La fisioterapia acuática es una modalidad de fisioterapia muy moderna que empieza a ofrecer resultados alentadores. Incluso adultos que han sufrido parálisis cerebral desde la infancia han demostrado que pueden beneficiarse de este tipo de ejercicios, según un estudio piloto que ha llevado a cabo Juan José Amer, profesor colaborador del Departamento de Fisioterapia de la Universidad CEU Cardenal Herrera, de Valencia, junto con Javier Martínez Gramage, del mismo departamento.
En utilizar el agua como elemento de soporte para el tratamiento. No es hacer tomas de agua, algo que se hace en hidrología, sino introducir en una piscina terapéutica al paciente para realizar la fisioterapia en ella.
No. Se tiene que hacer en piscinas adaptadas -no sirven las piscinas de polideportivos- que son piscinas con un estándar más elevado y con capacidad para tratar en ellas a pacientes lesionados y discapacitados. Una de las características de estas piscinas es la temperatura del agua, que siempre se debe mantener constante, por encima de los 25 grados centígrados, para que el paciente no se enfríe y esté más cómodo.
Efectivamente. Esto es muy importante, y para ello se debe realizar en las instalaciones y piscinas adecuadas.
La fisioterapia, en general, es una profesión muy moderna y, dentro de ella, la fisioterapia acuática es uno de los campos más recientes. En España, hay un amplísimo terreno por delante y muchísimas necesidades que deben quedar cubiertas por la fisioterapia: hacen falta más actividades, más instalaciones públicas y más apoyo para satisfacer las necesidades de los pacientes.
Una mejora en los movimientos de los músculos y las articulaciones puede repercutir de forma favorable en el cerebro
Ha consistido en medir las condiciones de estos pacientes antes de aplicarles la terapia: su estado de cognición general, su grado de funcionalidad al caminar y el rango de movilidad de sus articulaciones, entre otras. Después, paciente y fisioterapeuta juntos dentro del agua en la piscina realizan un programa de actividades de fisioterapia durante un periodo de seis meses. Luego se han vuelto a realizar mediciones de su estado, se han comparado a las previas y así hemos visto su evolución en la marcha, la atención, sus movimientos y el estado de sus articulaciones. Hemos observado progresos estadísticamente significativos en todos estos aspectos, de forma que podemos afirmar que la fisioterapia acuática es una actividad que produce mejoras más importantes en las condiciones de los pacientes con parálisis cerebral que si los tratamos únicamente con fisioterapia normal.
Se han encontrado diferencias significativas a través de la electromiografía y en las escalas funcionales. Los datos más reveladores son los relativos a una mayor capacidad para realizar ciertas actividades, sobre todo caminar. Entre el pretratamiento y el postratamiento, podemos afirmar que el 95% de la mejora que hemos observado no es debida a la casualidad o al tiempo. A raíz de este estudio, presentado a la Generalitat valenciana como proyecto piloto, nos han concedido una ayuda para continuar con la investigación, puesto que los resultados han sido muy satisfactorios.
Buscamos averiguar cómo influyen los mecanismos de fisioterapia que actúan junto con el agua, los movimientos de los músculos y las articulaciones, en la lesión cerebral. Es posible que los ejercicios sobre las articulaciones, los huesos y los músculos, desde el exterior, den muy buenos resultados y que repercutan en el cerebro. Éste es un punto muy importante, porque no sólo se mejora la funcionalidad del paciente en una gran cantidad de cosas que puede hacer, en sus miembros y piernas, sino que, a causa de este acondicionamiento, puede mejorar su cerebro. Ésta es la hipótesis. Pero necesitamos instrumentos de medida muy sofisticados para medir las condiciones cerebrales.
Hemos trabajado en parálisis cerebrales infantiles, pero cuando el paciente ya es adulto, con la lesión instaurada. Hasta ahora, sólo se realizaba fisioterapia en niños con parálisis, y cuando alcanzaban cierta edad este tratamiento se interrumpía. Parecía no ser necesario.
Exacto. Está demostrado que incluso en adultos una actuación intensiva de fisioterapia consigue beneficios. Y esta gente ha sido la gran olvidada, ya que se les ha interrumpido un tratamiento que era conveniente.
Así es. Hemos demostrado que hay diferencias entre la fisioterapia acuática y no hacer nada. Hemos mejorado su calidad de vida y esto no es una apreciación subjetiva.
Puede ser útil en cualquier lesión traumatológica y neurológica, especialmente en pacientes con problemas en articulaciones y huesos, de funcionalidad, o que tengan daño cerebral o una hemiplejía por un accidente de tráfico u otra causa, tanto en niños como en adultos.
Las ventajas de la fisioterapia acuática respecto a la fisioterapia convencional son varias. El hecho de introducir al paciente en el agua reduce el peso del cuerpo de modo que movilizarlo es más fácil tanto para el propio paciente como para el fisioterapeuta que trabaja con él. Y para las personas limitadas por falta de fuerza o movilidad resulta especialmente gratificante notar que pueden mover su cuerpo, informa Juan José Amer. Otra gran ventaja de trabajar en el agua es el bienestar psicológico que experimentan los pacientes. Gracias a la ingravidez que logran en el agua perciben que pueden moverse mucho mejor, lo que es “altamente motivante”, según Amer.
El medio acuático motiva mucho a los pacientes, puesto que “tiene el componente lúdico de meterse en ella, ponerse el bañador y es emocionante y estimulante”, añade. Y, por último, utilizar el uso del medio acuático permite al fisioterapeuta establecer objetivos más ambiciosos, ya que puede movilizar al paciente en tres dimensiones: en el suelo lo hace sólo sobre una superficie plana. Pero dentro del agua gana dos dimensiones más, en profundidad y en altura. Según el especialista, las ventajas de la fisioterapia acuática pueden resumirse así: “el paciente pesa menos, se mueve más, está más motivado y contento, y resulta mejor para el fisioterapeuta”.