La compraventa de vehículos de segunda mano es un negocio en auge. Ni las ofertas de los concesionarios ni las facilidades de financiación han conseguido frenar la caída en las ventas de coches nuevos. Y la subida del IVA el 1 de septiembre ha supuesto, además, un encarecimiento que muchos consumidores en plena crisis no pueden asumir. En cambio, los coches usados comprados a particulares no se verán afectados por la subida de tipos y el cambio de titularidad sigue tributando al 4%, ya que están gravados con el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales. Esta situación aumenta la ventaja que tienen sobre los turismos sin estrenar y los establecimientos de ocasión. El número de particulares que desea poner en venta su vehículo también se ha incrementado y el mercado está lleno de coches que esperan nuevo dueño. Debido a esta sobreoferta, es conveniente seguir unas pautas para comprar el coche más adecuado a cada circunstancia, como se indica a lo largo del siguiente artículo.
Comprar un coche de segunda mano no es una tarea sencilla. Hay que tener en cuenta muchos parámetros antes de decantarse por un vehículo determinado. Hoy son muchos los conductores que quieren deshacerse de su viejo turismo y, a la vez, hay un número creciente de personas que desea comprar un coche usado. Para acertar, se debe tener muy claro lo que se quiere, revisar el coche y encontrar un vendedor que ofrezca seguridad y confianza.
1. Elegir bien el modelo
Es una premisa obvia, pero en los vehículos usados tiene su razonamiento. Algunos coches y modelos envejecen peor que otros y, con los mismos años y kilómetros, un turismo de una marca puede estar casi nuevo y el de una firma diferente, ya viejo.
Conviene sopesar las ventajas de comprarlo a un particular o en un establecimiento
Además, igual que ocurre con los automóviles sin estrenar, hay que pensar qué uso se le dará: si se aparcará en una ciudad con pocos estacionamientos, si es para ir al campo, si lo llevarán varios conductores o si es para utilizarlo con la familia. En función de estos factores se elegirá el tipo de vehículo y se pondrá más atención en parámetros como el espacio, la comodidad o la resistencia del automóvil.
2. Conocer el valor de cada coche
Quien tenga dudas entre varias marcas y modelos, debería consultar el valor que tiene según los años transcurridos desde su primera matriculación. Hay webs que tienen tablas en las que indican lo que se paga de media por cada vehículo.
El BOE también publica el precio de cada automóvil según la marca, modelo y antigüedad. En función de esta valoración, y no de lo que él haya abonado, el ciudadano que haya comprado su coche a un particular pagará el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Antes de comprarlo conviene consultar esta información que, por una parte, impide que le cobren de más por el automóvil y, por otra, evita la sorpresa de tener que abonar una cantidad muy elevada a Hacienda.
3. Asesorarse con revistas y amigos
Tener la información adecuada es la base para realizar una compra correcta. El desconocimiento hace que los vendedores coloquen productos que no se necesitan o que no son los más adecuados para el consumidor. Consultar revistas o páginas web especializadas permite hacerse una idea de las prestaciones de cada vehículo y saber si el usuario las necesita o es mejor optar por otro tipo de coche.
Los amigos también son una fuente de información muy valiosa porque pueden contar con veracidad las ventajas y los inconvenientes que presentan sus propios coches, qué echan de menos en ellos, qué les gustaría tener…
4. Visitar distintos establecimientos
Con estos consejos se puede empezar a visitar alguna tienda de coches de segunda mano. Así, el futuro comprador ve lo que ofrecen, el estado de los vehículos, el precio, etc. y se hace una idea aproximada de lo que puede tener en función de lo que esté dispuesto a pagar. Es un primer contacto que sirve para hacerse una idea global.
5. Darse un tiempo, hay muchos coches
Dar una vuelta con el dueño permite saber cómo conduce y, por tanto, el trato que ha dado al coche
Como la base del ahorro es muchas veces la comparación de artículos, prestaciones y precios, no conviene precipitarse. La oferta hoy en día es muy diversa. Hay mucha gente interesada en deshacerse su coche así que, si uno se vende, habrá otros que se adecuen a lo que necesita el comprador.
6. Sopesar lo bueno y malo de comprar a un particular o en un concesionario
Las diferencias radican, sobre todo, en la garantía que ofrece cada uno de ellos, el precio y en la posibilidad de que tramiten la documentación.
Garantía. Los establecimientos ofrecen una garantía de al menos seis meses, que en algunas tiendas amplían incluso hasta un año. Los particulares, por el contrario, solo están obligados a reparar vicios ocultos en el momento de la venta.
Precio. En numerosas ocasiones es más barato comprarlo a un particular, aunque hay tiendas con unos precios bastante asequibles. Pero en los establecimientos de ocasión hay que pagar el IVA, mientras que si se compra a una persona física solo se debe abonar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Seguridad. Los establecimientos dan más seguridad al comprador que los particulares porque es más sencillo hacer valer la garantía. Los individuos pueden desaparecer y es complicado reclamar si el coche que vendieron se encuentra en mal estado. Por eso, conocer al vendedor es fundamental. Si es un amigo o un familiar, es fácil saber la vida que ha tenido el coche, si ha estado cuidado o ha sufrido accidentes.
