La angustia que genera una enfermedad importante, sea crónica o aguda, lleva a muchas personas a asomarse a Internet y navegar en busca de información sobre su problema. Sin embargo, la Red parece hoy en día un cajón de sastre donde se vuelcan todo tipo de contenidos, sin que los motores de búsqueda del principal buscador, Google, sean capaces de discriminar entre la información de salud de calidad y la que no la tiene. Por esta razón, los profesionales sanitarios deberían aprender a utilizar los “social media”, es decir, las redes sociales y los blogs, entre otras herramientas, para informar y comunicarse con sus pacientes. Esta nueva forma de comunicación puede ayudar a los médicos y otros profesionales sanitarios a relacionarse con sus pacientes más allá de la consulta presencial, limitada por la escasez de tiempo. Gracias a ellas, los profesionales pueden prescribir un blog con información médica de calidad, en vez de extender un folleto con consejos de salud, que se puede extraviar. Además, las redes sociales permiten tender puentes entre los profesionales y pacientes y también entre los propios profesionales, explica en esta entrevista Salvador Casado, médico de familia del Centro de Salud Collado Villalba, de Madrid, reconocido blogero (www.doctorcasado.com) y experto en “social media”, uno de los conferenciantes en la reciente jornada “El Día D”, organizada por la farmacéutica portuguesa BIAL, en Madrid.
Debemos entender este concepto de forma amplia. Los “social media” son herramientas cuyo trasfondo es convertir Internet en una red social, lo que implica una nueva filosofía y un nuevo concepto de comunicación, que ayuda a relacionarse de una forma nueva, más horizontal e inmediata. Se empiezan a dar los primeros pasos a partir de un blog, con el que se generan conversaciones, y, al dar el salto a las redes sociales, estas se producen a más velocidad.
“Los profesionales sanitarios deben ser, cada vez más, gestores de la información en salud”
De manera clara, hace tres años. Empezaron en el I Congreso de la Blogosfera Sanitaria, en Madrid, en el que nos pusimos en contacto blogueros y profesionales interesados. A partir de ahí, compartimos nuestras experiencias, surgieron proyectos colaborativos, sinergias y comenzamos a utilizarlo en la atención primaria.
Todavía están empezando. Aún hay médicos y profesionales muy reacios al cambio. Los médicos debemos estudiar durante muchos años. Lo hemos hecho en formato papel y dar el salto a lo digital nos cuesta mucho más. Este paso genera resistencia entre la comunidad médica porque implica tener una exposición pública que supone más riesgo personal.
“Los médicos intentamos prescribir links y vídeos con consejos de salud”
Yo diría que hay dos grandes tipos de aplicaciones. De un lado, para la relación entre los propios profesionales, a los que hasta ahora les ha costado comunicarse entre sí: los cardiólogos no hablaban con los endocrinos ni con los médicos de familia, ni estos con otros especialistas. La comunicación estaba muy atomizada. El primer eslabón ha sido Twitter que, por primera vez, ha permitido tender puentes entre los profesionales (especialistas, enfermeros, etc.) e impulsar proyectos colaborativos. Y, de otro lado, para el usuario son vitales, pues también han posibilitado la creación de puentes. Así, en mi consulta, recomiendo a los pacientes mi blog e, incluso, lo prescribo.
Sí, ya hay blogs médicos de calidad. En la consulta no se dispone de demasiado tiempo: yo tengo 2.200 pacientes asignados, uno de los cupos más grandes, y visito de 40 a 45 a diario. Estas cifras obligan a ir deprisa. Los consejos que doy no son suficientes, porque no me puedo extender. Esto explica que, para más consejos de salud, los médicos hayan utilizado toda la vida el papel, que tiene el inconveniente de que puede acabar en la papelera, si es que no se pierde. En cambio, ahora, se intentan prescribir links y vídeos con consejos de salud, que se pueden ver, que quedan grabados en el cerebro de forma más potente que lo escrito y son más accesibles. Todo lo que sean fotos o vídeos llega más fácilmente. Estamos aprendiendo a transmitir mensajes sencillos y asequibles, para que las personas salgan adelante con su salud y mejoren de su problema.
“En la consulta recomiendo a mis pacientes mi blog e, incluso, lo prescribo”
Los pacientes con una mayor sensibilidad hacia Internet son los que tienen problemas importantes o que los viven con mucha angustia, ya sea esta una enfermedad crónica o aguda, y buscan mucha información y la reclaman a su médico personal, de familia. Proporcionarle información de calidad disminuirá la angustia de un paciente preocupado y de su cuidador. No olvidemos que detrás de las personas con enfermedades crónicas suele haber un cuidador -que, a menudo, no sabe qué hacer- a quien debemos también dar información de calidad. Los profesionales sanitarios informamos y debemos ser cada vez más gestores de la información en salud, ya que los motores de búsqueda no son capaces de discriminar bien entre la de calidad y la que no lo es: intoxica por exceso de información. Esta “infoxicación” produce un gran dolor y agobio. Recibo a mucha gente en la consulta muy agobiada por problemas y efectos secundarios relacionados con su enfermedad, que no es capaz de discriminar cuáles son las amenazas reales para cada individuo.
