La cirugía primaria endoluminal de la obesidad (POSE) es una nueva técnica mínimamente invasiva. Consiste en perder peso tras reducir la capacidad del estómago. A este órgano se accede mediante un endoscopio que se introduce por la boca y el esófago, sin necesidad de incisión. El procedimiento endoscópico consiste en realizar pliegues en el estómago y suturarlos para reducir su tamaño. Está indicada en pacientes jóvenes, a quienes les sobran entre 27 y 33 kilogramos. Así lo explica en esta entrevista Román Turró, médico de la Unidad de Endoscopia del Centro Médico Teknon, de Barcelona. El equipo del cual forma parte ha intervenido con esta técnica a los primeros cuatro pacientes en España.
Según el Instituto Nacional de Estadística, más de seis millones de ciudadanos a partir de 18 años tienen problemas de obesidad (17,1%) y sobrepeso (36,7%). Esto significa que alrededor del 30% de la población española tiene exceso de peso.
De 2002 a 2011, en términos estadísticos, ha variado el perfil de los pacientes que se someten a una cirugía. Estos pacientes serían quienes tienen un índice de masa corporal (IMC) entre 34 y 40 kg/m2, es decir, personas a quienes les sobran de 27 a 33 kilos.
“El objetivo de la POSE es disminuir el volumen de la comida que se ingiere y aumentar la sensación de saciedad”
La POSE es un procedimiento de reducción de estómago que se realiza por una vía natural, a través de la boca. Consiste en la introducción de una plataforma endoscópica, por la cual se coloca una endoscopia y el resto del instrumental. Se introduce en la boca, por el esófago, hasta el estómago. La particularidad de esta técnica es que no se practican incisiones. Solo se hace una retracción mediante unos pliegues artificiales y se suturan de forma fija. Se toman todas las capas del estómago para que los pliegues duren en el tiempo. A partir de los dos meses, es irreversible.
En dos zonas. Ponemos entre siete y nueve puntos en el fundus, que es el reservorio de comida que hay en el estómago y que hace la función de almacén. Cuanto más fundus tiene una persona, mayor es su capacidad de ingesta o de volumen de comida. La otra localización es el antro, la parte distal del cuerpo gástrico. En esta localización se realizan tres puntos de sutura para enlentecer el tránsito de la comida, es decir, la evacuación de la misma. El objetivo es disminuir el volumen de la comida que se ingiere y aumentar la sensación de saciedad, de forma que ésta perdure en el tiempo. Al reducir la capacidad del fundus, la cantidad de comida que se ingiere es menor y, a su vez, se consigue mayor sensación de saciedad. Con las suturas en el antro, al enlentecer la eliminación, se logra que la saciedad perdure durante más tiempo.
Todavía está en estudio. Todos los trabajos se han realizado en pacientes anglosajones y estadounidenses. Los pacientes idóneos para esta técnica, a nuestro criterio, son los jóvenes sin una cirugía digestiva previa y con un buen estado de salud general.
“Las contraindicaciones principales son: una cirugía digestiva previa y no estar dispuesto al seguimiento y las pautas posteriores”
El éxito o fracaso depende del grado de compromiso de los pacientes con el tratamiento coadyuvante que se completa. Si los pacientes no están dispuestos a hacer ese seguimiento, ésta sería una condición para descartarlos. Algunas personas, por el padecimiento de ciertos trastornos alimentarios, pueden tener dificultades para seguir este tratamiento. Por lo tanto, las contraindicaciones principales serían: haberse sometido a una cirugía digestiva previa y no estar dispuesto a hacer el seguimiento y las pautas nutricionales médicas después de la intervención.
En cualquiera de estas técnicas, para la pérdida de peso, el éxito o fracaso depende del grado de implicación de los pacientes en el tratamiento. Si un paciente recibe un balón intragástrico, se somete a cirugía bariátrica o a POSE y luego no sigue las instrucciones, si no hace un cambio de vida diaria y alimentaria, fracasará. La diferencia es que la POSE causa menos molestias y que el perfil del paciente es distinto. No se opera a pacientes con obesidad mórbida o supermórbida. De todas formas, estas técnicas no son competencia, sino complementarias. Es posible que en un determinado grupo de pacientes se solapen y que, en otro, haya dudas sobre cuál aplicar. Pero en general, la POSE no sustituye a ninguna de ellas. Es un procedimiento más que intenta dar una opción terapéutica a las personas que se hallan en un término medio.
La preparación es estándar, como en el caso de la cirugía bariátrica: se les efectúa una prueba de tránsito esofágico, analítica completa, electrocardiograma, radiografía de tórax y una historia clínica documentada. Los preparativos que tiene que hacer el paciente consisten en seguir una dieta líquida durante los tres días previos y estar en ayunas doce horas antes de operarse.
La duración oscila entre una hora y media y dos horas, con anestesia general en el quirófano.
“Las molestias que tienen los pacientes después de la intervención duran 24 horas”
Las principales molestias que tienen los pacientes después de la intervención son: náuseas y vómitos durante las primeras horas, si bien no son frecuentes, ligeras molestias abdominales y dolor en el cuello por la intubación, debido a la cual pueden sufrir esofagitis y faringitis. No obstante, la sintomatología dura unas 24 horas.
Doce horas. Tras este tiempo, reciben el alta médica y a las veinticuatro horas ya se pueden reincorporar a sus actividades diarias.
Durante tres semanas, tienen que seguir una dieta líquida y, a partir de la tercera semana, se empiezan a introducir alimentos.
Los mismos que los de cualquier cirugía sometida a anestesia general. Los riesgos locales son mínimos, ya que se lleva a cabo con una técnica mínimamente invasiva.
La cirugía primaria endoluminal de la obesidad (POSE) es un procedimiento muy novedoso. Hasta el momento, en Europa y en EE.UU. se han realizado 74 intervenciones con resultados muy satisfactorios. En España, solo el Centro Médico Teknon de Barcelona ha comenzado a practicarla y entre el 28 de febrero y el 1 de marzo ha intervenido a los primeros cuatro pacientes. Los resultados muestran que se reduce una media del 32% el exceso de peso durante los seis primeros meses posteriores a la operación, según informan desde este centro médico.
“La vía endoscópica supone beneficios sustanciales a los pacientes, ya que al ser un tratamiento mínimamente invasivo reduce el dolor posquirúrgico, disminuye el riesgo de infección al no haber herida, contribuye a la estética por ausencia de cicatrices, la recuperación es más rápida y las estancias hospitalarias son más cortas e, incluso, se realiza en régimen ambulatorio”, informa el equipo médico de Teknon, dirigido por Jorge Espinós y Román Turró.
No obstante, por ser una técnica novedosa, todavía no hay suficiente información -solo cerca de 80 intervenciones en todo el mundo- para saber cuáles son sus principales complicaciones y cuáles de éstas pueden conducir a una reintervención, según Turró. De momento, entre la casuística que se conoce en todo el mundo, no ha ocurrido en ninguna ocasión.