Papeleo. Una de las ventajas que presentan las tiendas es que se encargan de hacer los trámites para cambiar la titularidad del vehículo. Aunque el papeleo no es muy pesado, siempre se agradece que sea otra persona la que se encargue, sobre todo si el comprador trabaja o está muy ocupado.
7. Ir acompañado de un experto
Si los conocimientos sobre mecánica de la persona que comprará el vehículo son escasos, es importante que un amigo le acompañe y le aconseje. De lo contrario, puede dar importancia a factores que no son demasiado relevantes y pasar por alto los que de verdad aportan o restan valor al coche.
8. Comprobar el estado del automóvil en un primer vistazo
Hay que fijarse en el interior y el exterior del vehículo. Si el coche tiene pintura de dos tonos distintos, puede revelar un golpe que no se ha arreglado demasiado bien; si el tubo de escape está grasiento, denota que el motor es viejo; es posible que los neumáticos desgastados de manera no uniforme oculten un accidente que requiera una reparación costosa…
El interior también puede desvelar si el coche tiene más antigüedad de la declarada: manillas, volante y pedales desgastados, alfombrillas viejas, asientos muy usados…
9. Pedir al propietario dar una vuelta
Esto permitirá comprobar cómo conduce, si lo hace de forma agresiva, si fuerza el coche… De esta manera, el interesado se hará una idea del trato que ha recibido por parte de su dueño.
Con el libro de mantenimiento se sabe si el vehículo ha pasado las inspecciones periódicas
Después, será el propio comprador el que circule con el automóvil con el objetivo de detectar si hay algún tipo de fallo. Hay que ver cómo frena, si el volante al girar recupera su sitio inicial, si se va para los lados y estar atento a ruidos extraños.
10. Solicitar el libro de mantenimiento
Con él se puede saber si el vehículo ha pasado todas las revisiones periódicas y lo ha hecho en la fecha adecuada o si el mantenimiento del coche ha sido el correcto. En el libro figuran los cambios de aceite, los kilómetros que ha realizado el automóvil o los cambios de piezas.
11. Preguntar por dónde ha circulado
Ciudad, campo, playa… Hay lugares que estropean más el vehículo, como ocurre con las localidades playeras: la humedad y el salitre son malos compañeros del automóvil y puede que le hayan afectado a lo largo de los años. El polvo del campo también puede haber estropeado los filtros y la circulación por lugares con baches puede haber dañado los bajos del coche.
12. Llevarlo a un taller
Son los expertos quienes de verdad pueden detectar fallos, averías o accidentes con más facilidad. Compensa pagar una revisión antes de comprar el coche para evitar que en pocos meses se estropee por daños ocultos.
13. Rechazar ofertas muy ventajosas
Detrás de los precios muy baratos muchas veces se esconde un golpe, un siniestro o continuas averías. Salvo que el vendedor sea una persona muy conocida y el comprador sepa que nada de esto le ha pasado al automóvil, es mejor desconfiar de las rebajas exageradas.
14. Informarse sobre la situación administrativa del coche
Es una de las acciones más importantes para evitar sorpresas posteriores. En la Jefatura Provincial de Tráfico hay que comprobar aspectos como la titularidad del vehículo. Es posible que una persona intente vender como suyo un automóvil que tiene otro dueño. En los casos de divorcio puede ocurrir que el coche pase al otro cónyuge y que quien no es su propietario trate de venderlo.
En esta consulta también se ve la primera matriculación del turismo, si ha tenido más propietarios y quiénes han sido. Y lo que es muy relevante, si tiene multas o pesa sobre él algún embargo. En caso de que así sea, es mejor rechazar el coche, salvo que en un breve periodo de tiempo el propietario se comprometa a pagar la multa y demuestre que lo ha hecho.
También es importante que tenga pasada la ITV y que el impuesto de circulación esté pagado.
15. Firmar un contrato
Aunque el comprador sea un familiar o un amigo, hay que hacer un contrato de compraventa, con los datos personales de la persona que se deshace del vehículo y los de quien lo adquiere. También se debe incluir en el documento de qué coche se trata, marca, modelo, matrícula y número de bastidor. Si en el contrato figura la hora de la compra, esto ayuda a que ninguna de las partes tenga que pagar multas ajenas que se pueden poner el día de la adquisición.
16. Pedir toda la documentación para cambiar la titularidad
Si el vendedor es un particular, es necesario que aporte su DNI para poder transferir la propiedad del vehículo. Además, junto al contrato de compraventa, tiene que aportar la tarjeta de Inspección Técnica de Vehículos y el permiso de circulación.