Sí. Hace unos meses en Castilla y León se creó una plataforma de información para usuarios. Es una plataforma que está empezando, con 10.000 visitas al mes, con un blog muy sencillo. Pero creo que las instituciones deberían contar con los profesionales que ya lo estamos haciendo, porque su resultado es muy “pesado” y lento; van por detrás de la demanda de la sociedad. Sin pretender solucionar los problemas de la sanidad ni estructurales, los “social media” aportan valor añadido, permiten proveer de mejor información no solo a través del correo electrónico, sino de las redes sociales abiertas a la lectura de mensajes en Twitter y Facebook. Hay que tener en cuenta que cada vez más pacientes utilizan los móviles inteligentes y, aunque algunos no sean muy duchos en Internet, hay que estar ahí.
“Las redes sociales llevarán hacia una mejor comunicación entre profesionales y entre estos y los pacientes”
A nivel profesional -aunque Linkedin esté pensada para el perfil profesional- Twitter proporciona más agilidad, mayor acceso a la gente y proyección del mensaje. Además, como se puede puentear al perfil profesional de Facebook, Linkedin, Google +, etc., cualquiera tiene acceso. Yo no utilizo las redes sociales para dialogar, lo dejo para el cara a cara en la consulta. Mi presencia en las redes sociales para pacientes consiste en emplearlas más como una red de avisos, como si fuera un tablón en el que coloco mensajes que van a Twitter, al blog y que se interconectan con la consulta. Me permiten interactuar y construir conversaciones con mis pacientes, es decir, mantener un canal de comunicación que no sea en tiempo real, sino que tiene más potencia comunicativa: se genera una consulta en la que se habla de un contenido en Internet, después de que el paciente haya leído algo o haya visto un vídeo. Esto deja comunicarme con el paciente a través de la Red, sin invertir tiempo y tiene una mayor potencia comunicativa, al aumentar la capacidad de acceder a la información y la promoción de la salud.
Las redes sociales no son la panacea, no arreglarán la sanidad ni sus problemas estructurales pero, como herramienta, permiten llegar más lejos. Son una filosofía más que una herramienta y los que trabajamos con ellas vemos que podemos ayudar a los pacientes. Si tuviera que aprender idiomas para atenderlos mejor, lo haría. Y un idioma es este, los “social media”, un vocabulario que contribuye a la mejora continua de los profesionales sanitarios. Es una filosofía por la que debemos apostar y, por ética, hay que hacer esta mejora.
Las redes sociales nos llevarán hacia una mejor comunicación entre los profesionales y entre estos y los pacientes. Acabamos de estrenar un documental hecho por médicos de familia en el que explican a la sociedad su visión de la sanidad. Esto ha sido posible al ponerse en contacto médicos jóvenes y profesionales de los medios que, conjuntamente, han impulsado este proyecto colaborativo. Este documental, fruto de una colaboración multidisciplinar, no está financiado por ninguna industria, sino por el método de crowdfunding (pasando el cepillo a los amigos). Se titula ‘seisminutos’ y es de mucha calidad. Es la primera vez que distintos profesionales se unen para realizar un audiovisual de este tipo. Y, entre profesionales y pacientes, los “social media” tendrán una utilidad muy interesante; hasta hace poco los médicos han estado aislados, mientras que, ahora, tienen un especial apoyo informativo, al salir a redes sociales, mezclarse, oír a otras personas, otras ideas y tener que responder a retos tan complejos en este escenario que tenemos hoy.
“Todo tiene su cara y su cruz. Y los “social media”, aunque proporcionan un acceso muy bueno a la información, tienen dos contraprestaciones importantes. Una de ellas es la inversión de tiempo que se debe hacer y la otra es que hay un ‘gran ruido’ de fondo. Se puede acceder a mucha información, pero también a un ruido ensordecedor y hay que saber desconectar las máquinas”, explica Salvador Casado.
“La pérdida de privacidad es un riesgo. Estas herramientas son públicas, lo que se expresa en ellas es como si se expresara en la plaza del pueblo o en el barrio. Por eso, cuando alguien pretende que le responda a una consulta médica mediante estas herramientas, trato de reconducir esta petición a nivel privado o personal”, manifiesta Casado.
“Hay personas que pecan de ingenuidad al contar su problema de salud en un territorio público cuando hay que hacerlo con una gran sensibilidad. Debemos educar a los profesionales sanitarios para que sepan moverse en estas aguas, con este lenguaje, hacerlo con los usuarios y conocer cuáles son las normas de la comunicación, las reglas del juego”, comenta este experto sobre la poca discreción de algunos pacientes, que hablan de su enfermedad públicamente.