30 años. Todavía no se ha dado una versión oficial de las causas, pero se cree que podría haber sido una explosión de gas inflamable, al igual que en la mayoría de los 858 incendios ocurridos desde 2001 en las plataformas del golfo de México.

Mareas negras: cómo dañan al medio ambiente

Cada año se derraman al mar unos tres millones de toneladas de crudo, según José Santamarta, responsable del Instituto World Watch en España. Los vertidos de hidrocarburos al medio marino son una de las principales amenazas para los ecosistemas y las especies que habitan en ellos. Así lo aseguran los responsables de la organización conservacionista Oceana, que recalcan que su negativo impacto ambiental puede durar hasta 100 años.

/imgs/2008/09/ave-petroleo02.jpgEl golfo de México, zona afectada por la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon, es un ecosistema con un alto valor ecológico. Los expertos de la organización WWF estiman que entre 400 y 600 especies están en peligro, como cetáceos, delfines, tortugas o aves migratorias (por el delta del Misisipi pasan cada primavera unos 500 millones de aves). Además ha ocurrido en uno de los peores momentos para estos animales: es una zona esencial de descanso en la invernada de casi las tres cuartas partes de aves acuáticas y es la época más importante de nidificación.

Los vertidos de hidrocarburos al medio marino son una de las principales amenazas para los ecosistemas y las especies que habitan en ellos

Especies amenazadas como el atún rojo podrían quedar aún más al borde de su desaparición. Este ecosistema proporciona además la mitad de gamba desembarcada en EE.UU. y el 40% de sus ostras. Las autoridades han prohibido las prácticas pesqueras en el delta del Misisipi hasta nueva orden. La zona todavía no se había restablecido por completo de las consecuencias de los huracanes Katrina, Rita y Gustav.

En función de las corrientes marinas y el estado del mar, la mancha de petroleo podría llegar a zonas de especial interés ecológico, como manglares, sargazos y arrecifes de coral de los Cayos (Florida), Miami o Fort Lauderdale.

/imgs/2009/06/aceite01.jpgEn la costa, el vertido causa importantes daños. El crudo se impregna en las rocas y en los ecosistemas tanto de la superficie como del fondo, y su retirada total es muy complicada, por no decir imposible. Sus efectos tóxicos pueden durar decenas de años.

Los organismos marinos, en especial, los que viven fijos en el fondo, absorben el hidrocarburo tóxico que se bioacumula: la contaminación llega magnificada a los seres vivos superiores de la cadena alimenticia, como el ser humano, que se encuentra al final de ella.

Cómo combatir y evitar las mareas negras

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Ante una marea negra, el tiempo juega en contra, de manera que una reacción inmediata es esencial. En el caso del accidente del golfo de México, se llevan a cabo diversas medidas. Los técnicos de BP trabajan a destajo para cerrar el pozo accidentado, a unos 1.500 metros de profundidad, con submarinos y brazos robotizados. Se ha previsto la instalación, por primera vez en la historia, de una gigantesca estructura metálica en la zona de escape para contener el vertido.

Se debería seguir el principio de “quien contamina paga” para que se apliquen los costes reales del petroleo

Mientras tanto, cientos de barcos y aviones se esfuerzan para mantener a raya la mancha en la superficie del mar. La Guardia Costera ha extendido barreras flotantes de contención en el agua para absorber el petróleo y tratar de impedir que el crudo contamine la costa. Se utiliza también un nuevo sistema, que consiste en recoger el crudo de la superficie y aplicar unos nuevos productos para disolverlo. Por su parte, se realiza un seguimiento de la mancha vía satélite, como muestra la NASA.

Medidas para evitar mareas negras

José Santamarta señala las medidas que se deberían tomar para eliminar el peligro de los vertidos contaminantes de hidrocarburos:

  • Cambiar el modelo energético: reducir la dependencia al petroleo mediante la eficiencia, el ahorro y el aumento de las energías renovables. Se debería seguir el principio de “quien contamina paga” para que se apliquen los costes reales del petroleo, que revierten el pago de sus impactos medioambientales en la sociedad. De esta manera, perdería su competitividad y se apostaría por estas medidas.
  • Acelerar la introducción de los vehículos eléctricos: en una o dos décadas, con el apoyo necesario, se podría electrificar el transporte por carretera con electricidad de origen eólico.
  • Regular de manera más estricta el tráfico de los superpetroleros, la extracción marina de crudo, alejar los corredores marítimos de las zonas sensibles y exigir pólizas de seguros que cubran todos los riesgos. Las banderas de conveniencia y el sistema de fletes deberían prohibirse, ya que promueven la inseguridad y los barcos en mal estado.

Los responsables de Oceana añaden a estas medidas la implantación de planes de acción ante posibles vertidos de cualquier tipo, en especial en los “puntos calientes”. Estos aspectos se empezaron a considerar en España tras el accidente del Prestige.

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